Capítulo 3

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—¿Camila? —preguntó una vez que levantó la vista para mirarme.

—Hola. —le dije sonriendo tímida.

—¡No puede ser! ¿¡Camila Leyva!? —grito Fernanda emocionada para levantarse de su lugar y abrazarme.

—La misma. —dije sin dejar de sonreír, Jos me observaba detenidamente, cuando lo sorprendí mirándome su vista se dirigió a otro lado.

—Entonces... —dije para cortar el silencio incómodo que se había formado. —¿Puedo tomar su orden?

—Dos cafés, por favor Cami —me dijo Fernanda sonriente mientras Jos veía hacia otro lugar en el que yo no estuviera, en resumen: evitaba mi mirada.

—Enseguida. —le di una última sonrisa a Fer y me retiré para decirle a Hanna que preparara los cafés.

No podía dejar de mirar a Jos, estaba igual a como lo recordaba. Veía cómo Fernanda le decía algo, como estaba alejada de ellos no podía escuchar lo que platicaban.

—Cam, aquí está la orden. —Hanna me sacó de mis pensamientos, inmediatamente tomé ambos cafés y comencé a caminar a la mesa donde estaban Jos y Fernanda.

—Aquí tienen. —puse sus cafés en la mesa ganándome una sonrisa por parte de Fernanda, y Jos seguía evitando mi mirada.

—Gracias Cami. —dijo Fer sin dejar de sonreír, asentí con la cabeza y regrese a mi lugar frente a Hanna a esperar a que llegara otro cliente.

Notaba como Fernanda platicaba con Jos mientras él solo veía atentamente su taza de café.

| Jos.|

No puedo creer que después de 5 años vuelvo a tener a la chica que me quitó el sueño durante todo este tiempo de nuevo frente a mi.

Nunca dejé de pensar en ella.

—Jos, háblale. —me animaba mi hermana mientras yo veía atentamente mi café.

—No. No creo que pueda. —respondí sin alzar la mirada.

—Pues no deja de verte. —por primera vez levanté mi vista para ver a Fernanda con una sonrisa mirando detrás de mí, no hice intento alguno por voltear ya que sabía que Camila estaría ahí parada.

—Será mejor que nos vayamos, Fer. —suspiré una vez que bebí lo último que quedaba de mi café.

—No sin que le hables. Jos ya pasaron cinco años, supéralo. —posó su mano sobre la mía dándome ánimo. —Ve a hablarle.

—No. —dije cortante. —El que hayan pasado tantos años no significa que no me dolió lo que hizo.

—Eran jóvenes, Jos. —mi hermana me veía seria.

—¿Y? Ella jugó con mis sentimientos, y no sólo los míos, también con los de ese chico. —me paré rápidamente de mi lugar y salí de la cafetería dejando a mi hermana ahí sentada.

| Camila |

Solo veía cómo Jos platicaba con su hermana, de repente se levantó bruscamente de su lugar y salió del local.

¿Que habrá sucedido?

Fernanda me hacía señas para que me acercara, lo cual hice.

—¿Cuánto te debo, Cami? —preguntó con una media sonrisa. Le entregué la nota que ya tenía lista y ella me dió el dinero que indicaba. —Gracias. —asentí lentamente y ella salió del lugar.

Aún tenía la interrogante de porqué Jos salió así de la cafetería, yo veía sumamente tranquila a Fernanda como para pensar que lo estaba regañando por algo.

(...)

Había concluido mi primer día en el trabajo, eran las 9:00 pm.

Decidí hablarle a Sam para decirle que viniera por mi con Bryan para ir a cenar a algún lugar.

—¿Hola? —contestó mi amiga del otro lado de la línea.

—Hola, Sam.

—¡Cami! ¿Cómo te fue?

—Bien, sólo que... —quería contarle que había visto a Jos, pero decidí que sería mejor contarle en otro momento, tenerla frente a mi para ver su reacción. —Sólo quería saber si querían ir a cenar. —pregunté rápidamente, también le hablaba para eso.

—Eh... No, Cami, perdón pero Bryan se siente mal y yo debo cuidarlo.

—De acuerdo, no hay problema. —le dije un poco deprimida, desde que estaban juntos nunca pasaba días junto a mi amiga, pero no importa, lo que me alegra es que ambos se aman.

—Gracias Cami, en otro momento será. Deberíamos salir en un día solo para chicas. —dijo entusiasmada.

—¿Llevaremos a Ryan? —pregunté recordando nuestro último día de chicas hace cinco años.

—Tal vez. —rió. —Ahora son dos así que no podrán con ellos.

—De acuerdo, nos vemos Sam, quiero regresar a mi departamento y dormir mucho. —seguido de decirle eso solté un largo bostezo.

—Bien, nos vemos Camilita.

—Adiós Sami. —dije riendo y colgué.

Caminé hacia mi auto el cual estaba estacionado unos cuantos metros después de la cafetería y entré en él.

No puedo creer que Jos esté de regreso.

¿Me odiará?

¿Qué pregunta es esa? Seguramente me odia.

No puedo creer que por ese estúpido e inmaduro acto mío haya perdido a un amigo, el cual siempre me había gustado.

Sacudí mi cabeza con la esperanza de que todo pensamiento relacionado con Jos desapareciera. Encendí mi auto y comencé a conducir de regreso a mi departamento.

Jos había regresado, pero aún no sabía nada de Alonso.

¿Ya me habrá olvidado? ¿Será feliz? ¿Me odiará?

Esas y más preguntas rondaban por mi mente, inhalé y me detuve debido a que el semáforo estaba en rojo.

Quería volver a ver a Jos y platicar con él, quería saber qué había sido de su vida o cómo se la había pasado en España, preguntarle cuándo regresó.

Pero nunca pensé en la posibilidad de que tal vez él no quería saber nada de mi, volverme a ver o hablarme de nuevo.

El semáforo se puso en verde y continué con mi camino, durante el trayecto pensaba en Jos y en cuándo volveré a verlo.

O si de plano volverían a pasar más años para volverle a ver la cara.

Unos minutos después llegué al edificio en el que se encontraba mi departamento, bajé de mi auto y entré al edificio.

Me quedé impactada al ver quién se encontraba en el mismo lugar que yo.

Ahí se encontraba él.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora