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-Hola Alpha- Charlotte se acerca a mí al ver que mis dos amigos se fueron, toda la cafetería me mira gracias al espectáculo de Tj. 

-Hola Charlotte- ésta se sienta al frente mío y me sonríe tímidamente.

-Te hice esto- me entrega un sobre blanco- Es una carta.

-No, ¿en serio?- pregunté irónico.

-Léela, ya- me ordena, mi ceño se frunce ante la seriedad que ahora adorna su cara.

-Ok- empiezo a abrirla pero me detiene.

-¡No! ¡Aquí no!- me dice alarmada, en sus ojos puedo ver algo de ¿miedo?- Ve al baño de mujeres y léela allá- me dice.

-¿Porqué iría yo, al baño de mujeres a leer una carta de alguien con quien casi no hablo?- le pregunté.

-Solo léela- me mira con lágrimas en los ojos- Léela Alpha, por favor- susurra antes de pararse e irse mirando a todos lados asustada. Miro el sobre, mi ceño se frunce nuevamente, suspiro mientras guardo la carta en mi bolsillo y me paro para ir a comprar algo de comida.

***

Al terminar la jornada salgo del instituto y me encamino hacía mi casa. No he vuelto a ver a Tj ni a Ryo, ahora debo de llamarlo.

Camino por la calle silenciosa y solitaria, mi casa queda un poco más retirada que las demás, queda prácticamente al límite de mi territorio. Al llegar entro y voy a la cocina, encima de la encimera veo una pequeña nota, que al ver la letra en ésta sé que es de mi madre.

" Salí un rato, necesito comprar comida. No me tardo. Te quiere, mamá"

Al terminar de leer la pequeña nota un recuerdo fugaz viene a mi mente.

" -Te hice esto- un sobre blanco en mis manos.

-Léela Alpha, por favor- sus ojos verdes llenos de lágrimas, me miran con suplica."

¡La carta!

Cuando estoy a punto de sacarla de mi bolsillo unos fuertes y brutales golpes en la puerta me detienen. Me dirijo a la puerta principal y cuando tengo mi mano en la perilla un suave susurro suena en mi oído derecho.

-Léela- me volteo alarmado, no hay nadie, mi respiración es acelerada, vuelvo a mirar la puerta y con mi mano helada y temblorosa giro la perilla, haciendo que la puerta de madera oscura se abra.

Nadie. No había nadie. Miro a todos lados, la niebla cubre los alrededores, pero algo es distinto, el olor. Olfateo el aire y un fuerte olor a sangre inunda instantáneamente mis fosas nasales. Empecé a seguir el olor, pero no me tuve que mover mucho. En la puerta de mi casa estaba una gran mancha de sangre y ésta tenia una especie de forma de mano, una mano muy pequeña.

Un grito lleno desgarrador y lleno de dolor se escucha como si fuese un eco, proviene del bosque. Sin importar nada salgo corriendo hacia la entraba del bosque, salto y en el aire me transformo en un gran lobo de color negro, mi olfato se mejora al igual que mi vista, cuando aterrizo corro lo más rápido que mis patas pueden. Estoy espantado, asustado, arrepentido.

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YA :D 

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BYE :)

El Castigo De La LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora