Capítulo 11

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Camila.

Estaba centrada en mi celular, vi que tenía seis mensajes nuevos de Freddy, así que los leí.

¡Camilaaaa! ¿Por qué Meli está tan sensible? Tú eres mujer ayúdame :(
11:30 pm

Hermanita... ¿Sabes algún remedio para las náuseas? Mel se siente mal:(
11:50 pm

¿Cami? ¿Estás bien? Espero que estés en tu departamento dormida.
12:15 am

Cami, Meli está vomitando...
12:55 am

¿Qué hago? Ahora está llorando, Camila te necesito :(
01:10 am

¿Por qué simplemente no se duerme? :'(
01:30 am

Si Freddy supiera lo que Mel tiene...

—Camila —levanté la mirada de mi celular para encontrarme con unos lindos ojos azules.

—Hola —sonreí tímida, no puede ser, creí que no iba a hablarme.

—Hola —Alonso se sentó en un sofá que estaba desocupado.

—¿Cómo estás? No pensaba encontrarte aquí —sonrió mientras me veía, no recordaba que su sonrisa fuera tan hermosa.

—Bien, gracias. Pues dicen que el mundo es pequeño, tampoco pensaba encontrarte aquí. —sonreí tímidamente.

Sonrió de igual manera, pensaba que él iba a tratarme igual que Jos o peor, anduve con él, fuimos novios, pero no mostraba odio o desprecio hacia mí.

—Y... ¿Qué ha sido de ti estos años? —preguntó tratando de sacar plática.

«Pues verás... Durante estos años mi vida fue un asco

—Nada interesante, solo salía a divertirme con Sam. —me encogí de hombros, que vergüenza en cinco años no hice nada productivo en mi vida. —¿Y de ti? ¿Cómo te fue en Francia?

—¿Cómo sabías? —frunció el ceño confundido.

—Me contaron. —dije un poco avergonzada bajando la mirada.

—Pues bien, todo es muy lindo por allá y fue muy agradable. —miraba hacia el suelo mientras hablaba, no puedo creer que lo tengo junto a mi nuevamente.

Jos.

Iba caminando a ver a Cam, estaba dispuesto a invitarla a bailar pero me detuve al ver que estaba platicando con un chico rubio, él estaba de espaldas así que no pude ver su cara. No quería interrumpirlos así que regresé nuevamente con mi hermana.

—¿Qué sucedió? —preguntó al verme regresar.

—Estaba ocupada. —respondí encogiéndome de hombros, no podía dejar de verla platicando con ese chico, aunque no sepa quién es él.

—En cuanto ese chico se vaya tú irás allá, ¿de acuerdo? —preguntó Fernanda señalándome con su dedo.

—De acuerdo. —dije sonriendo y ella sonrió aún más.

No podía evitar mirarla, sea quien sea el chico la hace sonreír un poco tímida. Amaba cuando sonreía de esa manera, o de la manera que sea su sonrisa es hermosa, toda ella es hermosa.

—¡Jos! —gritó Fernanda sacándome de mis pensamientos.

—¿Si?

—Vamos a tomarnos una foto. —no me dio tiempo de contestar ya que me tomó de la mano, le pidió a un chico que nos tomara una foto lo cual hizo y ella le agradeció. —Que hermosa foto. —dijo sonriendo.

—Es hermosa porque salgo yo. —dije con superioridad a lo que ella rodó los ojos para después reír.

Camila.

Continuaba platicando con Alonso, no recordaba lo agradable que era estar con él y que nunca podía dejar de sonreír.

—¿Tienes planes para mañana? —preguntó de repente, ¿sería bueno salir con él? Mañana tengo el día libre así que si podría salir con él ¿por qué no?

—Eh... No lo creo. —le respondí nerviosa.

—¿Quieres salir? —me miraba atentamente esperando mi respuesta.

—Claro. —respondí sin pensarlo dos veces y él sonrió tímidamente.

—Bien eh... ¿Me das tu dirección? Pasaré por ti en la tarde. —este momento me recordaba a cuando me pedía tener citas con él hace cinco años atrás.

Asentí y comencé a dictarle mi dirección mientras él la escribía en su celular.

—Paso por ti en la tarde. —sonrió a lo que yo asentí.

—Cam, es hora de irnos. —dijo Sam llegando junto a Bryan.

—¿Ella también está aquí? —preguntó Bryan con los ojos abiertos. —Debí adivinarlo, nunca vienes sola. —mi amiga sonrió tímida para después darle un corto beso a Bryan.

—Vámonos —comenzaron a caminar, Alonso venía con nosotros ya que dijo que vivía en el mismo edificio que Bryan y por lo tanto también que Sam.

(...)

Introduje la llave en la cerradura de la puerta de mi departamento, traía mis tacones en la mano, ya no los soportaba me dolían los pies intensamente.

Una vez dentro de mi departamento me aventé literalmente al sofá, sentía una sensación placentera de descanso. No había bailado pero de alguna manera me sentía muy cansada, aparte de que antes de haber ido con Sam a aquel bar había terminado mi turno en la cafetería en la que caminaba de un lado a otro tomando pedidos.

Estaba a punto de quedarme dormida cuando escuché que tocaban en la puerta, revisé la hora en mi celular 4:30 am, ¿quién podría ser a esta hora?

Me levanté pesadamente del sofá caminando a la puerta para que al momento de abrirla me topara con unos lindos ojos color avellana.

Esos lindos ojos que solo una persona tenía.

Jos.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora