Capítulo 23

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Camila.

Abría mis ojos lentamente, traté de levantarme de la cama pero unos brazos aferrados a mi cintura me lo impedían. Sonreí al recordar que Jos ahora dormía conmigo.

—Jos... —susurré moviéndolo un poco.

—¿Mmm? —fue abriendo sus ojos lentamente, lo miré con atención enfocándome en sus hermosas pestañas y cada movimiento que hacían para que, cuando abriera completamente los ojos, viera ese color avellana que tanto me encanta.

—Necesito... Ir al baño —dije sonriendo, él suspiró y sonrió.

—Solo si primero me das mi beso —rodé los ojos y besé su mejilla, me miró haciendo un puchero. —Ahí no, Cami.

—Te di un beso, ahora déjame ir al baño —rodó los ojos y me soltó.

—Recuerda que iremos a comprar tu vestido —me recordó antes de que saliera de la habitación, asentí y caminé hacia el baño.

(...)

Caminaba junto a Jos por el centro comercial, entrábamos a distintas tiendas buscando, según Jos, mi vestido perfecto.

—¿Y éste? —preguntó mostrándome un vestido pegado al cuerpo negro con un escote en la espalda. —¿Sabes qué? No, este es horrible. —reí y continuamos buscando vestidos.

—Creo que... Lo encontré —dije sacando un vestido rojo que era parecido al negro que Jos me había mostrado, excepto por el escote en la espalda, era sencillo pero lindo.

—Es muy provocativo. —dijo haciendo una mueca, lo mire con una ceja arqueada para después reír. —¿Qué? No quiero que te miren mucho. —se acercó a abrazarme.

—Solo soy tuya. —le dije elevando mi mirada para verlo directamente a los ojos, él sonrió y dio un pequeño beso en mis labios.

—Eso quiero, que solo seas mía.

Alonso.

Estaba en el centro de la ciudad acompañado de Sam y Bryan ya que estábamos buscando unos trajes para Bryan y para mi para usar el día de la boda.

—¡Bry, este se verá muy bien en ti! —exclamó Sam mostrándole a su novio un traje negro, yo ya había elegido el mío.

Durante las horas transcurridas después de que le conté mi plan a Sam para acercarme a Cam me puse a pensar. Mi primer movimiento cuando ellos dos distraigan a su ahora novio será invitarla a bailar, hablaré con ella y tal vez sea un poco atrevido pero le diré mis sentimientos, aquellos que nunca desaparecieron y, si eso no funciona, no estoy dispuesto a volver a intentarlo, dicen que por algo pasan las cosas y tal vez Cam ya no es mi futuro.

—¿Alon? —habló Sam sacándome de mis pensamientos.

—¿Si?

—Vámonos, ya tenemos el traje de Bryan. —asentí y los tres salimos de la tienda.

(...)

Una vez que regresamos cada uno a nuestro departamento decidí salir a buscar alguna cafetería en la que pueda pensar. Debía tener un destino para irme nuevamente lejos de Cam y volver a tratar de olvidarla si es que mi plan no funcionaba.

Cuando por fin encontré una cafetería con una buena fachada entré, no presté atención a las personas que estaban en el local y simplemente me dirigí a una mesa vacía a esperar que tomaran mi orden.

—Buenas tardes, ¿puedo tomar su orden? —preguntó una voz femenina, pero no era cualquier voz, esta la podía reconocer en cualquier lugar.

—Hola Cam. —salude y ella sonrió. —¿Trabajas aquí? —que estúpida pregunta ¡por supuesto que trabaja aquí!

—Sí, desde hace unas semanas —dijo algo tímida.

—Solo necesito un café, por favor —lo apuntó en su pequeña libreta mientras asentía.

—En un momento te lo traigo. —le sonreí por última vez y ella se fue.

Unos minutos después se escuchó la campanilla de la puerta anunciando que había entrado un cliente. Vi que Camila sonreía y dirigí la mirada a la persona que había entrado: su ahora novio estaba aquí.

Bajé la mirada, sentí un pinchazo en el pecho pero si Camila era feliz yo debía serlo.

—Aquí tienes. —dijo una voz masculina, levanté la mirada encontrándome con la del novio de Cam con una sonrisa forzada en el rostro.

—Gracias. —traté de sonreír pero supongo que salió como una mueca y él se retiró.


Camila.

Cuando noté que Jos entró a la cafetería caminé directamente a él.

—¿Cómo te va? —preguntó para después darme un rápido beso.

—Bien. Espérame un momento, debo entregar este pedido. —respondí sonriendo.

—¿Para quién? Déjame ayudarte.

—No Jos, gracias, pero es mi trabajo. —él me miró con los ojos entrecerrados. —Es para el rubio que está allá sentado. —mencioné un poco tímida, no sé cómo será su reacción. Dirigió su mirada hacia Alonso y noté que apretó los puños.

—Yo iré. —dijo serio y caminó hacia donde estaba Hanna quien ya tenía listo el café que Alonso había pedido. Después de unas cuantas palabras ella aceptó y Jos caminó hacia él.

Analicé cada movimiento, desde la sonrisa forzada de Jos hasta la mueca de Alonso.

Mis dos amores de hace años estaban juntos, y era realmente incómodo.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora