Capítulo 19.

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Nos despierta el “windows down” de Big Time Rush que proviene de mi móvil. Me incorporo un poco.

-¡Hola cielo!

-Hola mamá.

-¿Qué tal todo?

-Bien.

-¿Te he despertado?

-¿Tú que crees?

Se ríe un poco.

-Vale te dejo dormir. Besos guapa.

-Adiós mamá.

Me vuelvo a tumbar a su lado. Está dormido. Miro su cuello. Efectivamente, le he dejado marca y no es pequeña, la verdad. Le beso en la mejilla despacito y se gira hacia mi, pero sin llegar a abrir los ojos. Me visto con unos leggings negros y una camiseta ancha blanca de tirantes con unos labios rosas. Me recojo el pelo en una coleta alta. Bajo a la cocina y hago café. Al poco aparece por la puerta. Me mira, lleva la misma ropa de ayer. Me sonríe y se sienta en una silla.

-Qué cara de sueño tienes.

Me mira y se revuelve un poco el pelo.

-¿Qué quieres desayunar?

-Cola-cao.

Sonrío. Cojo dos tazas, una azul con el símbolo de superman y otra negra con el símbolo de batman.

-¿Cuál quieres?

-Batman.

Les echo leche, las caliento y mientras tanto saco el cola-cao. Suena el “click” y las saco. Les echo dos cucharadas a cada una y les meto una cuchara. Se la dejo en la mesa. Saco napolitanas y cruasanes. Empezamos a comer en silencio.

-¿Dónde está tu madre?

-¿Eh? Ah, se ha ido a un spa con su novio.

Se ríe.

-¿Qué pasa? ¿Por qué te ríes?

-Por la cara que has puesto.

Me pongo bizca y saco la lengua. Se ríe más que antes. Yo también me empiezo a reír. Suena su whatsapp.

-¿Qué pasa? - digo mientras me siento encima suya.

-Me acaba de enviar un mensaje Magi. Dice que como tarde tengo que estar allí a las 5.

-Jo. Voy a llamar a mi hermano para que te lleve.

-No hace falta, enserio.

-¿Y como vas a ir?

-En tren.

No puedo evitar reírme.

-¿Qué te ha hecho tanta gracia?

-¿Tú? ¿Ir en tren? ¡David eres el chico más despistado que he conocido nunca! ¡No llegarías a las 5 ni aunque salieras ahora mismo y son las 12!

-Jo. Me tienes infravalorado. - hace un puchero. Le beso.

-Voy a llamar a mi hermano. Espera aquí.

Me levanto y me da una cachetada no muy fuerte en el culo. Me giro y le saco la lengua. Se empieza a reír. Marco a mi hermano.

-Jorgito, ¿qué haces?

-Estoy con Ari, ¿por qué?

-¿Me harías un favor?

-Depende.

-Ven a casa y lleva a David a la suya, que se quedó anoche a dormir y no me fio de que se vaya en tren solo.

-¡¿SE QUEDÓ ANOCHE A DORMIR?!

-No hicimos nada, tranquilo.

Nos quedamos un rato en silencio.

-¿Sigues vivo?

-Sí. Espera un momento y vamos a buscaros.

-Vale. No tardes, eh.

Me cuelga. Vuelvo con David. Está sentado en el sofá con el móvil. Me siento a su lado.

-Mi hermano ya viene. -no me mira - ¿David? - sigue con el móvil. Se lo quito.

-¡Oye!

-Jolines, escúchame cuando te hablo.

Empiezo a mirar. Estaba hablando con Clara.

-¡Son cosas privadas! - intenta cogerlo, pero me escapo y me encierro en el baño. Me siento apoyando la espalda en la puerta -¡Vicky! ¡No leas nada, por favor!

Hago caso omiso. Ha borrado los mensajes anteriores. Cabrón. El primer whatsapp es de Clara, es de hoy a las 12:00

“¿Te lo pasaste bien ayer con tu nuevo chochete?”

“No la llames así”

“¿Te la has tirado?”

“No”

David sigue chillándole a la puerta. Sigo sin hacerle caso.

“Sabes que podríamos volver, ¿no? Te sigo queriendo y yo sé que tu también me quieres”

“Te sigo queriendo pero... no podemos estar juntos”

“¿Por que? No digas tonterías”

“Está ella. No quiero hacerla daño”

“¿Y lo del otro día? ¿Eso no la hace daño?”

“Ella no sabe nada y no quiero que lo sepa. Viene ya. Hablamos. Un beso guapísima”

Justo le llega otro mensaje.

“Vale. Ya hablamos, me gustaría repetir lo del otro día”

Me levanto. No llores Vicky. Me pongo enfrente de la puerta. Tú puedes con esto y más. Rozo el candando con mi mano derecha. Además no sois novios. Lo quito. Tranquila. Abro la puerta con la mano izquierda. Respiro profundamente. Le veo enfrente mía, apoyado en la escalera. No le des el placer de verte llorar. Me acerco.

-Toma. Clara te ha enviado un mensaje. - le pongo el móvil en las manos y comienzo a subir las escaleras – mi hermano no tardará en llegar. Ponte la tele o la play o lo que te de la gana. Yo estoy cansada.

Mi voz no es la misma. No tiene la misma alegría que tiene normalmente y se entrecorta mientras hablo. Subo a mi habitación. Cierro con candado. No quiero hablar con nadie. Me tumbo en la cama boca abajo, enterrando la cabeza en la almohada. Unas lágrimas amenazan con salir de mis ojos.

-Vicky, no es tu novio. Hasta hace unos días no estabais ni siquiera de lio. Por eso no le puedes reclamar nada. - me intento autoconvencer, pero eso no quita que algunas lágrimas caigan por mi mejilla – ¿A quién intentas engañar, Vicky? Puede que no estés enamoraba, pero al menos sí que estabas ilusionada y para él has sido solo un juego. Y eso es lo que más te duele de todo – no puedo evitar echarme la bronca a mi misma - ¡Tonta, Vicky! Eso es lo que eres.

Oigo golpes en la puerta.

-¡Vicky! ¡Abre por favor, quiero hablar contigo!

Me quito las manos de la cara lentamente y miro al techo. David no para de dar golpes. Me siento en el borde de la cama y bajo los pies lentamente. Miro mi reflejo en el espejo del tocador. Respiro profundamente y me dirijo hacia la puerta. Abro. Nos miramos fijamente a los ojos.

Chica misteriosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora