PARTE 8

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-¿Qué acabamos de hacer?

-Acabamos de besarnos. -Me susurró, y volvió a besarme.

'Toc, toc'

-¿Puedo pasar?-Dijo Selena desde otro lado de la puerta.

Me deshice de Sett rápidamente y me senté sobre la cama. <<Por poco nos pilla>>

-Emm...sí. Pasa. -Le grité.

La puerta se abrió con mucho cuidado, Selena entró tímidamente y me lanzó una mirada de advertencia, cómo preguntándome si había interrumpido algo.

-¿He...interrumpido...algo?-Dijo al final. Paseando su mirada por nosotros.

-Emm...no, no. Qué vá. -Dije.

-No estábamos haciendo nada...raro, tranquila. -Dijo Sett mirándome.

Mi amiga se rió y me miró en forma de sorpresa. Sabía que había ocurrido algo, no me podía escapar de ella, tenía que contárselo.

-Bueno...¿cómo estás?-Le pregunté, tratando de disimular.

-Bien, supongo. ¿Y vosotros?

-Mejor que nunca. -Respondió Sett esbozando una sonrisa de suficiencia.

Me giré hacia él y le di un codazo en el brazo, a lo que él respondió con lanzarme al suelo para hacerme cosquillas.

-¡Eh! ¡Quita, quita!-Le grité sin poder parar de reírme.

Miré a Selena. Ella se reía, nos observaba y de vez en cuando lanzaba algunos suspiros, como diciendo: ''Oh, que bonito es el amor'' o ''Qué buena pareja hacen''

Una vez que se hubo quitado de encima mía y paró de querer dejarme sin aire, Selena anunció que tenía sueño:

-Chicos, estoy muerta de sueño.-Dijo mientras bostezaba. -Me voy a la cama. Buenas noches.

Y salió por la puerta. Miré a Sett:

-Bueno, ¿y tú, que?

-Ya es tarde. Supongo que yo también tendré que descansar.

-Vale. Buenas noches.

-Buenas noches, señora tomate quemado. -Dijo antes de darme otro beso en los labios y agarrar el pomo de la puerta.

<<Vaya día llevo>>

Tiré de las sábanas de mi cama recién hecha y me metí dentro de ella, como si fuese un sobre.  Antes de quedarme dormida, pensé en lo que había pasado en todo el día. Me vinieron a la mente un montón de diapositivas: desde el momento en el que encontramos  a Selena hasta el momento del beso, y por último, el momento de hace unos minutos. Luego, caí en un sueño profundo, tan profundo que ni el canto de los ruiseñores pudo acabar con él.

A la mañana siguiente, me desperté sobresaltada, aunque sin motivo alguno. Debió de ser por la tensión acumulada que llevaba desde que empezó todo esto. Como si hubiera adivinado mis pensamientos, Sett entró en mi habitación.

-Despierta, dormilona. -Me dijo.

-Estoy despierta. -contesté tratando de quitarme el edredón de encima.

-Hoy te lo vas a pasar de muerte, nena.

-¿Por qué? ¿Qué se supone que vamos a hacer?-Dije sin parar de bostezar y restregarme los ojos. Suerte que no llevaba maquillaje alguno, de haber sido así hubiera parecido que me tiré llorando toda la noche.

Volví a bostezar y él se río.

-Pero antes de la diversión, más vale que te despiertes del todo.

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