PARTE 33

1.4K 158 1
                                    

Iria

Una imponente barrera verde se alzó ante mi mirada entusiasmada.
Entre ella,se podían distinguir las numerosas ramas gruesas que le daban un aire precioso. Algunas constaban de bonitas flores rojas que adornaban perfectamente a las hojas.

Una de las cosas que más me impresionaron del chico fue la absoluta habilidad que tenía de sentirse superior con tan solo doce años,que en cierta manera,destacaba por sus mortíferos poderes. ¿Quién dijo que la vegetación era el elemento menos poderoso?

-¡Bien hecho,Oli!-Le felicité,revolviéndole su espesa cabellera negra.

Sin embargo,él apartó mis brazos y elevó las palmas de sus manos,pidiendo mi espera.

-Te he dicho que esto no es lo único que puedo hacer.

Abrí la boca para murmurar un "¿Qué vas a hacer?",pero al escuchar un pequeño zumbido,mis ojos me guiaron hacia la barrera: las flores,que tan pacíficas parecían,comenzaron a echar un extraño gas amarillo,que se filtraron por las fosas nasales de Pat,que comenzó a toser desesperadamente agarrándose la garganta.

Emití un grito de júbilo.

-¡Eres un genio,Oli!

Me dedicó una gratificante sonrisa y señaló al centro de la batalla.

-Sí, debo ir.-Le dije antes de lanzarme a Pat junto a los míos.

Oli se quedó atrás,cubriéndonos las espaldas con su barrera cada vez más indestructible,parecía ser que cuanto más tiempo pasara sin ser dañada,más fuerte se volvía.

Busqué a Sett con la mirada y lo vi: apuntaba con un ojo cerrado al centro de la boca del jefe,que la tenía abierta de par en par por los gases tóxicos de las flores.
Aproveché el momento y me ubiqué a su lado.

-Hola de nuevo,pescado mojado.-Le dije,divertida.

-Hola,mi precioso tomate quemado.-Me respondió mirándome,pero sin apartar las manos del potente chorro de agua que salió después.

Pat tosió mucho más fuerte que la anterior vez y se dio de bruces contra el suelo,provocando una pequeña fisura en su barbilla,que sangraba con bastante ímpetu.
No parecía volver a ponerse en pie,por lo que Selena se agachó y sacó uno de sus afilados cuchillos,dispuesta a acabar con él por fin.

-Vaya,vaya...pero si el jefe ha sido derrotado...¿Deberías darme pena? No. Por supuesto que no. Me das asco.-Le insultó ella.

Seguidamente,acercó el cuchillo a su grasiento cuello.
Tuve que apartar la mirada. Ya lo había visto una vez y no quería repetir la experiencia de ver cómo se descuartiza a alguien en primera persona.
Sett me atrajo hacia su musculoso abdomen y me tapó con él, había entendido que no quería formar parte de aquello.

-¿Derrotado? ¿Yo? JA JA JA.

Levanté la cabeza rápidamente y mis ojos me guiaron hacia el sitio proveniente de la voz.
Quisiera haberle cortado la cabeza yo misma: Pat alzaba a mi mejor amiga por encima de los hombros,agarrándola del cuello. Ella emitía ruidos ininteligibles cada vez que aquel viejo asqueroso apretaba con más fuerza su delicada tráquea.

Me quedé allí,petrificada. Sin saber muy bien qué hacer. Ni siquiera yo misma sé por qué no salté a escena en cuánto Pat se puso en pie.
Mamá saltó por encima de la cabeza del jefe como un torbellino de aire,arrasando con todo. Se colgó de la espalda de Pat y también ella comenzó a estrangularlo. Pero Pat,sin previo aviso,aplastó el pequeño cuerpo de mi madre contra la pared,haciendo que ella cayera al suelo,sin reacción alguna por su parte.

-¡¡MAMÁ!!-Grité desesperada,sacándome de mi extraño aturdimiento.

Corrí lo más rápido que mis piernas me permitían y me tiré con tanta fuerza,que acabé derribando al viejo.
Le golpeé repetidas veces la mugrienta cara hasta que mis nudillos sangraron.
Mi amiga cayó a un lado,emitiendo sonidos desde su garganta.

La había salvado.

Ben vino en mi ayuda y acabó rematándolo con una potente patada en el mentón.
Aquel ruido tan desagradable se me quedará grabado en la mente para siempre...

-No vais a conseguir vencerme,mocosos...-Dijo él,con la sangre escapándose por su asquerosa boca.

Me acerqué a él con una sonrisa pícara y me arrodillé a su lado.
Él me agarró agresivamente la pierna,y yo,cuidadosamente le puse una mano en su repulsiva tripa.

-No me toques,imbécil.-Le reté.

Él sonrió con suficiencia.

-¿O qué?

-O esto.-Le dije.

Apreté la mano en su tripa y comencé a hacer fluir una gran llama sobre la palma de mi mano.
Su rostro,que en ese instante demostraba victoria, se tornó lleno de dolor.

-¡¡PARA,PARA!!-Me gritó, desesperado.

-¿Para quién?-Me reía de él, formando expresiones con sus súplicas.

-¡¡POR FAVOR,PARA!!

Y paré, pero no sin antes guiñarle un ojo,en señal victoriosa.

-Te dije que no me tocaras.

Me acerqué a mi grupo,que me vitorearon estupefactos,y les dije.

-A mi señal,atacáis todos a la vez. ¿De acuerdo?

-¡A tus órdenes, capitana! -Estuvo de acuerdo el rubio.

Oli hizo desaparecer la barrera natural y corrió hacia nosotros.

-¿Yo también puedo participar en la matanza?-Me preguntó,mirando a Pat con odio.

-Claro que sí,pequeño.-Reí,y le revolví el pelo por segunda vez.

Ben cogió en brazos a mamá, que estaba inconsciente,y a Selena que a penas podía mantenerse en pie,sin ninguna dificultad. Las depositó cuidadosamente en una de las esquinas de la sala y volvió con nosotros.

Formamos un pequeño círculo alrededor del jefe y nos colocamos en posición de ataque.

Gin elevó un abre cartas que había sacado de un cajón y apuntó desafiante a Pat.
Ben agarró un armario repleto de pesas,y Sett apuntó con las palmas en dirección al agresor.

Miré a todos una última vez y me concentré en la diminuta llama que crecía alrededor de mis dedos,que minutos después se moldeó a la forma de un cuerpo humano. Sonreí satisfecha ante mi creación y miré por última vez a unos ojos consumidos por el miedo.

Iba a pagar por todas las muertes innecesarias que había hecho.

Y vaya si lo pagó.

-Quería decirte una última cosa antes de calcinarte vivo...-Le provoqué,apuntándole con un dedo.

-¿Q-qué...?-Contestó él, preso del pánico.

Sentí una oleada de adrenalina subirme por las venas.
Lo miré desafiante y le dije lo más tranquilamente que pude:

-Que te den.

Entonces,con un simple movimiento de mano en forma de señal,nuestros mortíferos poderes cayeron sobre el hombre que nos hizo vivir toda aquella aventura.

¿Esa Soy Yo?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora