Capítulo 38

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Todas las cosas ya estaban listas en el salón.

La ceremonia religiosa había terminado y solo faltaba esperar a que los ahora esposos llegaran.

Me encontraba en una mesa junto a Ryan, Sam, Isaac y mi madre quien estaba acompañada del señor Antonio.

Mi madre aún es joven y tiene el derecho de salir con quien ella desee, además, él parece ser buena persona.

—Ya tardaron mucho. —dijo mi madre desesperada revisando su reloj de muñeca.

—Tranquila má, en cualquier momento llegarán. —le tranquilice y ella suspiró.

—¿Los has visto? —preguntó Ryan susurrándome al oído, negué como respuesta. —¿Y si los ves qué harás?

He ahí la pregunta.

Si ellos quieren hablarme no sé cómo debería reaccionar. ¿Ya es el momento de hablar con alguno de ellos?

Minutos después cruzaron la puerta Melina y Freddy tomados de la mano recibiendo aplausos por parte de todos los invitados, podía ver a los papás de Melina llorando de alegría al ver a su hija recién casada. Yo también sentía cierta nostalgia al ver a mi hermano mayor casado y feliz con la chica que ama.

Todos nos encontrábamos sentados en nuestras respectivas mesas mientras los camareros se encargaban de servirnos la comida.

—Cam... —susurró Bryan asustándome.

—¿Que pasa? —pregunté mirándolo, tenía el rostro lleno de confusión.

—Sam últimamente está muy rara, bueno desde hace unos días. —dijo para después mirar con una mueca a su novia.

—¿Por qué dices eso? —Bryan regresó su mirada a mi, suspiró y comenzó a hablar.

—Siendo sincero... Tengo miedo. —encorvé una ceja ante su comentario. —Verás... Eh... —comenzaba a ponerse nervioso lo que provocaba que de igual manera lo hiciera yo.

—Vamos afuera. —me levanté de la silla siendo seguido por Bryan quien primero le avisó a Sam que saldría.

La luz de la luna se hizo presente una vez estuvimos afuera.

—Ahora sí, cuéntame. —me crucé de brazos y le presté total atención a Bryan quien aún seguía nervioso.

—Será lo más incómodo que cuente en mi vida pero... —miró al cielo estrellado y nuevamente dirigió su mirada a mi. —Hace unos días... Cuando Sam y yo... Eh... Pues... Hacíamos lo nuestro... —sus mejillas se tiñieron de rojo al pronunciar aquellas palabras. —Digamos que el... Condón se... Rompió. —quería reírme ante su nerviosismo pero sabía que esto probablemente no era una situación para reírse, y más si se trata del posible embarazo de mi mejor amiga.

—Y... ¿Temes que esté embarazada? —pregunté, Bryan asintió lentamente.

¿Cuántas embarazadas habría este año?

—No sé qué haríamos con un bebé Cami, tendría que buscar un mejor trabajo. ¡Tengo que casarme con Sam! Lo tenía planeado hasta el año siguiente. —comenzó a caminar de un lado a otro, lo de tuve del brazo.

—Aún no te pongas así, existe la pequeña posibilidad de que ella no esté embarazada. Y si lo está, no se te ocurra dejarla por dos meses. —Bryan me dio una mirada llena de compasión y se acercó a abrazarme.

—¿Podrías ayudarme a saber si seré papá? —asentí como respuesta, me dedicó una última sonrisa y entramos nuevamente al salón.

Cuando entramos me pude dar cuenta que en el escenario, donde se supone tocaría la banda que habíamos contratado, había un piano. Me dirigí a la mesa en la que estaba anteriormente sentada junto a Ryan.

—¿Alguien tocará el piano? —pregunté acercándome a él para que pudiera escucharme ya que había música a todo volumen.

—Eh... Sí. —dijo y me dio una mirada de nerviosismo.

—Su atención por favor. —pidió el señor que era maestro de ceremonias. —Ahora continuaremos con el primer baile de los novios, así que invito al joven Alfonso Villalpando a que pase al escenario por favor. —mis dudas se despejaron al ver a Alonso subir al escenario con un traje negro, se acercó al maestro de ceremonias y le susurró algo. —Corrección, el joven Alonso Villalpando. —seguramente Freddy le dio el nombre.

Alonso se dirigió al gran piano que se encontraba en la mitad del escenario, se sentó y comenzó a tocar las primeras notas.

Esta escena me hizo recordar cuando éramos novios y me dio una sorpresa, también había tocado el piano y me cantó una canción.

La voz de Alonso me sacó de mis pensamientos y logró erizarme la piel.

Tantos minutos pasé, viendo el reloj sin saber, que llegaría tu amor a mi corazón. —tal vez sea mi imaginación pero note que Alonso dirigió su mirada a mi. —Cuando te vi entendí, que para poder vivir, te necesito aquí cerca de mí.... —esta vez estuve cien por ciento segura. Alonso me estaba viendo.

Miraba a mi hermano bailar con Melina, se veían tan felices juntos, no quería encontrarme con la mirada de Alonso así que decidí que sería mejor enfocarme en Freddy y Mel.

—Solamente quiero estar a tu lado, no tenerte juro que me hace daño, con mirarte una vez aquí estoy a tus pies, solamente quiero estar en tus manos desde que llegaste todo a cambiado, sin querer te encontré ya no quieras correr quédate, quédate... —no me di cuenta cuando nuestras miradas volvieron a conectarse hasta que los demás invitados comenzaron a aplaudir, desvíe la mirada hacia la mesa.

—Tengo que ir al tocador. —anuncié a Ryan quien me tomó del brazo deteniéndome.

—¿Estás bien? —preguntó, asentí como respuesta y me soltó dejándome libre.

Comencé a caminar aceleradamente mirando hacia todos lados tratando de no encontrarme con Alonso por si me había visto alejándome. En cambio me topé con la intensa mirada de Jos quien me miraba atentamente, lo ignoré y continué con mi camino hacia el baño.

(...)

La fiesta transcurría con normalidad, no volví a ver a Alonso ni a Jos, y eso de alguna manera me hacía sentir una inmensa inquietud.

—¡Camila! —gritó Sam sacándome de mis pensamientos.

—¿Sí? —dije dirigiendo la mirada a ella.

—Tu hermano te está llamando. —dijo señalando detrás de mi, dirigí la mirada hacia dónde decía y encontré a Freddy quien me decía que fuera.

—Vuelvo en un momento. —le dije a Sam y me levanté de la silla para ir a donde mi hermano.

—¿Sabes que te amo mucho, verdad? —dijo Freddy una vez que llegué frente a él, encorvé una ceja ante su comentario.

—¿Qué quieres Freddy? —pregunté, entrecerré los ojos y Freddy bufó.

—Solo... Vuelve a tu lugar y quiero que sepas que yo no lo iba a dejar. —me quedé confundida, di media vuelta y comencé a caminar de regreso a la mesa.

Me senté, aún confundida, y unos minutos después se escuchó el sonido de un micrófono siendo tomado así que dirigí la vista hacia el escenario.

—Buenas noches. —dijo Jos arriba del escenario mientras todas las personas comenzaban a susurrar entre ellas. —Esta noche es muy especial para Alfredo y Melina, pero... —dirigió su mirada a mi. —Me encantaría poder dedicarle esta canción a la persona que amo, gracias por darme esta oportunidad Freddy. —dirigí la mirada a mi hermano quien rodó los ojos.

Seguí a Jos con la mirada y se posicionó en medio del escenario mientras varios chicos comenzaban a posicionarse cerca de los distintos instrumentos que imagino iban a tocar.

—Camila Leyva... Esto es para ti...

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora