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NATHANIEL

Rápidamente suelto la roca de color verde, sentí que él volvía, sentí que tomaba control, no puedo permitirlo.

Cojo un pañuelo y con cuidado cojo aquella piedra misteriosa para después guardarla en un cajón del armario con llave. Un suspiro sale de mí y con el dorso de mi mano limpio las pequeñas gotas de sudor que corrían por mi frente.

Tal vez si necesite el baño después de todo.

OMNISCENTE

-Con cuidado, despacio. ¡Así es perfecto!- alentaba Ryo a la chica de baja estatura, sus pies dolían y usaba al chico como muleta. El viento les jugaba una mala pasada, abofeteándolos con cada ráfaga que pasaba. Tenían que llegar antes de que anocheciera.

Sus pasos eran lentos pero firmes, sus pequeñas manos se sostenían débilmente de los hombros del chico. Al salir de su territorio sus fuerzas se debilitaron, tenía las piernas adormecidas y sus manos temblaban, moría de frío.

El chico estaba dispuesto a salir de allí, la chica que estaba en sus brazos se hallaba muy pálida y débil. Pararon para recuperar el aliento, sus ojos conectaron y una guerra entre el dorado y negro comenzó, el homosexual sonrió al darse cuenta del hermoso color de ojos de la chica, en cuanto a ésta sintió por primera vez que podía confiar en una persona, la bondad que reflejaban los oscuros ojos del pelinegro la llenaban de confianza y tranquilidad.

Por otro lado, Nathaniel esperaba ansioso la llegada de su cómplice con sus nuevas ratas.

En eso el gran estruendo de la puerta principal lo saca de sus pensamientos, el chico de pelo morado camina con una expresión seria en el rostro, detrás de él vienen algunas caras conocidas, pero una se destacaba encima de las demás.

Una sonrisa de lado se instala en la cara de Jack, una orden que Nathaniel dio desde dentro de su cuerpo.

Los ojos de Connor se abren sorprendidos, de su boca querían salir miles de gritos, pero la cinta adhesiva lo impide, lágrimas de impotencia salen de sus ojos, ojos que antes eran azules ahora gracias a la influencia de Nathaniel el negro tomó control en su iris. Los demás, chicos de la manada destacados por sus habilidades tanto físicas como intelectuales cayeron en las manos de Nathaniel.

Ahora, él tenía el control.

El Castigo De La LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora