PARTE 1

21.9K 828 144
                                    

-¡Iria!

-¿Qué pasa, mamá?-Dije con un suspiro.

-¡Date prisa, llegarás tarde!

-Ya voy, mamá...-Cedí yo.

Me levanté de la cama con un gran esfuerzo y me dirigí al baño. Cuando entré, cerré la puerta detrás mía y me dispuse a echarle una mirada a la chica del espejo.

-¡Oh, madre mía! ¿Esa soy yo?- Exclamé al ver mi pelo despeinado y mi cara hinchada de recién levantada.

-Sí, cariño, esa eres tú.

<<Cállate, mamá>> -Pensé

Cogí el cepillo y comencé a estirarme de los pelos, con el fin de que se quedaran presentables. Estuve bastante tiempo intentando alisármelo, pero no pude, así que opté por darme una ducha.

Cuando acabé, y ya me había enrollado la toalla, visualicé que la estufa se había estropeado.

-Bah, ningún problema.-Me dije a mí misma.

Acerqué una mano a la estufa. De ella brotaron diminutas llamas de fuego hasta hacerse lo suficientemente grande como para poner en marcha una estufa barata. Tuve éxito al principio, hasta que percibí un ligero olor a quemado, me volví hacia la estufa y con la boca abierta contemplé como se incendiaba mi dichoso aparato, y con él las cortinas de la ducha...

No tuve que llamarla, cuando me dí cuenta ya estaba al lado mía.

-¿Otra vez?-Exclamó ella. No había ni una chispa de enfado en su rostro, lo cual no me sorprendió. No era la primera vez que se la liaba con la estufa.

-Lo sien....-No pude acabar la frase. Mi madre ya había empezado a apagar el fuego.

En un abrir y cerrar de ojos, las llamas desaparecieron de mi baño.

-Cariño, la próxima vez que no te funcione la estufa, sólo tienes que llamarme.¿De acuerdo?-Me dijo con una sonrisita traviesa.

-De acuerdo mamá. Lo siento.

Me miró por última vez sin perder la sonrisa. Luego, desapareció por el pasillo,en dirección al salón.

Me quedé allí quieta, pensativa. Volví a mi habitación roja de vergüenza, como todas las veces que incendiaba la estufa.

Abrí el armario y me dispuse a elegir un conjunto apropiado para una entrevista. Al final, opté por ponerme un vestido y un par de sandalias, después de todo, solo era una entrevista.

-¿Estás lista ya?-Me gritó mi madre desde donde estuviera.

-¡Ya casi estoy!-Le respondí.

Aligeré el paso hacia la cocina, donde me encontré a mi madre. Siempre suele estar en la cocina, le gusta hacerme el desayuno.

-Aquí tienes tu desayuno.-Me señaló la encimera. No había nada.

-Ahí no hay ningún desayuno que yo pueda ver, mamá.

-Lo sé.-Se rió.-Ya sabes que no tardo nada en hacértelo. Dame dos segundos.

En cuanto pronunció esas palabras, me despeinó de nuevo el aire que provenía de su lugar.

-Aquí tienes.-Me dijo ella con el plato en las manos. Efectivamente, tardó dos segundos en hacerme un sándwich con mantequilla y jamón york.

-¿Podrías dejar de usar tus poderes cuando me preparas el desayuno?-Le dije agarrando el plato.

Ella sonrió.

-¿No crees que así es más divertido?

-Para ti, que te divierte hacerlo todo a velocidad. En cambio, a mí me despeinas todas las dichosas mañanas.

¿Esa Soy Yo?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora