Capítulo 25

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—¿D-despedirte? —pregunté atónita, él asintió lentamente.

—Me iré a Canadá. —suspiré, no sé por qué de repente me sentía mal.

—Pues, espero que te vaya bien. —él sonrió y por instinto me acerqué a abrazarlo, su peculiar perfume me traía millones de recuerdos a la mente, desde que lo conocí y lo abracé por primera vez hasta este momento, en el que me arrepiento profundamente de haber jugado con sus sentimientos.

—¿Por qué lloras, Cam? —me separó de él y limpió las lágrimas rebeldes que salieron de mis ojos. Estúpidas lágrimas traicioneras.

—N-no, por nada. —reí un poco. —Es solo que... —en ese momento Alan y su esposa venían entrando. —Acaba de llegar Alan y ver a mi primo feliz me pone así. —él sonrió pero cuando su mirada se dirigió detrás de mi borro aquella sonrisa.

—¿Qué hacen? —preguntó Jos llegando hasta nosotros.

—Tranquilo, solo venía a despedirme. —se dirigió Alonso a Jos quien frunció el entrecejo ante lo que dijo Alonso.

—¿Despedirte?

—Sí, así que... Esta es la última vez que nos veremos. —dirigió su mirada a mi. —Adiós, Cam. —sonrió por última vez y vi como se alejó.

No puedo creer que se vaya solo así. ¿Después de todo el destino sí quería que estuviera con Jos? Durante estos días me había olvidado completamente de Alonso, hasta este momento en el que supe que se iría, y cuando lo abracé él y su perfume se quedaron impregnados en mi mente.

—¿Estás bien? —preguntó Jos alzando mi rostro para que pudiera verlo.

—Sí, solo estoy feliz por Alan. —traté de sonreír y Jos me envolvió en sus brazos. —Vamos a saludarle. —me separé de él y asintió, ambos comenzamos a caminar hacia donde se encontraban Alan y su esposa.

(...)

Regresamos al departamento en la madrugada, eran las 2:00 de la madrugada y estaba agotada.

—¿Quieres agua? —ofreció Jos mientras me aventaba al sofá.

—Por favor. —pedí y él sonrió para después desaparecer rumbo a la cocina y aparecer unos minutos después con mi vaso de agua.

—Gracias. —sonreí y él se quedó mirándome mientras bebía del vaso con agua. —¿Qué? —pregunté.

—Nada. —suspiró. —Aún no puedo creer que estemos juntos. —sonreí y posiblemente me sonrojé, es impresionante como causa esas sensaciones en mi.

—Yo tampoco puedo creerlo. —de un momento a otro Jos estampó sus labios contra los míos, era un beso dulce y delicado.

—Te amo Cam. —dijo entre el beso y sonreí.

Continuabamos basándonos, de un beso suave y delicado pasamos a uno más subido de tono.

—Tengamos nuestra propia luna de miel... —dijo susurrando en mi oído, reí ante su comentario, asentí y pues, ya sabrán lo que pasó después...

(...)

Abrí mis ojos lentamente tratando de acostumbrarme a la iluminación de la habitación, sonreí al recordar lo que sucedió anoche y más cuando vi a Jos junto a mi durmiendo pacíficamente.

Me levanté de la cama solo con la ropa interior puesta y me dirigí al baño para ducharme. Una vez bajo el agua recordé algo... ¿Jos usó protección? Seguramente el sabe lo que hizo.

20 minutos después salí vestida del baño encontrándome con Jos ya vestido y con su celular en la mano.

—Buenos días. —salude acercándome a darle un beso rápido.

—Ahora son buenos. —contestó Jos levantándose de la orilla de la cama para tomarme de la cintura y acercarme nuevamente a él. —Freddy mandó un mensaje, quiere que vayamos a desayunar con él.

—¿Ahora mismo?

—Sino no sería desayuno Cam. —me di un golpe mental y asentí.

—¿Ya nos vamos? —él asintió y caminos hasta la salida para ir con Freddy a mi antigua casa.

(...)

—¡Dije que yo como por dos personas, no me subestimes Alfredo! —gritó Melina llamando la atención de las demás personas en el restaurante en el que estábamos.

—Ya cariño, tranquila. —pidió Freddy avergonzado. —Me llevarás a la ruina. —susurró para sí mismo.

—Escuché eso Alfredo. —exclamó Melina apuntandolo con un tenedor.

—Ya, tranquila. —dijo Freddy haciéndose hacia atrás.

Pobre de mi hermano que tiene que aguantar los cambios de humor de Mel.

—Voy al baño, vuelvo en un momento. —dijo Jos levantándose de su lugar, asentí y él se retiró.

—¿Eres feliz? —preguntó Melina.

—¿Qué? —cuestione confundida ante su pregunta.

—Mel, dijimos que le preguntaría hasta el final. —susurró mi hermano a su novia pero logré escucharlo.

—¿Por qué quieren saber eso? Obviamente soy muy feliz. —sonreí y Freddy me miró con una ceja arqueada.

—¿Jos no te ha hecho daño, cierto? —ahora la que arqueo una ceja fui yo.

—Por supuesto que no. —respondí mientras tomaba mi tenedor y clavaba en él un trozo de mango.

—¿Eres feliz con él? —preguntó Freddy prestando total atención a mi.

—¿Por qué haces esa clase de pregunta Alfredo? —cuestioné a lo que él suspiró.

—Ayer, en la fiesta de Alan, te vi llorando cuando abrazaste a Alfonso.

—Alonso, Freddy, se llama Alonso. —suspiré al recordar aquello. —El que haya llorado cuando estaba con él no significa que fue por él.

—¿Ah, no? Entonces cuéntame tu excusa, hermanita. —Freddy apoyó los codos encima de la mesa y recargó su cabeza en sus manos.

—Solo... Estaba feliz por Alan y él me vio llorar y me abrazó. —me encogí de hombros y él continuaba mirándome atentamente.

—¿Te han dicho que eres muy mala mintiendo? —rodé los ojos, volteé a ver a Melina quien estaba entretenida comiendo como para prestarnos atención.

—Tómalo como quieras, Alfredo. —Jos venía saliendo del baño así que me levanté. —Nos vemos. —me despedí, Jos me miró confundido pero le hice una seña indicándole que quería irme a lo que asintió y ambos salimos del lugar.

¿Por qué todos se empeñaban a no dejarme ser feliz con Jos? Él es el indicado, eso lo puedo asegurar.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora