Capítulo 17.

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Bostezo, ni siquiera me molesto en taparme la boca, Noa me ha visto en peores situaciones. La dejo pasar y voy a la cocina.

-¿Has desayunado? - le pregunto.

-No, esperaba que me dieras tú.

Abro la nevera y saco un cartón de leche. Lleno las dos tazas, una rosa y otra azul celeste. Las meto en el microondas y me siento enfrente de ella. Vuelvo a bostezar.

-¿Por qué has venido tan pronto?

-Me aburría en casa.

Suena el “click” del microondas. Saco las dos tazas y les echo dos cucharadas de cola-cao a cada una. Me acerco a la encimera y corto dos trozos de tarta de oreo y los pongo en dos platos pequeños. Le paso un plato y la taza azul a Noa y me siento enfrente de ella. Muevo sin muchas ganas la leche y le doy un pequeño mordisco al trozo de tarta. Noa empieza a hablar y no para, la pierdo el hilo, así que decido desconectar y empiezo a pensar en mis cosas. De vez en cuando asiento con la cabeza para que no sienta que está hablando sola. Acabamos de desayunar y meto las tazas y los platos en el lavavajillas.

-¿Ya estás preparada?

-Tengo el bikini debajo – se levanta la camiseta y veo su bikini. Es palabra de honor de color negro, con el pajarito del Hollister a un lado de color azul. - también me he traído ropa de cambio.

Vuelvo a bostezar.

-¿No estás nerviosa? - niego con la cabeza - ¿ni un poquito? - vuelvo a hacer el mismo gesto y a la vez bostezo.

-Me voy a cambiar. Mientras tanto... ¿por qué no me vas a comprar unas cosas que necesito?

-¿Para qué?

-Voy a hacer una tarta de chocolate. Tienes la lista ahí colgada – le señalo la nevera. - y dinero está ahí – señalo una pequeña fuente en el recibidor.

Me saca la lengua, la coge y se va. Salgo al jardín. Parece mentira que estemos en septiembre, hace bastante calor. Vuelvo a la cocina y empiezo a hacer un brownie con doble de chocolate. Al poco llega Noa con las cosas que le he dicho y hago otra tarta de chocolate. Aparte ha comprado un montón de lacasitos y tabletas de chocolate de un montón de tipos. Cuando saco la tarta la decoro poniendo mini oreos, mini lacasitos y sirope de chocolate en la parte de arriba y mini conos de chocolate en los laterales.

-¿Puedo comérmelo?

-¡No! Lo he hecho para Carlos.

-¿Y el brownie también?

-Sí.

-¿Y los lacasitos?

-También.

-¡¿TODO EL CHOCOLATE ES PARA ÉL?!

-Sí. Pero tú también puedes comer, eh.

-Que susto, pensaba que me ibas a dejar sin nada.

Sonrío.

-¿Que hora es?

-Las once y media, las diez y media en canarias.

-Me voy a cambiar. Pon la tele o algo.

Subo a mi vestidor y decido ponerme el bikini que me compré el otro día, una camiseta ancha blanca con el hombro caído y un pantalón vaquero corto. Vuelvo a salón. Noa está viendo la tele.

-¿Me haces dos trenzas de raíz?

No dice nada, solo da un golpe en el sofá como diciendo que me siente. Lo hago y empieza a trenzarme el pelo. Una a cada lado. Le quedan perfectas, como siempre. A las 11:45 llaman a la puerta. Abro. Es Mimi.

Chica misteriosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora