PARTE 27

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Sett

Un borrón negro acabó tirando a Leo al suelo.
Iria le asestó golpes y golpes hasta que le hizo una gran brecha en la frente.
Parecía raro que aún no hubiera optado por sus poderes,tal vez quería vengarse de forma que sus brazos flácidos,pero tan fuertes que costaba creerlo, se llevaran todo el mérito.
Retuve más de cinco impulsos para apartarla y dar por finalizada la pelea, pero pensé que ella esperaba esto demasiado tiempo atrás ,así que dejé que descargara toda su ira sobre  aquel impostor.

Gin se acercó al ring y observó cuidadosamente la sangrienta escena. Sonrió con picardía cuando Iria empezaba a retorcerle el brazo hacía atrás y seguidamente se escuchó un "clack".
Tuve que apartar la mirada.
No imaginaba que ella fuese capaz de romperle un hueso a alguien,pero como bien se dice: "las apariencias engañan".

Los gritos de Leo retumbaban a lo largo del pasillo,y se podría decir que también penetraron en alguna que otra sala.
Pero,a pesar de los gritos de dolor de su adversario, ella no se apartó: formó una gran bola de fuego y le quemó la pierna entera,provocando así muchos más gritos por parte de él, parecidos a los mugidos de una vaca.

Mi cerebro me gritaba que la parara, y mis piernas comenzaron a guiarme hasta ella. La toqué por los hombros.

-Iria,ya vale.-Le supliqué.

Levantó la cabeza y me miró. Sus ojos estaban llenos de furia, tanto que parecía poderse ver una gran llama envolviendo su iris. Su cabello estaba revuelto por culpa de los bruscos movimientos que ejercía,pero no tenía ni un rasguño.

Entonces,Gin se apartó de golpe y yo quité la vista de mi chica para contemplar la escena que estaba por venir: aprovechando la mirada ausente de Iria, Leo elevó las manos y le lanzó una potente descarga eléctrica que impactó contra su pecho, tirándola hacia atrás con un fuerte estrépito.
Su pequeño cuerpo impactó contra la pared, provocando que esta dejara ver una larga grieta,a pesar de que estaba hecha de metal.
Iria hizo un esfuerzo por levantarse,pero con un agudo gritito de dolor, se volvió a dejar caer sobre el suelo, agotada.

Leo avanzaba hacia ella de nuevo sujetándose el brazo con una mueca de fastidio,y yo me interpuse entre los dos,dispuesto a partirle el brazo que le quedaba.

-Ni se te ocurra tocarla.-Le amenacé.

Él sonrió con suficiencia.

-¿Y quién me lo impide? ¿Tú?-Río, señalándome con un dedo mugriento.

-Él y nosotros.

Ben y Gin avanzaron los pasos necesarios para estar a mi altura e interponerse entre Iria y él.
Se le borró la sonrisa inmediatamente.

-¿Qué pasa? ¿Ahora tienes miedo? Cobarde.-Le provocó Gin.

-¿Miedo? ¿Yo? Ni en tus mejores sueños.-Respondió él.

-Descuida, en mis sueños no apareces tú. Eres tan repugnante que apareces en mis pesadillas, asqueroso.

Gin elevó el dedo corazón sobre los ojos de Leo, y Ben comenzó a reírse.

-Muy buena esa,hermanita.-La felicitó  Ben,haciendo chocar su gran mano contra la de ella.

Un momento...¿hermanita?

-¿Hermanita?-Preguntó Leo, como si leyera mi pensamiento.

-Sí, asqueroso. Hermanita.-Dijo Ben,imitando el insulto de su supuesta "hermana".

-¿Crees que habríamos sido tan ingenuos como para admitir que éramos hermanos delante del jefe? Nos tomaría como intrusos. Pero, ahora que os vamos a matar a todos...lo admito: somos hermanos.

-¿Qué? ¿sois hermanos de verdad?-Les pregunté, al ver la cara incrédula de Leo,que no sospechaba en absoluto aquella confesión.

-Sí, lo somos. Pero ya te lo explicaré más tarde,cuando nos hayamos librado de este asqueroso impostor.- Me dijo la chica.

Seguidamente,Gin utilizó sus poderes y lo elevó hasta el techo, para después hacerlo caer a esa altura, impactando al igual que Iria,pero esta vez contra el suelo.

Corrí hacia mi chica y le ayudé a incorporarse:

-¿Estás bien?

Abrió la boca para contestarme pero en su lugar un pequeño chillido parecido al de un animal escapó por entre sus labios,lo que me condujo a pensar que no estaba bien,tal vez tendría alguna costilla que otra rota.
La cogí en brazos y nos reunimos con nuestro grupo.
Gin observaba con furia a Leo,que estaba tirado en el suelo retorciéndose de dolor.

-Te lo tienes merecido,imbécil. -Objetó la peli-verde.

Emitió un sonido inteligible y esbozó una sonrisa vengativa,extraña combinación para estar tan dolorido. Pero, por lo que pasó a continuación, entendí sus propósitos:con un pequeño titileo de las lámparas, se fue la luz en todo el pasillo.
Nos quedamos a oscuras y yo apretujé más a Iria contra mi cuerpo,como si se me fuera a caer de los brazos en cualquier instante.

-¿Qué ha sido eso?-Preguntó Ben a la oscuridad.

En respuesta, una atronadora carcajada maléfica invadió nuestros tímpanos.

-Jo...que pena...ahora no podéis ver hacia dónde van mis ataques...pobrecitos míos... -Apuntó Leo, literalmente orgulloso.

Pero entonces,otro grito desgarrador procedente de la garganta de Leo,volvió a inundar el pasillo.
Las luces parpadearon y acabaron encendiéndose de nuevo,y la imagen que distinguimos tirada en el suelo,nos hizo tener que  rehuir las miradas para no vomitar:
Las losetas plateadas estaban cubiertas de un tenue color granate, y los miembros del cuerpo de Leo ocupaban cada uno una loseta.
La escena fue brutal, hasta nos produjo alguna que otra arcada.
Un cuerpo descuartizado frente a tus ojos no se veía todos los días, pero en nuestro caso hasta parecería normal.

Giré la cabeza en todas direcciones,buscando al agresor.
Me dirigí con Iria todavía en mis brazos a cualquier esquina donde podría haberse escondido,procurando tapar casi todo el cuerpo de mi chica con mis propios brazos.

-¿Qué ha pasado?-Me preguntó ella como pudo,con a penas un hilo de voz.

-Nada. Duérmete.-Le contesté acariciándole la frente.

Escuché unos pasos,y Ben comenzó también a inspeccionar la sala mientras que Gin se mostraba visiblemente aterrorizada ante la escena que presenciaban sus ojos.

De repente, sin previo aviso,una voz conocida inundó el pasillo,y mi chica,al oírla, quiso deshacerse de mis brazos,pero yo se lo impedí,pues no sabía de quién se trataba.

-Ahora sí que está muerto de verdad. Vaya farsante... -Dijo aquella voz femenina.

Iria volvió a removerse, inquieta, y esta vez si dejé que sus pies tocaran el frío metal.

Corrió hacia su dirección como pudo, sosteniéndose con las dos manos el abdomen.Alcancé a ver como se tiró a los brazos de una chica pelirroja,después de gritar:

-¡¡¡Selena!!!

¿Esa Soy Yo?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora