Capítulo 5

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Iba conduciendo mi auto camino al aeropuerto.

Aún seguía algo triste porque Jos ni siquiera volteó a mirarme cuando estábamos en el elevador.

Suspiré y decidí olvidarme del pequeño incidente, debía estar feliz ya que volvería a ver a Freddy.

Unos minutos después ya me encontraba en el estacionamiento caminando hacia el interior del aeropuerto, había mucha gente caminando de un lado a otro con sus maletas, algunos cuidando de sus pequeños tomándolos de la mano y otros con su celular en mano.

Continuaba caminando rumbo a donde se encontraban las personas que llegaban de otros lugares para buscar a mi querido hermano junto a Melina, debe haberla traído después de todo se fueron juntos.

Continuaba caminando buscando la sala en la que se suponía debía estar Freddy ya esperándome.

Esquivaba a personas que iban distraídas o llevaban prisa para abordar el avión correspondiente. Hasta que choqué con alguien.

—Lo lamento. —dije avergonzada al chico rubio que tenía delante de mí, pero cuando mis ojos encontraron los suyos me sorprendí.

—¿Cam? —habló el ahora rubio.

—¿Alonso?

Jos.

Después de haber salido de mi departamento por la madrugada regresé una hora después, sólo había salido a caminar para tranquilizarme después de aquello que Fernanda me dijo.

Yo ya había tomado una decisión y eso no iba a cambiar.

Cuando dieron las 11:00 am decidí salir a buscar algo para desayunar ya que Fernanda aún no se despertaba y así aprovechaba para pedirle perdón y traerle el desayuno.

Salí dispuesto a buscar el desayuno, me detuve frente al elevador a esperar que llegara pero de repente alguien se paró junto a mi, vi de reojo y Camila se encontraba ahí parada.

¿Qué hacía ella aquí?

Sea lo que sea. No le hablaré.

El elevador llegó y ambos entramos en silencio, ¿ella no me iba a hablar?

De todas maneras si me hablaba, yo no le hablaría.

Sentía el ambiente muy tenso, ella me miraba de reojo y yo sólo trataba de no verla, contenía las ganas de tenerla entre mis brazos, besarle y poder ver esos hermosos ojos que tanto extrañé.

—Buenos días. —habló ella con timidez, yo seguía con la mirada clavada en el suelo.

Una vez que el elevador llegó al primer piso salí rápidamente para evitar que me lanzara a sus brazos y le dijera cuánto la había extrañado.

Caminaba por las calles buscando algún lugar para comprar el desayuno. Reflexionaba sobre si era correcto mi comportamiento con ella, ¿estaba actuando como un inmaduro?

Alejé todos los pensamientos de mi mente y a lo lejos observé una tienda de donas, tal vez a Fer le agraden unas para el desayuno. Caminé hacia la tienda y compré unas cuantas para después caminar de regreso al departamento.

(...)

—¿¡Dónde estabas!? —gritó Fernanda una vez entré al departamento.

—Salí por el desayuno. —respondí encogiéndome de hombros.

—¿Te fuiste por toda la noche para comprar donas? —me miró con el ceño fruncido.

—No. —arqueé una ceja. —Volví una hora después de que salí en la madrugada y hace una hora salí por el desayuno. —me crucé de brazos observando atentamente a mi hermana quien me miraba con el ceño fruncido.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora