Capítulo 24.

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¡Hola! Os doy permiso para matarme, PERDONARME. Perdí el pen drive donde guardo todas las historias, he estado castigada y estoy llena de exámenes. Espero poder subir los capítulos semanalmente, pero dentro de nada empiezo con los finales.

Muchas gracias a todas por leer y por los comentarios. Cada vez que los leo se me pone una sonrisa en la cara y me siento muy bien. Voy a dedicar este capítulo a una amiga. Ella también escribe y, aunque tiene un fan fic de Harry (One direction), no lo quiere subir. Espero que, leyendo sus one shoot, os gusten y me ayudeis a convencerla.

¡Un besazo a todas!

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Pasamos por mi casa antes. Me seco un poco el pelo y el cuerpo, no me da tiempo a ducharme, y me cambio de ropa. Me pongo una pantalón ajustado vaquero claro y una sudadera gris con el símbolo de superman en el centro. De zapatos, mis vans rojas. Debajo de la sudadera me pongo varias capas, así que no cojo la chaqueta. Cuando vuelvo a mi habitación está sentado en la cama mirando el móvil. Cuando me ve se lo guarda en el bolsillo.

-¿Cómo es que has venido? - me siento encima suya y le rodeo el cuello con los brazos. No hay nadie en casa.

-Nos han dado tres días de descanso.

-¿Cómo sabías que estaba en el instituto?

-Porque quería darte una sorpresa y pensaba que hoy no tenías clase. Entonces llegué a tu casa y estaba tu madre.

-¿Ya has conocido a mi madre?

-Sí. La verdad es que es bastante guapa.

-No me dejaras por ella, ¿no? - finjo preocupación. Niega con la cabeza y se ríe. - Me había asustado.

-El caso es que he llegado y le he dicho que era un amigo. Me ha dicho que estabas en el instituto, me ha indicado donde es y he ido.

-¿Me perdonas por mentirte?

Me sonríe.

-Ya está olvidado.

Le beso. Delicadamente, pero le echo hacia atrás y se tumba en la cama. Nos seguimos besando y mete la mano por debajo de la camiseta. Pero el sonido de mis tripas nos corta el royo.

-¿Qué ha sido eso? - pregunta preocupado.

-Mis tripas. Tengo hambre, no como desde el recreo.

Me levanto de encima suya y nos montamos en el coche.

-No sé por qué te has cambiado. Te sienta muy bien en el uniforme.

Me miro y pongo cara de asco.

-Es horrible. Nunca me ha gustado.

-Pero a ti te queda bien.

Nos paramos en un semáforo.

-Eres tú, que me miras con buenos ojos.

-Será eso.

Me besa y a mitad del beso sonrío. Termino mordiéndole el labio inferior. El semáforo se pone en verde y seguimos nuestro camino.

-Me encanta cuando haces eso.

-¿El qué?

-Sonreír a medias del beso.

-¿Sí? Pues lo voy a tener que hacer más a menudo.

Sonríe, pero no me mira. Estamos raros, bien, pero raros. Supongo que enterarte de repente que tu novia tiene 15 años es raro. Abro la ventana y pongo el brazo izquierdo en ella y, después, apoyo la cabeza en mi puño. Siento el aire frío en mi cara. Cierro los ojos. Llevamos 4 meses saliendo, lo sé porque empezamos cuando empezó el curso en septiembre y ahora estamos en Enero. No sé exactamente la fecha, no le hemos dado demasiada importancia. Vivimos el presente y eso me encanta. No nos agobiamos demasiado por el futuro, lo que tenga que ser será. Abro los ojos. Le miro. Está concentrado conduciendo, solo mueve un poco el dedo al ritmo de la música. Suena “I knew you were trouble” La canta bajito.

-¡Y ahora vamos al número 17 de la lista! ¡Niall let me kiss you! - dice Tony Aguilar y empieza a sonar “Kiss you” de One Direction.

-¡Me encanta esta canción! - empiezo a mover la cabeza y a cantar. David me mira raro, pero al cabo de un rato me acompaña en mi pequeño concierto.

Yeah so tell me girl if every time we touch you get this kinda rush! - cantamos a la vez, más que cantar gritamos y movemos la cabeza, como locos.

Nos lo pasamos en grande y, cuando acaba la canción, estamos hasta un poco cansados. David para el coche en un local enorme con una gamba en lo alto. Se baja y me abre la puerta.

-¿No íbamos a ir al mcdonald?

-Ya, pero me apetece más comer aquí.

-¿En un restaurante con una gamba gigante en lo alto?

-Sí lo quieres ver así...

Me sonríe y me coge de la cintura. Entramos. Parece que es un wok. Nos dan una mesa, pedidos las bebidas y vamos a coger la comida. Hay de todo. Me inflo a comer y David no se queda atrás.

-Puf, ¡no puedo más! - aparto mi plato sin arroz de mi lado.

-Pues te queda el postre.

-¿Hay barra libre de helados?

Asiente con la cabeza.

-Voy a descansar un poco y ahora sigo.

Se ríe.

-¿No tienes deberes?

-Hoy no nos han mandado nada y menos mal, tengo doble clase de... ¡MIERDA!

-¿Qué pasa?

Me levanto apresuradamente.

-No me acordaba que hoy dábamos más clase de italiano porque el profe se va a Roma la semana que viene.

-¿A qué hora empiezas?

-De cinco a ocho. ¿Qué hora es?

-Tranquila, son las cuatro.

-Me cojo un helado y nos vamos, ¿vale? Como llegue tarde y mi madre se entere, me va a matar.

-Ah, es verdad. Todavía eres peque.

Le echo una mirada asesina y voy a coger un helado. Cuando llego está comiendo un trozo de tarta de queso.

Terminamos de comer, pagamos y nos montamos en el coche. Cojo el móvil y me pongo con el twitter.

-David... Siento decirte esto, pero tenemos que cortar.

Me mira.

-¡Pero mira a la carretera, chiquillo!

Se para en una urbanización para no molestar. Estira los brazos sobre el volante y me mira.

-¿Cómo que tenemos que cortar?

Me mira y me muerdo labio.

Chica misteriosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora