26. Primer aviso.

180 14 1
                                    

Nos despedimos de mi madre de la manera más cordial y posible y emprendemos el rumbo de vuelta a Sephanie. Cuatro horas y pico de camino, ya más descansados, parando cada dos horas para estirar las piernas y relajarnos.

Sophie está visiblemente nerviosa cuando nos posicionamos frente a la puerta de mi casa. Y es normal, ya no es un lugar seguro. Deberíamos irnos al apartamento que apalabré, pero perdí la llave... o me la quitaron.

—Hay algo ahí. —dice Travis cuando abro la puerta.

Y efectivamente, ante nosotros un sobre cerrado en el suelo. Está certificado y cuando lo cojo puedo comprobar que es un comunicado de la ACS. Trago saliva y lo abro. Sophie nos empuja con suavidad al interior de la casa y cierra.


«Señor Gabriel Brown:

Nos ponemos en contacto con usted debido a una denuncia a su nombre por parte de Sasha Foster, en la que asegura ha falsificado un certificado de defunción y omitido el previo documento de ejecución.

Así mismo, se le acusa de ocultar la huída del paciente Travis Garland y su madre, aún siendo testigo de ella.

Por esto, se le requiere el próximo miércoles en la Oficina de Recursos de la ACS.

Sin más, le esperamos.

Asociación Contra los Sentimientos.»


Suspiro. Le enseño el comunicado a Sophie, que está de camino a la ducha y palidece. Sin decir algo más, entra al cuarto de baño y yo retrocedo sobre mis pasos. No me hace falta pensarlo mucho; no iré a esa cita. Aunque me traiga más problemas.

Preparo la cena mientras que Travis se ducha y Sophie pone la mesa. Los tres nos sentamos a comer unos minutos después en silencio, con la televisión alta. El niño me pide permiso para usar mi ordenador y acepto. Se mete en la habitación de su madre y de él, y decido tener una conversación importante con Sophie.

—Quería comentarte una cosa. —digo y me mira mientras se limpia la boca.

—Claro, dime.

—Ya me buscan. —frunzo los labios. —Y si me encuentran, que lo harán, quiero que te quedes con todo lo que tengo. Todo lo que es mío.

—Pero...—

—No, deja que termine. —tomo aire. —He pensado en cambiar mi testamento ahora que tengo unos días libres.

—Gabriel... ¿estás dando por hecho que te matarán?

—Sí. —digo.

Suspira y apoya sus manos en su frente. Seca unas lágrimas sin hacer drama y me mira. Agarra una de mis manos encima de la mesa mientras yo muevo una servilleta con la otra.

—No van a matarte. Ocultar nuestra huída no es lo mismo que ocultarnos a nosotros en tu casa. Y eso no lo descubrirán, te lo aseguro. Así que no digas tonterías, por favor... Ve allí y confiesa, el castigo será menor. Funciona así.

—No voy a ir.

—¿Cómo no vas a ir? —aprieta mi mano. —Tienes que ir, Gabriel.

—¿Y tirarlo todo por la borda? No he estado mintiendo para entregarme. No he pasado por esto—señalo mi cara—para entregarme ahora. Si tengo que acabar enjaulado o muerto, lo haré cuando llegue el día y no por haberme dado por vencido. Siempre acabo lo que comienzo.

Ella suelta su agarre y sonríe levemente. Me toma con delicadeza por el mentón y levanta mi mirada hasta sus ojos.

—Quién te lo hizo. —susurra. —No me respondiste el otro día.

—Fue tu marido.

—Lo sabía. —dice. —Joder, ese hijo de puta. ¿Cómo lo sabe?

—Es obvio, ¿no? Sasha se ha debido de encargar de todo.

—Estamos solos. —dice.

—Sé que podría apoyarnos... pero no me gustaría ensuciarla con este tema, así que haré otra cosa.

—¿Qué cosa?

—Ya lo verás.

***

Un nuevo fin de semana pasa de por medio. El lunes llega sin más y es extraño saber que no tengo que ir a trabajar, que hay un cirujano ocupando mi puesto.

Ayer llamé a Leslie y me hizo el favor de venir hoy a casa cuando saliera de su turno, a las cuatro. Sophie y yo la esperamos pacientes y cuando golpea a la puerta, abro, no sin antes ver quién es.

—Leslie. —le sonrío.

Ella me devuelve la sonrisa y clava sus ojos en Sophie. Debe sonarle del tiempo que pasó en el hospital con Travis, pero no dice nada. No siente nada.

—Bonita casa.

—Está desordenada, pero apenas he parado un minuto.

—Lo entiendo. —suelta una carcajada y se sienta en el sillón del salón. —¿Eres Sophie, verdad? —le pregunta por fin.

Ella pestañea un par de veces notablemente nerviosa. Sé que desconfía de Leslie, pero es la única oportunidad que tenemos conseguir avanzar. Para que se proteja.

—S...sí. —titubea.

—Bien. Verás... A mí me gustaría tener sentimientos, pero como eso es imposible, ayudo a aquellos que sí los tienen, aunque los escondan. No vivo lejos de aquí, quizás conmigo puedas estar tranquila.

—No la conozco. —dice.

—Lo sé, no tienes por qué aceptar mi oferta. Es solo... que imagino por lo que estás pasando y además Gabriel está esforzándose por salvarte. Sólo pruebe unos días, si no estás a gusto, te recojerá.

Sophie agacha la cabeza y abraza a Travis, que observa a Leslie dubitativo, como su madre. Debe darse prisa y darle una respuesta ya.

El tiempo no corre a nuestro favor.

Heartless [COMPLETA - Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora