Capítulo 4

1.5K 160 11
                                    

No puedo creer que él también está de regreso.

Comencé a caminar hacia un chico pelirrojo hasta quedar frente a él... Y me lleve una gran decepción.

No era él.

No era Alonso.

—¿Se le ofrece algo señorita? —preguntó amable.

—N-no, yo... Lo lamento. —me disculpé y caminé avergonzada hacia el ascensor para entrar a mi departamento.

Me bañé, me puse mi pijama y me aventé a mi cómoda cama para quedarme profundamente dormida.

—Cam. —me tomaron de la mano e inmediatamente me giré encontrándome con unos ojos color avellana hermosos.

—¿Qué sucede? —pregunté ya que lo veía emocionado pero a la vez nervioso.

Comenzó a juguetear con sus manos y después pasaba sus manos por su alborotado, y sexy, cabello. Hasta que se abalanzó sobre mi y me besó.

Me besó como la última vez, tierna y lentamente.

—¿Quieres ser mi novia? —preguntó juntando nuestras frentes.

—Bravo. —dijo alguien aplaudiendo. Era Alonso. —Que bellos se ven juntos. —dijo sarcástico.

—Ella ya no te quiere Villalpando. —dijo Jos tratando de acercarse a Alonso pero lo detuve. En un momento Alonso estaba a mi izquierda y Jos a mi derecha.

Ahora literalmente estaba entre la espada y la pared.

—¿Para esto me fuiste a pedir perdón ayer Camila? —preguntó Alonso con el ceño fruncido.

—¿¡Le pediste perdón!? —gritó Jos.—¡Dijiste que ibas a terminar con él!

—Pues sorpresa, ¡no lo hizo! —gritó ahora Alonso, yo estaba en shock, las palabras no lograban salir.

—Camila, ¡explícate! —pidió Jos enojado.

—Y-yo... —tartamudeé, las lágrimas amenzaban con salir.

—Te lo pondré más fácil Camila, ¿él o yo? —preguntó Alonso serio.

Me desperté nerviosa, incluso sentía las mejillas húmedas.

Había llorado.

Quería olvidar ese momento de mi vida, pero definitivamente no podía, había cometido un error totalmente terrible.

Hasta este momento me puse a pensar: ¿Con quién debí haberme quedado? Aunque ya es demasiado tarde para pensar eso, así que será mejor olvidarlo de una buena vez.

Tomé mi celular que se encontraba en la mesa de noche junto a mi cama y revisé la hora.

04:30 am

No puede ser. Me volví a recostar en la cama mirando al techo pero no pude conciliar el sueño nuevamente así que me levanté y caminé a la cocina por un vaso de leche tibia.

Una vez que la tomé me senté en el sofá, prendí la televisión con la esperanza de que el sueño volviera a mi.

Sentía mis párpados pesados, estaba a punto de quedarme dormida hasta que escuché movimientos proveniente de alguno de los departamentos de mi piso, no le tomé importancia hasta que escuché un grito.

—¡Siempre con lo mismo Fernanda! ¡Ya dije que no! —se escuchó un portazo y pasos apresurados. Pero esa voz yo la reconocía.

Me invadió la curiosidad y caminé a la puerta de mi departamento para tratar de ver si era quien yo creía que era. Abrí un poco la puerta asomando mi cabeza y vi hacia ambos lados.

A Tu Lado (DCUD #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora