Chica misteriosa.

Capítulo 10.

Al día siguiente me despierto y me visto con el uniforme (falda de cuadros verdes y negros, camisa blanca y encima un jersey verde, es decir, horrible) y bajo rápido para verla pasar. Ella me espera enfrente de la puerta de mi casa.

-¿Me perdonas por llegar tarde ayer?

-Solo si tú me perdonas por ponerme así.

Sonrío y nos abrazamos. Le cuento lo del fin de semana.

-Pero no se lo cuentes a las demás. No quiero que esto lo sepa todo el mundo.

-Vale. Ya sabes que puedes contar conmigo.

-¿Piensas que fui tonta por pararle?

-Para nada. Tú tienes que hacer lo que quieres en todo momento, nadie te tiene que obligar a hacer nada. Y además él se lo tomó bien, no te rayes.

Suspiro.

-Hablando de rayadas... ¿sabes quien es Alex? El de clase, digo.

-Sí

-Pues también va a mi clase de itinerario. Me ha agregado al tuenti y empezamos a hablar y nos dimos el número. Y resulta que es muy simpático, es un amor de niño. Y además de físico no esta mal..

-¡¿No jodas que te gusta?!

-No me gusta... Es que estoy rayada.

-¿Y tú a él le gustas?

-Pues no lo sé.

-Primero aclárate la cabeza y después ya intenta conquistarle, bonita.

Llegamos a clase y no volvemos a hablar del tema. Cuando llego a casa, empiezo a comer y mi madre aparece.

-Vicky, me han llamado de la academia para ver los días que vas a ir. Les he dicho que los lunes y miércoles de 5:30 a 7:00 italiano y alemán los martes y jueves a la misma hora, para que así tengas los viernes y los findes libres, ¿te parece?

-Vale.

-Pues acuérdate de que empiezas hoy. Me voy a trabajar que llego tarde. No sé si tu hermano vendrá a comer hoy.

Me da un beso en la frente y se va. Termino de comer, friego todo y cojo el móvil. Tengo un whatsapp de David.

“Me han dado el día libre, ¿te apetece quedar?”

“No puedo. Tengo clase de italiano”

“Es una pena, me apetecía verte”

“Y a mi”

Seguimos hablando y cuando me quiero dar cuenta son las cinco. Me visto rápidamente. Me pongo la camiseta ombliguera rosa fucsia que me compré ayer y un vaquero corto. Cojo mi bolsa de adidas rosa chicle y meto mi estuche y un cuaderno. La clase se me pasa rápido, la verdad es que se me dan muy bien los idiomas y el italiano me encanta. Pero lo cierto es que no atiendo casi nada, no para de pensar en David y me siento un poco culpable, porque yo nunca saldría con él. Cuando salgo miro el móvil y veo que tengo una llamada de David y un whatsapp de Noa. Leo primero el mensaje.

“¿Cómo vas?”

“Muy bien, acabo de salir de italiano ¿y tú?”

“Aquí en casa. Vente y pasamos la tarde juntas, que mi madre no está”

“Vale, lo que tarde en llegar”

Sigo andando distraída y me choco con un chico. Un chico guapo, alto, con el pelo cortito y rubio, los ojos azules y un pendiente en la oreja. Me suena un montón su cara.