Chica misteriosa.

Capítulo 22.

Me quedo sin palabras.

-¿Qué?

-Me voy el sábado. Estaré fuera durante 3 semanas, haciendo firmas y conciertos.

-Pero... ¿No vas a venir a Madrid ningún día entre medias?

-No lo sé, pero si voy yo te aviso.

Suspiro.

-Jo.

-Ya lo sé, es una mierda, pero es lo que toca. Hablamos todos los días por skipe, ¿vale?

-Vale.

-¿Qué te pasa?

-Nada , ¿por qué?

-Porque no tienes tu tono de voz normal, estás como triste.

-Joder David, pues porque acabamos de empezar a salir y ya voy a tener que estar 3 semanas sin verte.

-Ya lo sé. Me encantaría poder quedarme aquí pero..

-Pero es tu sueño. Lo sé. Pero mirándolo por mi parte egoísta.... Jo, no te quiero compartir.

Se ríe.

-No me vas a tener que compartir, tonta.

-¿Nunca?

-Nunca.

-¿Ni con tus auryners?

-No.

-¿Ni con Clara?

-No, tenlo claro. Estamos juntos, ¿no? Yo me tomo enserio mis relaciones.

Sonrío.

-¿Tienes papel y boli a mano? -pregunto.

-Sí, ¿por qué?

-Te voy a decir las reglas que tienes que seguir. Todos los días tenemos que hablar por skipe, si no podemos nos llamamos. No te líes con ninguna – se ríe – y pásatelo genial. Yo estaré amargada estudiando.

-Ahora me siento culpable.

-No te sientas, tonto. Ah y te tienes que poner en al menos en una firma la camiseta que te regalé. Y que te hagan fotos con ella.

Se vuelve a reír.

-Vale.

-Como no hagas alguna de ella me enfado.

-¿Me dices tu skipe?

-VickyPerez, todo junto.

-Vale. Esta noche te llamo y hacemos una videollamada, ¿vale?

-Vale feo. Adiós.

-Hasta luego, misteriosa.

Cuelgo. Bufo. Que rabia, joder. Pero... ¿Qué esperabas, Vicky? Que es famoso, coño. Si es que todo estaba siendo muy bonito y muy romántico, algo no tenía que ir bien. En fin. Me doy una ducha para relajarme, decido no pensar demasiado en ello, así que solo recuerdo los buenos momentos. Todo es una locura. Pero una locura encantadora. Salgo de la ducha y miro un móvil. Tengo un whatsapp de David.

“Conéctate al skipe, tengo un rato libre”

“No puedo, acabo de salir de la ducha”

“Pues mejor todavía”

No le veo la cara, pero me la imagino.

“Anda calla. Me pongo el pijama y me conecto”

Y eso hago. Me termino de secar, me pongo el pijama y me conecto. Al poco me llega una invitación a una videollamada. La acepto y al poco le veo sonriéndome.