Shut Down

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Al llegar a la universidad había una algarabía en todos los pasillos. El personal estaba de arriba para abajo mostrando cara de preocupación. Algo grande estaba sucediendo y quería que saber que estaba pasando.

-¿Qué ocurrirá?-preguntó a Diego.

-Tranquila. ¿Qué tal si entramos juntos y averiguamos que sucede?-me propuso.

Me pareció buena idea y lo seguí. Todo era un corre y corre, pero nadie decía nada. Sólo habían caras serias.

-!Estrella!-gritó a todo pulmón Betania.

Me acerqué a ella. -¿Qué pasa? ¿Acaso todo el mundo se volvió loco o qué?

-Ay, amiguita. Todo el sistema de computadoras amaneció apagado. No sirve. Esto es un verdadero Shut Down a lo gringo.-hizo una mueca.

-Increíble.-fruncí los labios. 

-Hola Diego. -lo saludó Betania. Sus mejillas se pusieron rojas. 

-Hola. - respondió serio.

- ¿Y bien que debemos hacer?-preguntó ella para romper aquel momento incómodo.

-No lo sé. Todo esto es confuso. -ahora parecía avergonzada.

-Yo me retiro. Sí suspenden las clases me envías un mensaje al móvil. -se despidió Diego con escepticismo.

Cuando Diego iba lejos.-!Ése hombre es un sueño!-suspiró Betania.

-Querrás decir una pesadilla.-comenta en una carcajada.

-Lo dices porque no te gusta pero a mí me encanta. Me debes una estadía en tu casa. No lo olvides.-recalcó guiñando un ojo.

Definitivamente mi amiga estaba chiflada pero era una buena persona. Salieron rumbo a los salones ya pronto sabrían que había pasado.

Entraron al salón de clases. La profesora no tardó en hablar.-Para los que acaban de llegar, les informo que hubo una avería en el sistema de la data y por lo tanto no tenemos sistema. Los técnicos están trabajando en ella para solucionar el problema.

-Estrella...-la llamó bajito César.

Lo había olvidado completamente.

-Hola. Siento mucho no haberte llamado.-dijo con pesar.

-No te preocupes por eso. Ya habrá tiempo. Sólo quiero preguntarte si en tú sistema tenías información importante?

-¿Porqué lo preguntas?

-Ellos, la administración me refiero, no van a decirnos que los hackers se metieron en el sistema.

-Eso suena algo muy malo.

-Por eso te pregunto, ¿Tenías información personal en tú computadora?

-No. Nunca lo hago...pero sí tengo algunos de mis dibujos y bocetos para mi portafolio.

-Me imagino que los tenías grabados en otro lugar?

-Sí. -contestó dudosa.

La profesora continuó hablando.-Los trabajos que se habían posteado en el blackboard,  se postearan nuevamente una vez que el sistema esté restablecido. Por el día de hoy aquellos que ya tengan el power point asignado al comienzo de clases, pueden darlo para así aprovechar el tiempo durante ésta emergencia.

Cada uno de los allí presente que ya tenían sus informes preparados comenzaron a darlos. Esperaría al próximo turno para dar el suyo. Cuando terminó la clase tímidamente se  acercó a César.

-Hey. Ésta tarde tengo libre. -Podemos tomar un tiempo y hablar sobre el trabajo.

-Claro. ¿Qué tal si nos encontramos en la cafetería? A las tres, ¿te parece?-su ceja se levanta con su sonrisa.

-Bien.-musitó

César se retiró a grandes zancadas con una sonrisa pintada en su cara.

Betania se acercó a ella con cara de asombro.

-De verdad amiga mía, qué tú tienes esta única suerte de codearte con puros machos alfa.-¿de dónde su amiga había sacado esa idea tan pintoresca?

-¿Qué quería ese bombón?-¿acaso todos eran bombones para ella?

-Le interesan mis diseños y me ofreció colaborar con él. -explicó.

-¿Me imagino que aceptaste?-preguntó socarrona.

-Sí, pero no por los motivos que tú piensas. Quiero ser independiente... No me malinterpretes.-corrigió al ver la expresión en la cara de ella. -Me gustaría trabajar y ser útil en algo. Sería bueno saber que se siente trabajar y no depender de nadie.

-A ti no te hace falta trabajar. Tus papás tienen dinero y de seguro ni te dejan si se enteran. Así que lo más propio es que no les digas nada.-ella no tenía secretos con ellos. Nunca los había tenido.

-No lo sé. -confesó. Estaba confundida, quizás su amiga tenía razón. Acudiría a la cita y luego si le gustaba el trabajo, buscaría la forma de decirles.

-¿A dónde vas?-preguntó Bety.

-Voy al salón de tecnología, quizás ya repararon la avería.

-No le veo muchas esperanzas a eso. Pero suerte. -se despidió dejándola sola en el pasillo.

Fue de prisa al salón ya que no quería llevarse ningún regaño del señor Ferrer. Ese viejo arrugado, malhumorado, no le dañaría su día. Entró en la sala encontrándose con varios hombres sentados frente a las computadoras. Seguían reparando el daño. Nuevamente abrió la puerta para salir tropezandose otra vez con él. Sergio.

-Parece que con usted hay que tener cuidado, está por cada esquina y es un peligro inminente.-dijo enseñándole una laptop que traía en sus manos. Sonrío al darse cuenta que ella cayó en su ironía.

Estrella optó por ignorarle saliendo de la sala sin contestar aquella puya.

Sergio en multimedia.

Inocente Corazón MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora