Iria
Ben me condujo a una especie de guardilla que no había visto nunca.
-Esas cosas rojas de allí son los explosivos.-Dijo apuntándolos con un dedo.-Coge todos los que puedas y repártelos por todos los rincones de la base.
-Sé lo que son los explosivos...-Le dije poniendo los ojos en blanco y exhalando un pequeño suspiro de desesperación.
Él me guiñó un ojo y recogió sobre sus musculosos brazos una gran cantidad de explosivos.
-Tienes cinco minutos para salir del edificio antes de que todo esto explote. Yo también iré colocándolos por cada rincón. -Dijo entregándome un delicado reloj digital.-Suerte.
Me abrazó y salió por la puerta.
Observé con cautela el pequeño reloj: me quedaban cuatro minutos.
Me moví tan rápido como pude entre la montaña de explosivos y escogí todos los que mis finos brazos me permitían.
Me los até a la espalda y salí prácticamente volando de allí.Corrí lo más veloz que mis largas piernas me permitían,buscando con la mirada cada rincón que estuviera libre de explosivos.
Cuando divisé el primero,me acerqué rápidamente y me saqué uno de la espalda. Lo coloqué cuidadosamente y activé el intervalo del tiempo.Avancé hacia otro rincón y coloqué otra mochila.
Me quedaban tres mochilas.
Con la rapidez de un guepardo,me avalancé sobre otro rincón, colocando otra mochila a mi paso.
Tres minutos.
Apreté el paso,decidida a acabar con todo esto de una vez por todas.
Entré en la habitación donde anteriormente liberamos a todas aquellas personas,y supuse que Gin ya se había encargado de sacarlos a todos afuera.
Me deslicé sobre las losas del frío metal y me deshice de otra de las mochilas.Dos minutos.
Corrí en dirección contraria, con deseo de penetrar en la sala donde habíamos dado muerte al causante de todos aquellos destrozos.
Abrí la puerta de una patada y,en efecto,ahí estaba:inerte,pálido,muerto... pero seguía siendo repulsivo.
Cerré los ojos y los abrí cuando ya hube apartado la cabeza del cadáver. Me arrodillé junto a la única esquina que estaba presente en la sala. Un sentimiento de alegría me invadió cuando vi que era la última mochila. La dejé a un lado,ajustando su tiempo de explosión, y miré el reloj.
El corazón me dio un vuelco.Un minuto.
Me quedé paralizada unos segundos,pero me obligué a despertar de mi trance y corrí como nunca lo había hecho antes.
Por el camino,tropecé con la rejilla que anteriormente Gin había dejado a un lado,permitiéndonos el paso al conducto de ventilación.
Me dí de bruces contra el suelo y un espeso líquido con sabor a hierro invadió mis papilas gustativas.
Ignoré el amargo sabor de la sangre y me dispuse a seguir corriendo.
Por suerte, mi velocidad era buena,por lo que llegué a la mitad del camino en menos de veinte segundos.Con el corazón en un puño,atravesé la sala de los cadáveres y giré en dirección a la salida,donde había visto a Sett salir.
Sett.
Si no lograba salir de esta...no,tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo por Sett y por mamá.
Jadeando,miré el reloj.Diez segundos.
Era imposible,no lo iba a conseguir.
Me alegré al pensar que a Ben le hubiera dado tiempo a salir de allí.A pesar de mis pésimos ánimos,continúe corriendo,aún sabiendo que no iba a llegar a tiempo.
Cinco segundos.
Ya veía la salida. Me entusiasmé al instante,con los nervios a flor de piel.
Entonces,escuché el ruido devastador de los explosivos de Ben,llevándose a su paso los cimientos metálicos del edificio...Llevándose consigo mi desprotegido cuerpo.
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¿Esa Soy Yo?
Science FictionElla era una chica normal, incapaz de manejar su furia. La buscan, pero ella se esconde. Le hablan, pero ella calla. La encuentran, pero ella escapa. Él era un chico normal, capaz de enfrentarse a la ira de ella. Lo manejan, pero él corta las cuerd...