PARTE 34

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Iria

Murió de forma rápida. Hasta podría decirse que no había sentido dolor alguno por el repentino ataque combinado.

En mis pensamientos más oscuros, se merecía morir.
Jugó sucio y engañó a todos los adolescentes capaces de manejar cosas que los humanos no podían manejar metiéndolos entre rejas,de las que solo el traidor de Leo y mamá pudieron escapar,poco después,nací yo, creciendo en un extraño mundo lleno de mentiras ocultas que hace poco descubrí por mi cuenta.

Pasé junto al cadáver con los ojos cerrados. Estaba harta de ver caos y destrucción.
Aunque la culpable fui yo,no me arrepiento de haberlo hecho: vengué a todos los inocentes que murieron sin obtener respuestas.

Llegué junto a Gin,quien me felicitó triunfalmente por la abierta orden de lanzamiento. La abracé y ante las miradas de gratitud de mis demás compañeros, me dirigí al rincón donde Ben había dejado a Selena y mamá,que ya había despertado de su corto trance.

-¿Estáis bien?-Les pregunté arrodillándome junto a sus cuerpos.

Mi mejor amiga se llevó una mano a la cabeza y se masajeó rápidamente las sienes. El fuerte agarre de cuello parecía haberle dado dolor de cabeza.

-Sí, estamos bien...-Contestó ella. Al ver mi mirada furiosa por lo que acababa de pasar,añadió: -¿Y tú? ¿Estás bien? Te veo...apagada.

Aparté la mirada del suelo gris y nuestras miradas se encontraron. Abrí demasiado la boca y con un movimiento esporádico de manos,exclamé:

-¿Yo? ¿Apagada? ¡No me había sentido tan bien en mi vida!

Selena me aplaudió y mamá sonrió, incorporándose levemente para darme un tierno abrazo.

-Eres la mejor, hija.-Me dijo.

-Bah,tonterías. La mejor eres tú, correcaminos.-Le contesté,quitándole hierro al asunto.

-Lo que te encanta ponerle motes a la gente...

Me giré con el corazón en un puño y admiré su angelical rostro. <<Lo que me encanta este chico...>>

Me acerqué a él y envolví mis brazos en su robusto cuello.
Me sujetó por la cintura y me dio un beso en la mandíbula.

-No hemos pasado ni medio minuto separados y ya te echaba de menos.-Me susurró,disfrutando del olor de mi pelo.

Sonreí ante su confesión y le di un largo beso en los labios.

-OOOOOHHHHH l'amore!-Gritó Ben,con las manos entrelazadas.

Ni siquiera me había dado cuenta de que todo el grupo nos miraba con los ojos llenos de lágrimas de emoción. ¿Tan emotivo había sido nuestro encuentro de diez segundos?
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-Que sitio tan raro.-Murmuró Oli,que no se despegó de mi brazo ni un solo minuto.

-¿No habías estado por aquí antes? Tú eres de la base.-Intervino Gin,mirando a niño.

-Sí, pero él no me dejaba salir de la habitación. -Respondió señalando a la habitación de donde habíamos salido.

-Qué capullo...-Dijo Gin por lo bajo,para que el niño no pudiera escucharlo.

Después de estar por lo menos media hora recorriendo un solo pasillo oscuro que parecía no tener fin,llegamos a la puerta de la sala deseada.

-Bien. Ya hemos llegado.-Dijo Ben parándose de golpe en frente de la entrada.

-¿Qué es lo que hay ahí dentro?-Preguntó Oli,que no estaba al corriente de lo que se escondía detrás de la pared.

-Una completa jauría de animales. Ten cuidado y procura que no te pisen,pequeño.

Y en efecto, Ben no se equivocaba: en cuanto abrió la puerta miles de cuerpos escaparon de entre las rejas de la habitación. A simple vista,daba la impresión de que no cupieran toda esa cantidad de personas en una simple habitación.

Ocuparon todo el pasillo y nos rodearon.

Paseé mi mirada sobre todos los rostros que pude.
Una mujer,ya entrada en años,abrazaba a un niño pequeño de unos siete años. Pensaba que allí solo estaban internados los adolescentes entre quince y veinte años,pero me equivocaba.

Se apretujaron cada vez más entre ellos y se quedaron mirándome fijamente. La verdad...me intimidaban muchísimo.
Yo miraba de un lado a otro sin dejar de sonreír, y recé porque ese momento tan incómodo pasara rápido.
Entonces,como si me hubieran leído el pensamiento, una niña se escapó de entre los brazos de su madre y se ubicó frente a mis ojos,captando mi atención.

-Nos has salvado. Eres una heroína.-Me dijo con un brillo especial en los ojos.

Me arrodillé a su lado y le acaricié la mejilla.

-Te voy a enseñar algo,guapa.-Le dije.- ¡Apagad las luces!

Mi madre fue directa al interruptor de la luz y lo presionó.

-¡Listo!-Gritó ella.

Les ordené que se alejaran un poco de mi alcance,dejando solo a la niña a mi lado.
Comencé a hacer maniobras extrañas con las manos y,ante la mirada expectante de los demás, hice brotar una llama azul. Le ordené con una leve orden,que se moviera entre los presentes.

Cada vez que el fuego fatuo alumbraba la cara de cada niño, estos exclamaban un fuerte "ooooohhh".

-¡Qué diver,qué diver!-Exclamó la niña.-¡Eres fabulosa!

Ella volvió con su madre,que me miraba agradeciéndome el espectáculo,y yo me levanté de un salto,volviendo con los míos.

Selena se deslizó hacia el interruptor y encendió la luz de nuevo.

-Solo nos queda hacer una cosa...-Dijo Gin.-Yo iré llevándolos a fuera mientras tú colocas los explosivos.

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