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Seis meses después.

EMMA

No puedo vivir con esto, ¿Por qué no me quiere? ¿Soy tan poca cosa para él? Lo único que sé es que no quiero sufrir más, no quiero tener este dolor en mi pecho cada vez que lo veo.

Observo el cuchillo de plata que reposa en mi mesa de noche, es tan sencillo. Acerco mi mano lentamente a él, está tan cerca...

-No, no lo hagas, por favor- una voz que transporta el viento choca con mi cara, haciendo que mi pelo se eche para atrás. 

-¿Hmm? ¿Quien es?- mi voz se quiebra en mitad de la oración.

-Soy yo, amor. No lo hagas, por mí- la voz vuelve a resonar en mis oídos. Cojo mi cabeza entre mis manos y lágrimas de frustración y confusión.

-¡No te entiendo, no los entiendo!- sollozo. No sé por qué, tal vez fue instinto, pero en menos de un segundo, el cuchillo de plata ya se hallaba en mis manos. Me quema la piel de mi palma, gruño de dolor.

-¡No, no lo hagas! ¡No!- la voz grita, grita hasta hartarme, otra ola de viento pasa a través de mi ventana, ésta es muy fuerte, que por alguna razón, hace que el cuchillo vuele de mi mano.

-¡Déjame! ¡Tú no eres él! ¡El verdadero él no me quiere!- muerdo mi labio intentando no gritar- Me rechaza...- susurro.

-Vaya, vaya...- otra voz me distrae. Volteo la mirada hacia la puerta de mi habitación, y allí, parada y mirándome con una sonrisa en los labios, se encuentra una chica de cabello rosa.

-¿Quien eres?- la miro con pánico.

-Hazlo como te enseñé, cariño- a su lado aparece Jack, mi mate, Mi Jack. Gruño de celos.

-Sí, Nathy- le hace ojos mientras lo abraza por el cuello.

-Sabes que no me gusta que me digas así- pone los ojos en blanco, pero de igual forma sonríe, y esta vez, es una sonrisa verdadera.

¿Quien es ella? ¿Me cambió por ella? Mi ceño se frunce y gruño nuevamente. Intento pararme del suelo, pero, extrañamente no puedo hacerlo.

-No intentes escapar, es ridículo- los ojos morados de mi mate me miran con desprecio.

-No soy yo... Recuerda mis ojos, corazón- la voz del viento ahora suena en mi mente, esto hace que mi cara se distorsione de confusión. ¿Recordar sus ojos...? Recuerdos viajan por mi mente, uno en especial. Cuando lo encontré, cuando encontré a mi mate, sus ojos... Grises.

Siento un fuerte dolor en mi cabeza, levanto los ojos y veo los de la chica, de reojo veo que un hilo de humo morado conecta nuestras cabezas, mientras que Jack mira a la de pelo rosa con orgullo.

Ya no siento dolor, ya no.

...

-Oye, ¿cuanto falta? Estoy agotado- el asiático se queja por décima vez, Marilyn pone los ojos en blanco y éstos se ponen de un azul turquesa, reflejando su desesperación.

-Aguanta un poco más, Ryo. Ya vamos a llegar.

-Recuérdeme por qué estamos aquí, nos hubiéramos quedado a ver películas- hace un tierno puchero mientras se cruza de manos. La chica ríe suavemente y sus ojos se vuelven normales. 

-Estamos aquí porque es el único lugar en donde podemos encontrar piedras verdes.

-¿Las mágicas que te ayudan a entrar?

-Sí, esas.

-Ah vale, vale- suspira de aburrimiento y mira el cielo, sus ojos negros, distraídos, no ven el pedazo de roca en su camino que hace que caiga de bruces al suelo- ¡AUCH!- el grito del chico alarma a la chica, que al verlo tirado se echa a reír- ¿Marilyn...? 

-¿Qué pasa?- se sigue riendo, ya más relajada. Al ver la cara de temor de su amigo borra la sonrisa de su rostro al mismo tiempo que nota que la roca tiene una figura, como si fuera una estatua. La imagen de una mujer con los ojos cerrados y una leve sonrisa en sus labios, con expresión de satisfacción.

El Castigo De La LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora