Perderte

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Maldito papel que no aparecía. Nunca pensó que su forma de vivir le jugaría una mala pasada. Debía encontrarlo o podría perderla sin apenas tenerla. Escuchó el timbre de su apartamento y fue abrir. Seguramente era Roque con algo importante. Aunque lo único importante en esos momentos era encontrar ese papel donde estaba escrito todo acerca de esa mujer. Abrió sin más ni menos dejando expuesta una mujer muy bella esperando en su puerta. Era rubia, de ojos claros, a simple vista parecía madura pero jovial. Un aire de coquetería se reflejaba en su rostro. Muy bien vestida sin llegar a lo grosero. Lo miró fijamente para luego hacerse paso dentro de su apartamento sin pedir permiso. Aún con la puerta abierta no daba crédito a tanta osadía. ¿De qué la conocía?
Cerró la puerta de un tirón y se dirigió a ella.

-Tal vez no me recuerdes pero tenemos mucho en común. ..-comenzó diciendo mientras caminaba tocando todo a su paso.

"¿Quién era esa mujer? No podía negar que era guapísima apesar de ser unos años mayor que él. "Pero que diablos hacía pensando en eso " Concéntrate".-se dijo para sí.

-Sabía que eras joven pero no contaba con que fueras joven y encima tan guapo.-dijo con picardía.

-A ver señora, ¿Quién es usted? -preguntó molesto.

-No me digas señora. Soy lo suficientemente joven para no cargar con ese título.-su voz sonó con tirantez. -Además, no vine aquí para elogiarte. Debes tener muchas mujeres que se morirían por tú atención pero yo no. No en estos momentos. -lo miró como si mirase un insecto.

-Dígame qué quiere. -preguntó muy cabreado.- ¿A qué vino?

-Soy Fernanda Castilla. Y tú y yo,...tenemos un negocio. -le informó.

¿Fernanda Castilla? ¿Pero quién coños era ella?

-Aunque pareces haberme olvidado, yo a ti no. Tan reciente que estuvimos y no lo recuerdas. -mostró una sonrisa torcida.

Ella era bella y lo sabía pero sus gestos demostraban una mujer totalmente maquiavélica.

-Mi ex-esposo parece qué se ha percatado de tú trabajo. Una suma así, sabíamos que no podía pasar desapercibida. Entonces, ..-se acercó a él,.-¿qué podemos hacer para despistarlo? Por que ya lo sabe y me hará investigar. Tú eres el cibernético aquí. Entonces tienes que arreglarlo, porque antes de que yo caiga, caerás tú querido. -escupió con malicia.

Sus palabras calaron en su memoria.

-Ves que me recuerdas.-volvió hablar con astucia. -Tú eres Sergio Amaya, uno de los mejores piratas de redes que creo haberme topado. Hay que ser osado para robarle a Gustavo Miranda.

Era ella. La misma que minutos antes estuvo buscando. !Piensa Sergio! -¿Qué quiere? ¿A qué vino?

-Ya te lo dije guapo. Arregla este enredo y puede que te ganes un dinerito extra.-chasqueó los dedos.- Quizás luego nos lleguemos a entender. Tienes poco tiempo y el reloj corre. Gustavo es un hombre poderoso y puede hundirte.

-Será hundirnos. No lo olvide. -le advirtió peligrosamente.

-Cómo sea muchacho. Arréglalo o tendremos penosamemte nuestros traseros bajo llave.-empleó un tono de súplica.

Fernanda salió disparada de su apartamento como alma que lleva el diablo.

Por que tenía la sensación de que las cosas no le estaban saliendo bien últimamente. !Maldita mujer! !Maldita la hora en que aceptó hacer ese trabajo! Buscaría la solución para sacarse esa arpía de encima. Iba a perder a Estrella sin ni siquiera haber comenzado.

Estrella. ..

Mientras todos comían en familia.

-Se te ve muy contenta.-afirmó Gustavo.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2018 ⏰

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Inocente Corazón MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora