Iria
La bilis me subió de nuevo por la garganta,esperando abrirse paso entre mis labios. El cadáver de Leo yacía inerte sobre las losetas de metal. Un líquido de tono granate manchaba su impecable vestimenta,saliéndose así de entre sus miembros. Su boca estaba abierta de par en par,como si su muerte le hubiera pillado desprevenido, aunque en cierto modo, así fue.
Me costaba creer que aquella chica de cabello rojizo,tan inocente y tan tímida, aquella chica que cuando se hacía fotos con su mejor amiga y veía pasar a gente alrededor suya, apagaba el móvil rápidamente y esperaba a que la gente se hubiera dispersado para volverlo a sacar, aquella chica que todavía no había sido capaz de dar su primer beso debido a su timidez, aquella chica que se sentaba todas las tardes a mi lado a charlar por horas sobre lo tontos que eran los chicos... era la asesina.
Sabía que Leo se lo tenía merecido, sabía que esto debería haber ocurrido hace bastante tiempo a atrás para causar menos daños de los que causó.
Mamá se encontraba perdida en esos momentos,y no quería que mi mente diera lugar a pensar en cosas terriblemente dañinas.
Algo me decía que mamá debía estar bien. Ella debía seguir viva. Y ese algo, me impulsó a seguir adelante.
A terminar de una vez el puzzle que había dejado meses sin terminar. Pero...debía encontrar la pieza perdida.-¡Puaj!Qué asco...¿no podrías haber sido Un poquito más cuidadosa, pelirroja?
Las quejas de Gin me sacó de mis pensamientos, y en mi mente, se lo agradecí. No quería seguir con los que se me venían a la cabeza...
-De hecho, creo que he sido bastante cuidadosa.-Contestó mi mejor amiga,muy seria.
Gin abrió la boca con asombro y quiso reprocharle algo,pero a última hora optó por mantenerla cerrada, ya que al ver de lo que era capaz la nueva integrante del grupo,tal vez le diera algo de miedo llevarle la contraria.
Levanté cuidadosamente una pierna por encima del cadáver, sin mirar el gran charco de sangre que estaba formado alrededor de él. Después, levanté la otra, y en pocos segundos ya estaba en la otra punta del pasillo,donde se encontraban todos.
Sett me miraba con indiferencia,frunciendo el ceño,como si en algún momento quisiera preguntarme qué me ocurría. Suavicé mis expresiones al notar que tenía la nariz ligeramente arrugada,en una expresión espontánea de asco.
-Estoy bien. No te preocupes. -Me apresuré a decirle antes de que preguntara.
Sonrió de la manera más bonita que pude ver y se acercó lentamente hacia mi, depositando un pequeño beso en mi frente que me hizo sentir un zoológico dentro del estómago. Especialmente, los besos en la frente no eran para cualquier persona.
Seguidamente, me cogió de la mano y me guió hasta los demás.
Sus manos eran robustas. Parecían fabricadas a mi medida, de manera que las mías encajaran perfectamente entre las suyas,sin ningún defecto de fabricación. No pude reprimir la brillante sonrisa que se dibujó en mis labios.Entonces, una sombra negra cruzó en perfecta sincronía por delante de nuestras miradas expectantes. Un escalofrío me hizo estremecer,arqueando ligeramente mi espalda.
¿Y si Pat había decidido volver a visitarnos? ¿Qué clase de poderes habría conseguido y con quién los usaría?-Eh, ¿Qué demonios ha sido eso? -Preguntó Sett a mi lado, apretando cada vez más mi mano,como si me fuera a escapar en cualquier instante.
-Yo también lo he visto. -Contestó Gin mirando a su hermano, que asintió.
<Por lo menos no soy la única que ha visto el fantasma>
-Esperad aquí. -Nos ordenó Selena,apretando el botón de su antebrazo, del que salió una pequeña daga.
Con el objeto afilado ahuecado en la muñeca, avanzó sigilosamente hacia la dirección de la sombra misteriosa.
Sobre su espalda,elevó una mano,pidiéndonos que no avanzábamos.
Me percaté de que Sett hacia el intento de perseguir a Selena,le detuve poniéndole una mano en el pecho.-No. No vayas.
-Puede pasarle algo. Acabamos de ver la sombra.-Insistió él.
-Nos ha pedido que nos quedemos aquí,ella sabe qué hacer.
-Debo ir...
-Sett,por favor...-Le supliqué.
Él se quedó unos segundos observándome. Paseaba su mirada de un lado a otro, buscando alguna solución coherente.
Al final,se rindió y se volvió a acercar a mí, resoplando.-Está bien. Está bien...prefiero quedarme contigo.
Sonreí y le dí un pequeño beso en los labios.
Al contemplar su rostro no pude evitar soltar una carcajada. Estaba rojo como un tomate.-Vaya,vaya...¿Pero qué ven mis ojos? ¿un tomate quemado en venta?
Se rió de mi rara combinación de palabras y se acercó peligrosamente a mi,tanto que notaba su respiración contra mi boca.
-¿Me compras?-Me dijo.
-Aunque valieras un millón de euros.
Sus labios rozaron contra los míos suavemente, fundiéndose en una tierna caricia.
Ya comenzaba a notar el ascendente rubor en mis mejillas,y tuve que cubrirme la cara con las manos para que al mirarme, no me viera en ese estado inocente que tanto le gustaba.
Se acercó sigilosamente y me susurró al oído:-Gané.
ESTÁS LEYENDO
¿Esa Soy Yo?
Science FictionElla era una chica normal, incapaz de manejar su furia. La buscan, pero ella se esconde. Le hablan, pero ella calla. La encuentran, pero ella escapa. Él era un chico normal, capaz de enfrentarse a la ira de ella. Lo manejan, pero él corta las cuerd...