Ése chico y su computador roto

76 5 0
                                    

Soy tonta, sí. Siempre he creído en el lado bueno de las personas. Muchas de ellas me han lastimado de la misma manera que ése chico a quién rompí su computadora parecen haberlo hecho. Tiene el orgullo y el coraje muy metido dentro de la piel. Me pregunto, ¿Cuál sería su historia?

-¿Otra vez pérdida en tus pensamientos?-preguntó mi terapeuta.

-Sí. Bueno no. Es que hace un momento tropecé con un muchacho, y rompí su computadora. -ella frunció el entrecejo.

-¿Y por tu cara deduzco que el chico se enojo contigo?-me dio una leve sonrisa

-Si. Fue bastante grosero. Estaba colérico.

-Es de esperarse que sí rompes una pieza tan costosa la persona se moleste, ¿no? -dijo comprensiva.

-Me ofrecí a pagarle e incluso comprarle una mejor pero rechazó mi ayuda.

-Eso sí que es extraño. ¿Cómo era ese chico? -preguntó con curiosidad.

-Era joven unos 25 años a lo máximo, pelo claro quizás rubio....

-¿Era guapo entonces? -me dice sonriendo.

Me ruborizo con su comentario.

-No sé. Sólo me vio a la cara por fracción de segundos. -dije con pesar.

-Extraño que un chico no volteé a verte. Eres una chica muy linda.

-¿Me harías un favor? -ahora soy yo quién pregunta esperanzada.

-Claro Lela. ¿Qué necesitas?

-¿Puedes averiguar quién es el muchacho con el que tropecé?

-¿Para hacerle llegar otra computadora?¿No? -pregunta mirándome directo a los ojos.

-Sí. -contestó bajando la mirada. No quería que se diera cuenta que sentía mucha curiosidad por saber quién era él.

-Veré que puedo hacer. Ahora termina tu rutina. A él paso que vamos hoy, no termináremos nunca.

Hizo caso a sus órdenes sumergiéndose en el agua.

Sergio....

Maldita mujer. Maldita mocosa. Mil veces maldita. Como se atrevía a romper lo que tanto trabajo le había costado. Con suerte la memoria y la programación estarían a salvo. Tendría que comprar una nueva máquina y eso reduciría la ganancia.

Mujeres. Seguramente andaba despistada hablando por su celular o maquillándose sin prestar atención al camino. Luego osaba ofreciéndole con comprar una computadora nueva.
!Como si él no conociera las de su clase!

Marcó el número de su amigo Roque, púes de seguro podría conseguirle un equipo nuevo y en poco tiempo.

-Roque...

-Estoy sorprendido de escucharte. Esto va para él récord de los amigos que nunca llaman.

-No seas estúpido.

-Te he dicho que sino fuera porque te considero mi amigo ya te hubiera mandado a la mierda. Pero como soy el único que te soporta y me das pena, pasaré por alto que acabas de insultarme.

-Todo un discurso que has dado. ¿Terminaste o te llamo mañana ?

-Habla princesa. Soy todo oídos para ti.

Roque escuchó todo con atención y una vez Sergio terminó de contarle, soltó una carcajada.

-¿Pero de qué carajos te ríes? Esto es serio.

-Me río de la cara que debió haber puesto esa pobre mujer cuando se encontró contigo y tu genio de mierda. Al menos dime que estaba buena.

-¿Y a ti que te importa si está buena o no?

-En serio Sergio, tienes que cambiar ese puto genio que te cargas. Ni tan siquiera con las mujeres eres delicado hermano.

-Deja las cursilerias que no te pegan. Dime si me vas ayudar.

-Haré lo que pueda pero mientras tanto te recomiendo que aceptes la oferta de tu ada madrina recién adquirida. Al fin y al cabo fue su culpa.

Roque estaba en lo cierto pero el orgullo podía más que la razón. Jamás aceptaría nada que viniera de una mujer.

-Prométeme que harás todo lo posible para mañana.

-No puedo prometerte pero trataré.

-Gracias.

-Me hacer llorar princesa. Hasta luego.

Maldita mujer, se las pagaría si terminaba obligado aceptar el maldito computador. Lo necesitaba y era ya.

Inocente Corazón MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora