Capítulo 23.

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Noa me acaricia el brazo y se va. Empieza a llover. Agacho la cabeza y me acerco poco a poco hacia él.

-¿Cómo es posible que tengas 20 años y vayas al instituto?

Suspiro. Es hora de contarle la verdad.

-Tengo 15 años, David. Ni si quiera tengo cumplidos los 16... Los cumplo dentro de dos meses – me muerdo el labio.

-Nos llevamos 9 años, ¿lo sabes?

Asiento.

-¿Por qué no me lo has dicho antes?

-No lo sé...

-¡Sí que lo sabes! - se empieza a alterar – Porque pensabas que sería muy “guay” estar saliendo con un chico 9 años mayor que tú y que además es famoso.

-¡¿Que?! ¡No inventes! ¡Al principio no sabía ni tu edad! ¡No sabía ni que eras famoso!

-¡Si claro!

Gira la cara. Que impotencia, joder. Segunda vez que me apetece fumarme un cigarro cuando estoy con él.

-Y si hubiera llegado de primeras diciendo que tengo 15, ¿que hubieras pensado? ¡Lo que estas pensando ahora!

-¡No es lo mismo, Vicky!

-¿Y entonces estos 4 meses que hemos pasado tan bien? ¿Todas las noches que hemos hablado por skipe? ¿Y las llamadas? ¿Y todo lo de las fans? ¿Ahora pierdo mi encanto? ¡TENGO 15 AÑOS! ¿Y qué?

No me mira.

-¡Contesta!

Me sigue sin mirar.

-¡Nos llevamos 9 años, pero ahora mismo está claro quien los tiene mejor puestos!

Bajo las manos y cierro con fuerza los puños. Tengo muchos sentimientos acumulados dentro de mi, pero creo que los más importantes son rabia e impotencia.

-Entiéndeme, Vicky. ¡Eres prácticamente de la edad de mi hermana pequeña!

-Ah, osea que es por eso. Ya no te gusto, ¡¿Por un simple número?! No me jodas, David, por favor. Osea ya no hay nada de “te quiero mucho” “me gustas mucho” ¡¿QUÉ PASA PREFIERES A CLARA?!

-¿Que tiene que ver Clara aquí?

-Ah, pues no se tu dirás. Yo leí tus conversaciones con ella y me enfadé muchísimo, pero a pesar de ello me lo tragué porque lo que quería era estar contigo. ¿Y tú ahora no eres capaz de tragarte esto? ¡YA TE HE DICHO QUE LO SIENTO! ¡¿Qué más quieres?! ¡ME ESTOY VOLVIENDO LOCA, DAVID!

Pego un grito lo más fuerte que puedo, incluso me duele la garganta. Una lágrima cae por mi mejilla, y me ayuda a relajarme. Respiro profundamente. Cierro los ojos y, cuando los abro, está mirando hacia el suelo. Estoy empapada, desde que empezamos a discutir ha empezado a llover más fuerte.

-David, estoy cansada y mojada. Me duele la garganta– digo, más relajada – Bajo mi punto de vista, ahora mismo solo podemos hacer dos cosas: o nos damos un tiempo, mejor dicho, te das un tiempo para pensarte las cosas, o seguimos como hasta ahora. Así que, haremos lo siguiente: si quieres tiempo, me das un beso en la mejilla. Y, si quieres que sigamos como hasta ahora me besas en los labios. ¿Te parece?

Levanta la cabeza. Me mira. Intento sonreirle, pero no me sale. Se acerca a mi. Va hacia mi mejilla, cierro los ojos. No puedo permitir que se acabe así, al menos no ahora. Me estoy empezando a enamorar. Así que, en el último momento, hago un giro rápido de mi cabeza y me besa en los labios. Es agradable sentir el tacto de sus labios después de estar 2 semanas sin vernos en persona, y sobre todo, después de discutir. Se aparta de mi, lentamente. Nos miramos a los ojos, pero los cierro enseguida. Mierda Vicky. Siempre igual. Siempre cagandola. Acaba lo que has empezado.

Abro los ojos. Le miro. Me separo un poco de él.

-¡Me has besado en la boca! ¡Tenemos que seguir como hasta ahora! - digo, victoriosa

Me muerdo el labio, pero después sonrío.

-Pero yo...

-¡Ni peros ni nada! ¡Me has besado en los labios! El trato era mejilla un tiempo, labios seguimos normal. Haberlo pensado antes.

-¡Pero yo no quería en los labios!

-Pero lo has hecho. ¿Dónde me vas a invitar a comer? Tengo mucha hambre y estoy mojada.

Me subo en el lado del copiloto. A través de la ventanilla veo a David riéndose. Se monta en el asiento del conductor.

-¿Te hace un mcdonald? Como la primera vez, ¿recuerdas?

Sonrío. Le beso. Un beso tierno y largo, que los dos necesitamos.

Chica misteriosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora