PARTE 11

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-Me parece que alguien no ha estado prestando atención...-Dijo Selena lanzándonos un mirada serena.

-Lo siento.-Dijimos los dos a la vez, lo que nos provocó más risas.

-Pues ahora si os conviene estar atentos, niños.-Replicó mi madre.

¿Niños? Mamá nunca hablaba así. Estuve a punto de reírme otra vez, pero me contuve. Ya era suficiente.

-Acabamos de elaborar un plan: Selena se encargará de distraer a los guardias, nos mandará una señal dándole unos golpecitos al metal de la tubería con sus armas. Seguidamente, yo fundiré las luces de la base y Sara correrá hacia los paneles de control para poder desactivar las trampas de seguridad de los pasillos. Luego, tú-Dijo Leo señalándome con el dedo.-encenderás un llama para que podáis ver con claridad. Sett bañará los paneles que intentó desactivar Sara, en caso de que no lograra hacerlo por sí sola. Y por último, liberaremos a todos los que estén prisioneros en la base. ¿Lo habéis comprendido?

Los dos asentimos. Pero algo me decía que no iba a ser tan fácil. Dicho así, era coser y cantar ,pero todos sabíamos que no sería así. Incluso mamá. Si nos pillaban...fin del juego.

Estaba convencida de que sería más probable que perdiéramos. Al fin y al cabo, ellos eran todo un ejército y nosotros...bueno, nosotros solo éramos cuatro. Tres como ellos y una humana. No disponíamos de mucho, sinceramente.

Pero aún así, estuve de acuerdo. Más valía morir por algo que querías llegar a conseguir que vivir con la culpa de no haberlo intentado siquiera. Iba a luchar. Íbamos a luchar.

-No podemos perder más tiempo, tenemos que salir cuanto antes.-Se apresuró a decir mi madre.

Leo asintió y nos hizo un gesto con la mano para que le siguiéramos. Él era el que se sabía el camino hacia la base. Aunque mamá también, pero Leo había estado allí hasta hace poco, cuando lo dejamos inconsciente por culpa de la descarga que le provocó Sett.

Sett.

Lo busqué con la mirada y cuando lo encontré, aferré mi mano a la suya. Tal vez ese sería el último contacto que tuviéramos antes de llegar. Tendríamos que separarnos. Él no me miró, sonrío levemente y me apretó la mano todavía más. Me alegré de que no me la hubiera apartado, y sobre todo de ese gesto de afecto...en fin, casi me da un infarto de la ilusión. <<No te ilusiones, Iria.>> Pero ya era tarde. Me ilusioné de tal manera que parecía una niña de cinco años esperando su regalo de navidades.

Selena se me acercó para darme la mano, casualmente la misma que estaba ocupada por la de Sett. Al ver esta escena, se rió por lo bajo y se apartó de nosotros. Me sonrojé.

-Bien. Esta mañana estuve investigando, y un poco más allá del faro encontré un helicóptero. No funcionaba, como me suponía, pero eso no era problema para mí. Ahora ya tenemos vehículo.-Anunció Leo con suficiencia.

Tras sus palabras, entendí por qué no lo encontraba esta mañana por ninguna parte. Estaba ocupado con el helicóptero.

-¿Estos bichos...son seguros?-Preguntó Sett.

-Más que seguros, jovencito.-Respondió él.

<<Vaya. ¿Pero que les pasa a estos dos  con ''niños'' y ''jovencito''?>>

Sett debió haberme leído la mente, porque giró la cabeza y cuando nuestros ojos se encontraron, casi se le escapa una carcajada.

-Venga. Arriba todos.

Nos pusimos en fila india y nos apresuramos a subir al trozo viejo de metal. Mamá se sentó junto a Leo, de copiloto. Y Leo, como me esperaba, se sentó en el asiento del piloto. Selena, Sett y yo nos ubicamos atrás. Advertí que Sett se dio demasiada prisa en adoptar un sitio a mi lado, probablemente porque yo ya había subido y Selena quería colocarse a mi lado, pero él le quitó el asiento. Y...me sonrojé de nuevo. <<Maldita sea, Iria>>

¿Esa Soy Yo?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora