PARTE 31

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Iria

La cara de esperanza de mi madre se convirtió en una completamente asustadiza.

-Cariño,no vamos a caber todos. Es imposible.

-Créeme, mamá, es posible.

Intercambié una mirada de acuerdo con Gin, y ella asintió.

-Pero...haremos demasiado ruido...-Intervino Ben.

-Ejem...¿Quién será el que hace ruido aquí? -Apuntó Sett,mirando con superioridad  al hermano de mi amiga.

Me reí.

-No me seas rubio otra vez y quítate las botas.-Le ordenó su hermana.

El grandullón resopló por lo bajo y se agachó. Comenzó a desarmar el cordón de la bota izquierda y tiró de ella. La bota cayó al suelo metálico acompañado de un fuerte ruido sordo.
Entonces,cuando iba a deshacerse de la bota que le quedaba,caí en la cuenta:

-¡¡Espera!! -Grité,interponiendo las palmas de las manos entre el aire y yo.-Por dios...¿otra vez nos toca asfixiarnos?

Selena miró a mi madre con un atisbo interrogativo en su rostro,sin comprender siquiera mi queja.

-A Ben le huelen los pies a queso podrido.-Les aclaré, sacando la lengua y fingiendo arcadas.

Las dos se miraron por un instante y estallaron en carcajadas.

Ben,que ya se había incorporado sin quitarse la bota que le quedaba, parecía avergonzado. Aunque él intentó negarlo,sus mejillas sonrosadas y sus vaivenes nerviosos decían lo contrario.

-¡Oye! No huelen tan mal...-Se defendió él.

Gin lo miró y lo apuntó con un dedo,divertida.

-¿Ah no, hermanito? Entonces no te importaría quitarte el calcetín y aspirar su olor...¿Verdad que no?

-Puaj,Gin...-Rió Sett.

Ella le dirigió una mirada pícara y esperó a que su hermano aceptara la asquerosa propuesta.

El aludido la miró con los ojos como platos, como si fuera a cancelar el reto,pero, finalmente, se agachó de nuevo y se sacó un calcetín apestoso.
Todos gritamos en señal de desaprobación mientras animábamos con aplausos al adolescente (aunque no lo suficientemente alto por si los guardias advertían nuestra presencia).

-Eem...no creo que esto sea muy buena idea...-Anunció Ben,asqueado por el olor que le llegaba de su calcetín situado a unos centímetros de sus fosas nasales.

-Ups,no haber aceptado la petición, hermanito. -Contraatacó la peli-verde.

El chico centró sus ojos en el calcetín causante del desagradable tufo a queso podrido y tragó saliva ruidosamente ante la mirada divertida del grupo.
Después, se acercó la prenda a la nariz y aspiró su "delicioso" olor.
Sus ojos quedaron en blanco y se echó hacia atrás, fingiendo un desmayo. Su hermana se reía de él a más no poder, lo que provocó que los demás la imitaran.

-¿Qué tal? ¡Seguro que huele a rosas!-Lo provocó ella.

Ben se incorporó y le lanzó una mirada asesina a su hermana.

-Vale,tenéis razón. Huele fatal.-Coincidió el rubio.

Selena se reía junto a mi madre señalando al chico. Me alegraba verla así de feliz,pero no allí, no en la base. La base era literalmente una cárcel, una cárcel donde el jefe le absorbía la vida a los adolescentes por el simple hecho de hacerse más poderoso.
Debíamos salir de allí.
Y no era la única que estaba de acuerdo.

-Pues,por desgracia...debemos aguantarnos.-Advirtió mamá, graciosa.

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Sett me subió en sus hombros después de darme un rápido,pero dulce beso en los labios.
Me estiré todo lo que pude para poder agarrar la rejilla del techo,pero estaba demasiado alta.

-¿Por qué no me habéis dicho que necesitáis ayuda? Sabéis que precisamente esto es pan comido para mí.-Nos dijo Gin,caminando hacia nosotros.

Mi amiga elevó las manos y con repetidos giros,la rejilla comenzó a desencajarse del techo gris. Los tornillos cesaron y cayeron uno a uno al suelo,con un chirrido metálico.
Después, la chica sostuvo la rejilla en el aire y la colocó cuidadosamente en una esquina del pasillo.

-¡Vía libre!-Gritó, en modo de aviso.

Selena y mamá, que estaban vigilando al otro lado del pasillo,corrieron al lado de Gin y se prepararon para saltar.

-Subimos nosotros primero.-Anunció Sett guiñándome un ojo.

-Claro,los tortolitos primero.-Dijo Gin,que no había dejado pasar por alto el gesto de mi chico.

Puse los ojos en blanco y Sett me volvió a elevar,como si de una pluma tratara.
Sostuvo sus manos en mi cintura hasta que al fin mis dedos lograron coincidir con la  plataforma de metal que daba directamente al conducto de aire.
Me adentré en él sin dificultad alguna y avancé a gatas dejando el espacio suficiente para dejar entrar a la siguiente persona.

Un fuerte empujón me hizo removerme bruscamente hacia delante.
Pensaba que era Ben,por lo descuidado que puede llegar a ser él a veces,pero entonces,aspiré su olor: ese olor con el que me quedo dormida a todas horas,ese olor que tanto me reconforta,ese olor tan...tan suyo.

-¿Te he hecho daño,tomate quemado?

Sonreí nada más escuchar su voz.

-No,tranquilo,pescado mojado.

No tuve por qué mirarlo,sabía que estaba esbozando aquella sonrisita torcida que tanto me gustaba.

En poco tiempo,ya estábamos todos ocupando el conducto: Yo iba en cabeza,Sett detrás de mí, Selena detrás de él, mamá después y Gin era la penúltima, Ben cerraba la fila.

-¡Auch! ¡Me haces daño, so bruto!-Se quejó Gin.

Los hermanos no paraban de discutir entre ellos(como siempre) ,y, de vez en cuando,alguno tenía que susurrar un "sssssshhhhhhhh" repetidas veces,hasta que al fin callaban.

-¡Es que vosotros no tenéis Que soportar el "olor a flores" de los pies de mi hermano!

Iba a reírme, pero justo en ese momento,la primera abertura que se dejaba ver desde hacía por lo menos quince minutos,me incitó a que me asomara por ella...

Y preferiría haber pasado de largo...

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