PARTE 21

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Iria

Sett y yo saltamos en su defensa, pero algo nos impedía dar un paso más. Los huesos me pesaban y parecía que iba a caer dormida en cualquier instante. Solo logramos dar medio paso más antes de que Pat la alcanzara, y nos dejara de nuevo libres.

Mi amiga se retorció en el suelo sin parar de gritar, hasta que sus gritos cesaron. No se movía. Parecía que su vida había abandonado su cuerpo. Pero Pat...ya no estaba ahí. Fue como si nunca lo hubiera estado. Se esfumó sin dejar rastro.

Los cuerpos de Gin y Ben seguían sin dar indicios de vida. Aunque la palidez del chico ya no lucía en su musculosa piel, había sido sustituida por su color habitual. Eso era buena señal.

-¿Crees que está...?-Me preguntó Sett avanzando lentamente hacia ella, como si de una bomba se tratara: Contra más despacio avances, más posibilidades tienes de que no explote.

-No lo sé...-Admití, posando mi mirada en el cuerpo de Gin por quinta vez.

Entonces...cometí un error: me arrodillé junto a ella. alargué el brazo y la toqué. Se puso de pie de un salto y solo tuve dos segundos para observar sus ojos que se habían vuelto tenebrosamente negros, para después salir disparada hacia el escritorio. El impacto partió la mesa de cuajo y me hizo estremecer al caer al duro suelo. Me retorcí en él, intentado aliviar el mortal dolor de alguna manera.

Hice el amago de recobrar mi visión, que se había tornado borrosa, y conseguí vislumbrar como Sett se abalanzó sobre Gin, propinándole un fuerte puñetazo en la nariz, seguido de un crujido por su parte: Debió de haberle roto la nariz.

Gateé como pude hasta el lugar de la batalla y mis dedos se humedecieron de algo pringoso. Tardé un tiempo en asimilar que la sangre derramada por el suelo no era mía, sino de la nariz de la que se suponía que era mi amiga.

Ella levantó un dedo y elevó a mi chico por los aires, dejándolo a tan solo unos metros de un escaloncillo de mármol: si impactaba con él en el cráneo, su muerte sería casi instantánea. Por eso, no dudé en mantenerme estable y avanzar a zancada limpia hacia mi adversario. El choque de nuestros cuerpos provocó la pérdida de equilibrio de Gin, que se balanceó hacia delante y atrás, con los brazos palmeando el aire para mantenerse equilibrada. Pero solo bastó un pequeño empujoncito de mi parte para que cayera.

Sett cayó a una altura ''agradable'' para desde donde podría haber caído. Impactó en el suelo con una audible presión bajo su peso, pero nada grave. Estaba bien, y a pesar de la situación, no había nada más gratificador que haberle salvado el pellejo.

Al asegurarme de que estaba en el suelo, me subí encima de ella e intenté dejarla sin respiración presionando mis manos en su cuello. Sus ojos seguían del mismo color negro, que hasta daba miedo. Y su expresión seguía siendo seria, a pesar de que la estaba ahogando. No tenía expresión alguna.

Entonces, comprendí la trampa de Pat:

-¡¡¡SAL DE SU CUERPO AHORA MISMO!!!!-Le grité a mi amiga, aunque con el fin de que se enterara otra persona.

La boca de Gin se movió y dejó escapar un horrible sonido que parecía ser una carcajada. Pero estaba claro, su voz tampoco la dominaba ella.

-¿Por qué debería hacerlo? Casi lo consigues...-Dijo Pat desde las cuerdas vocales de Gin, levantando un dedo y haciéndolo correr en línea recta sobre su cuello.

-Soy demasiado lista como para hacer eso. Sé que no es ella.

Me palmeó la cara y yo contuve el acto de volver a dejarle sin respiración.

-No me toques.-Le advertí.

-Oh vaya, pero si no te estoy tocando yo, querida. Si es tu amiguita...-Me vaciló, para después volver a machacarme los tímpanos con otra repugnante carcajada.

-Cállate.-Le ordené.-Sal de su cuerpo.

-Oooh pero no te enfades, preciosa...

-Ni se te ocurra volver a llamarla así, imbécil.-Atacó Sett.

-Aaanda, pero si es Sett. ¿Qué pasa, hijo? ¿Los celos te atacan?

Sett se puso rojo de furia a mi lado, y con una última carcajada más, Pat salió del cuerpo de Gin.

Me hubiera encantado poder quemarle,pero de haberlo hecho,Gin no habría sobrevivido. Al fin y al cabo,el cuerpo de mi amiga solo era un escudo para él,y no quería llegar hasta dónde él tenía previsto.

Ben ya se removía inquieto a unos metros de distancia de nosotros, lo que nos dio a pensar que ya estaba recobrando su sentido. Pero Gin, seguía inerte. Estaba segura de que se tomaría más o menos el tiempo que se tomó Ben en despertar.

Me acerqué a Sett que se tumbó en el suelo y no paraba de jadear por el terrible esfuerzo que había hecho por el simple hecho de que Pat (o Gin) no me pusieran un solo dedo encima, y yo se lo agradecía de verdad.

Toqué su hombro delicadamente y le dije:

-Tranquilo, ya se ha ido. Estamos a salvo.

-De momento.-Me contestó.

Y por muy tonto que pareciera, comenzamos a reírnos. Ni yo sabía a qué se debía ese repentino cambio, pero al verlo reír, me entraron unas ganas terribles de seguirle la corriente, así que, lo hice. Era una situación tan insignificante que de verdad daban ganas de dejarse los pulmones en una limpia carcajada. Producto del aire que habíamos estado conteniendo en este desafiante momento.

Entonces, para sorpresa mía, él se incorporó y me cogió el rostro entre sus manos:

-Te quiero.-Me dijo.

Me quedé con los ojos como platos. De hecho, no me esperaba que esas palabras fueran hacia a mi, a pesar del origen de la situación. Pero esas dos palabras significaban para mí algo más que dos palabras. Esas ocho letras bastaban para que saltara a sus brazos y, después de esbozar una gran sonrisa verdadera en mucho tiempo, después de notar el rubor en mis mejillas, las manos temblar, el cuerpo visiblemente más relajado... mi boca se atrevió a repetir esas mismas preciosas palabras:

-Te quiero.

¿Esa Soy Yo?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora