29

770 67 4
                                    

ONMICENTE

Y allí estaba Dam, se encontraba en la cocina con mil y un utensilios para utilizar y cocinar la comida para todo el colegio. ¿Que por qué hace esto? Pues, el castigo de Jack fue un tanto estricto.

-Sigo diciendo que esto es innecesario, ¿sabes?- el ojiverde se encogió de hombros, esta acción acompañada con un puchero.

-Es lo justo, híbrido- el Alpha dio una palmada mirando los fogones- Ok, necesito el almuerzo de todo el instituto. Tu tiempo comienza...-Miró su reloj- Ahora. Tienes 56 minutos... Clock, clock- y riendo a carcajadas Jack salió por la puerta.

-Mierda, chispas, tsk, maldición, por el santo Limón, maldita sea, joder...-Y maldiciendo de mil maneras se centró en "cocinar" cosa que se le daba... No muy bien.
...

El sonido en su oreja derecha no cesaba, la molestaba demasiado. Siente algo frío recorrer su lóbulo y con su dedo toca aquel líquido, es sangre. Su oído sangraba.

Una lágrima de dolor cae por su mejilla, es insoportable, pero no puede volver, no quiere volver.

Ryo entra por la puerta de la habitación acompañado de unas palabras que desaparecen al ver a la chica en ese estado.

-¿Sabes? Sé que te gustan los libros, así que pensé que...- dejó caer el libro al ver a la chica más pálida de lo normal- ¡Marilyn!

El pelinegro corre hacia la chica, la cual dejó caer un vaso que tenía en sus manos, consiguiendo hacer añicos a éste. Ryo en medio de la desesperación no prestó atención y un vidrio se enterró en la planta de su pie derecho.

-¡Mierda!- grita, como puede se sienta al lado de Marilyn, la cual no deja de ver la herida.

Apesar de su dolor, la chica coje el pie de Ryo, pone su mano en el y éste sana al instante.

Sorprendido, Ryo no puede retener la pregunta que sale de su boca.

-¿Qué eres?

...

-No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo...- se repetía una y otra vez Violeta, la chica de pelo rosa- No puedo, no puedo...- las cosas a su al rededor empezaron a desafiar a la gravedad en el momento en el que comenzaron a flotar. La chica que se encontraba en medio del salón poco podía hacer, a pesar de ser la causa del movimiento de los objetos no era su intensión- ¡No puedo!

...

Em caminaba por el bosque brondoso, los rayos del sol se filtraban a través de los árboles. El viendo golpeaba su cara, haciendo que su pelo danzara. Las ojeras debajo de sus ojos se notaban cada día más, su cuerpo había perdido peso y sus huesos se notaban cada vez más.

Pero aquella tranquilidad es quebrada por un gemido de dolor, sus ojos grises se dirigen a el tronco de un árbol grande, allí, acostado y agonizando se hallaba un caballo de hermoso pelaje blanco, el cual estaba manchado de sangre y tierra.

Pero algo llamó aún más su atención, era un chico sin camisa que se encontraba abrazado al gran animal, ya muerto.

Se acercó a paso lento, lo suficiente para poder divisar mejor al muchacho, horrorizada se da cuenta de que se trata de Jack.

Llega hasta él, coge la cara de su mate entre sus mano y observa sus ojos grises.

-¿Jack?- pregunta con un nudo en la garganta.

-¿Em? ¿amor?- los brazos del chico la abrazaron- ¡Te extrañé tanto! ¡Te amo, te amo, te amo tanto!

Jack coge su cara y junta sus labios.

-Te amo.

...

El Castigo De La LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora