Sett
El dolor era insoportable,casi puedo lograr recordarlo. Era como si te estiraran el cráneo con una grúa,aprovechando la última gota de conciencia que te quedaba para hacerte sufrir más de lo que ya estabas sufriendo. Y yo seguí negándome a confesar el paradero de los demás, la cúpula a las orillas del mar. Ya estaba haciéndome a la idea de que este era el final, que iba a morir, cuando apareció ella. Después de todo lo que le había hecho, aunque era por su bien (cosa que ella no sabía) ,ahí estaba, dispuesta a sacarme de aquí y a matar a cualquiera por mí. Con su largo pelo negro recogido en una cola, que se mecía bajo la luz de los fluorescentes de aquella sala de tortura. Y, como siempre, con sus dos impecables mechas azules al viento. Siempre tan preciosa, tan perfecta, tan...ella.
La vi luchar junto con otra chica que me sonaba, pero no podía recordar su nombre. Los movimientos de mi chica eran limpios y rápidos, ella nunca jugaba sucio. Ni siquiera activó sus poderes. Pat también se movía, pero no lo suficiente como para vencerla. Ese traje negro...le sentaba de muerte, realzaba sus curvas y se abrazaba a su cintura como si fuera cinta adhesiva. ¿Qué hombre sería capaz de dejarla ir? Estaba claro que yo no era uno de ellos.
Pero yo ya empezaba a perder la conciencia...
Ya empezaban los primeros efectos de la muerte...
Iba a morir con el maldito pensamiento de que ya la había perdido, que nunca sería mía...
Fue entonces cuando pude ver que habían tumbado a Pat en el suelo, inconsciente. Mi ángel se acercó a mi y me gritó algo. Parecía preocupada, con lágrimas en los ojos. pero yo ya no escuchaba nada, me estaba muriendo.
-Iria...iria.
''¡Qué! ¡Joder! ¡Qué!'' -Conseguí leer aquellos preciosos labios carnosos. Me moría por besarlos una última vez.
-Te...te quiero.
Entonces, todo se volvió negro.
Me desperté en el otro mundo, o eso creía yo. Estaba aturdido. Y la había perdido, lo sabía. Elevé la cabeza y me la encontré de frente. Ella.
-¿Cómo es que tú también estás aquí? Deberías estar viva.
Aquella preciosidad pegó un respingo, lo que provocó que yo también lo dara, estaba acunado en su regazo. Me miró y las lágrimas no tardaron en acudir a sus bonitos ojos. Me acarició el pelo.
-No estás muerto. Estás vivo, aquí conmigo.-Dijo aquel ángel.
-Me da igual la muerte, mientras esté contigo me basta.
Con el pulgar le agarré la lágrima que empezaba a correr por sus carnosas mejillas sonrosadas. Ella se rió.
-No te pongas tierno ahora, señor pescado mojado.
-A sus órdenes, señora tomate quemado.
Me encontraba mucho mejor. Giré la cabeza y vi a Pat tirado en el suelo, inerte.
-¿Está muerto?-Le pregunté señalando al cuerpo.
-No. Solo está durmiendo la mona.-Dijo la chica que acompañaba a mi chica.-Tú debes de ser el chico que salvó a Iria aquel día en su casa ¿verdad? Yo soy Gin. Un placer, chico del agua.
<<¿Qué se supone que hace la tía del pelo verde ayudando a Iria? ¡Si hace poco intentó matarla!>>
-Sett.-Y nos estrechamos la mano.

ESTÁS LEYENDO
¿Esa Soy Yo?
Ficção CientíficaElla era una chica normal, incapaz de manejar su furia. La buscan, pero ella se esconde. Le hablan, pero ella calla. La encuentran, pero ella escapa. Él era un chico normal, capaz de enfrentarse a la ira de ella. Lo manejan, pero él corta las cuerd...