Empiezo a respirar irregularmente, sus ojos me ven atentamente, como si estuviera analizándome, su mirada viaja de mis ojos a mis labios, su respiración también se volvió irregular. Ella suelta mis manos lentamente, aprovecho ese acto para ponerlas en su cintura.
-¿Eres... Mía?- le pregunto tímido, ¿porqué actúo así? ¿desde cuando soy tímido?
Y sucede algo inesperado, mis mejillas se encienden, aclarándome así, que me he sonrojado. Esto no puede estar pasando.
-Ni puta idea- sus mejillas también están rojas, como un tomate.
-Ah...- me limito a responder, no sé que hacer, estoy nervioso, asustado, tímido e inseguro. Mi lobo interior me pide a gritos que la reclame como mía, que la marque, que la haga mía.
La chica de ojos grises se puso de pie rápidamente, y yo también. Estaba nervioso, estábamos frente a frente, mirándonos a los ojos con curiosidad, nerviosismo e incluso ¿deseo? ¿amor?
En eso sonó el timbre, todos salían de sus salones y pasaban por nuestro lado, ignorándonos completamente, pero por alguna razón no era capaz de separarme de ella, y ella parecía sentir lo mismo, era como si fuera una especie de imán, no podía despegar mis ojos de los suyos.
¿Qué me pasa?
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El Castigo De La LUNA
WerewolfÉl está dispuesto a vengarse de la Luna ¿Lo conseguirá?