Capítulo 8

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El transcurso del camino junto a Jos fue un poco incómodo ya que ninguno habló en ningún momento.

Entramos al edificio y caminamos al elevador, en el cual también transcurrió con silencio absoluto, lo único que se escuchaba eran las famosas músicas del elevador. Una vez que salimos caminamos hasta mi departamento.

—¿Este es tu departamento? —noté un poco de asombro en su voz.

—Sí, ¿por qué ? —pregunté confundida.

—El mío está a solo dos del tuyo. —sonrió, yo lo miré y por un momento se me olvidó que estaba a punto de abrir la puerta, me había perdido en esa hermosa sonrisa que tiene.

—Pasa. —le dije una vez que salí de mi pequeño trance.

—Gracias. —dijo y entró mirando todo, me agradecí internamente al ver que todo estaba limpio.

—¿Quieres agua, café, algo? —ofrecí pero el negó con una linda sonrisa.

—Así estoy bien, gracias Cam. —nuevamente mi piel se erizó al escucharlo decir mi nombre, me sentía como hace unos años cuando estaba perdidamente enamorada de él.

En estos momentos mis sentimientos hacia él son confusos.

Y hacia Alonso también.

¡Alonso! ¡Lo vi en la mañana en el aeropuerto!

—Entonces... ¿Ya podemos hablar? —preguntó Jos sacándome de mis pensamientos.

—Claro... ¿De qué quieres hablar? —estaba nerviosa, ¿por qué querría hablar conmigo?

—Primero, quería disculparme por mi comportamiento de la mañana, —hizo una mueca. —y segundo, quería que volviéramos a ser amigos, como en los viejos tiempos. —me miraba directamente a los ojos mientras me decía todo eso.

—Estás disculpado por lo de la mañana. —sonreí. —Y sobre ser amigos... Claro, estaría bien.

«Sólo espero que no surgan nuevamente mis sentimientos hacia ti.»

Jos.

—Estás disculpado por lo de la mañana. —sonrió por un instante, esa linda sonrisa que solo ella tiene y que me cautivó. —Y sobre ser amigos... Claro, estaría bien. —sonreí.

«Solamente amigos... Solo eso. Amigos.»

—De acuerdo, pues será mejor que me vaya, Fer quiere que salgamos a un lugar así que debo ir a arreglarme. —conté a lo que ella sonrió asintiendo.

—De acuerdo, de hecho Sam no debe tardar en llegar. —dijo revisando su celular.

—Entonces... Nos vemos Cami. —ella asintió sonriendo y salí de su departamento.

Ahora me siento casi completo al ya hablarle.

Alonso.

Estaba en el departamento de Bryan otra vez, esperaba ver a Sam después de tanto tiempo y preguntarle sobre Cam, pero ella no estaba.

—¿Estás listo? —preguntó Bryan llegando a la sala, yo estaba sentado esperándolo.

—Supongo que si. —me encogí de hombros sonriendo.

—¡Pues vamos! Esta noche será para divertirte. —hizo un baile raro meneando las caderas a lo que yo reí.

(...)

La música estaba a todo volumen, había chicas y chicos bailando mientras Bryan y yo caminábamos hacia alguna mesa esquivando a los chicos que bailaban muy cerca.

Miraba a mi alrededor, tenía un extraño presentimiento.

Todos los chicos y chicas que bailaban estaban sudados debido al calor que hacía en la pista de baile.

Bryan y yo encontramos una mesa vacía y caminamos hacia ella pero de repente dos chicas se pusieron en nuestro camino.

—¿Vienen solos? —dijo una chica de mediana estatura de cabello rubio quien se enredaba un mechón de su cabello en su dedo índice.

—Eh... Sí. —dijo Bryan confundido.

—¿Les podemos hacer compañía? —preguntó la otra chica un poco más alta que su amiga de cabello rojizo ondulado.

—No, gracias. —respondí rápidamente, ellas me miraron con el ceño fruncido al parecer confundidas.

—¿Por qué no? —la rubia se acercó a mi haciendo un falso puchero.

—Porque no. —me encogí de hombros, ella me miraba con los ojos entrecerrados.

—Como quieran. —se alejó furiosa de nosotros, volteé a ver a Bryan quien tenía una sonrisa.

—¿Qué? —el comenzó a reír.

—Tenías una oportunidad de conocer chicas, y la desperdiciaste. —comenzamos a caminar nuevamente a la mesa en la que nos íbamos a sentar.

—No quiero saber nada de chicas aún. —dije mirando a un punto fijo una vez que nos sentamos.

—¿De verdad? No me digas que aún no superas lo de Camila. —me miró con el ceño fruncido, volteé a verlo pero inmediatamente bajé la mirada. —Vamos Alon, no vale la pena. Adoro a Cam pero no debes seguir así. —me dio una palmada en la espalda, sonreí débilmente.

—Tienes razón. —suspiré. —Pero aún así no quiero saber nada de chicas por el momento.

—Como quieras. —se encogió de hombros. —Pero esta noche te diviertes.

Sonrió, unos minutos después me indicó que iría por unas bebidas, yo asentí y él comenzó a caminar hacia la barra sentándose en el taburete mientras le decía a un señor lo que quería.

Yo miraba a mi alrededor, estaba dispuesto a bailar unas canciones pero si bailaba con Bryan sería raro.

Continuaba mirando por todos lados hasta que mi vista se fijo en una linda chica, que por cierto se me hacía conocida.

Cuando ella volteó la reconocí.

Camila estaba en el mismo lugar que yo.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora