19. Familia.

172 18 0
                                    

Travis se despide de mí sonriente esta noche. Al menos hemos avanzado en algo. Sophie posa sus manos en mis hombros y pega su rostro a mi espalda, suspirando.

—Gracias. —susurra.

Me mira con un brillo natural, con una sonrisa sincera que sé perfectamente le cuesta sacar. No está anímicamente bien, se le nota con unas solas palabras que cruce con ella. Sus brazos rodean mi torso y recuerdo en el plan que tenía para desenamorarla. Ya me da igual, no puedo llevar tantas cosas adelante, no puedo fingir una relación cuando ya estoy ocultando lo de Abigail y el hecho de vivir con dos personas con sentimientos aquí.

¿Debería decirle que todo fue un plan? ¿Qué no tengo una pareja? Quizás solo empeoraría las cosas.

Me suelta y camina hacia su habitación, pero le agarro una mano frenándola.

—Dime sinceramente por qué lo hiciste. —inquiero. —Por qué, sólo quiero eso.

—Soy una buena persona. Me duelen las cosas y lo siento, pero si intentan hacer daño a mi familia, me defenderé. Ya te lo dije, mataría por Travis. Daría mi vida por él, robaría, delinquiría de todas las formas por salvar a mi niño... y a ti.

—¿A mí?

—Sí. Te debemos mucho, y sé que te estoy causando problemas. Sasha quiere llevarte a prisión, y yo sin embargo me rompo de pensar que puedas irte lejos. Eres mis fuerzas aún sin poder corresponderme, sin sentir nada por mí. Aún teniendo tú una mujer. Y te prometo que no me meteré, no es como si yo estuviera enamorada de ti...—

—¿Ah, no? —cuestiono frunciendo el ceño.

—¿Eso crees? —se ríe negando y mirando mi rostro. —Me gustas. Te tengo un enorme cariño, pero de ahí al amor... hay un tiempo. Podría llegar a sentirlo, no te lo niego, sabes que es así.

—Yo no podría.

—Sigo siendo consciente de ello, no lo he olvidado. —ahoga una risa. —Haz tu vida, pero no nos dejes, por favor. Nunca he dependido de nadie y ahora me siento flotando en el vacío sin ti.

—No... no hay nadie. —digo finalmente.

—¿Nadie? ¿A qué te refieres?

—A que no estoy comprometido. No hay otra mujer, no hay nadie.

Abre los ojos y la boca al mismo tiempo y posa sus manos en el corazón. Intuyo que va a alejarse, quizás llorando. Que va a enfadarse de nuevo, como suele hacer. Pero se acerca decidida y me besa con fuerzas.

Reacciono apartándome porque no me lo espera, pero no parece importarle.

—Quizás no sientas nada, pero tú me besaste primero. Estamos en paz. —dice sonriente y ahora sí, desaparece en la habitación donde Travis ya duerme.

Creo que no lo ha terminado de entender, pero mejor así. No debe ser agradable salir herido de algo y no quiero perjudicarla a ella. No más de lo que ya tiene.

***

Decido aprovechar la media hora que me ha sobrado en el almuerzo para acercarme a ver a Sasha. Sinceramente, no me apetece. Sé en lo que estoy metido y ella también. Pero necesito escuchar su versión.

Cuando entro, su marido está junto a ella. Le saludo cordial; no le veo desde la cena con Damien y Abigail.

—¿Cómo está? —pregunto.

—Bueno, avanza rápido. Fue muy superficial.

—Me alegro.

—Voy a la cafetería. ¿Te esperas con ella mientras?

—Sí, tengo unos minutos antes de volver al trabajo.

—Vale. —palmea mi hombro y se va.

La observo dormir. Es una mujer guapa, pero ahora sólo puedo pensar en que también es inteligente y astuta. Suficiente como para tirar mi carrera por la borda.

Abre sus ojos despacio y pasan unos segundos hasta que frunce el ceño al verme.

—Hola, Sasha.

—¿Dónde está mi marido?

—En la cafetería.

—Ni se te ocurra tocarme, Gabriel. Sé que estás detrás de esto. —señala su costado intentando darme a entender que ahí están las heridas. —Así que puede que ahora esté inmóvil, pero tengo la voz muy bien y no dudaré en gritar.

—Yo no estoy detrás de nada. —digo serio. —Y eso lo juro.

—¿Qué valor tienen tus palabras?

—¿Y las tuyas? —me acerco más. —Somos iguales, deja de pensar lo contrario. Yo no haría eso, me da igual.

—Eres el único que tiene algo contra mí.

—Eso creerás tú.

—Lo sé ciertamente. Pero cuenta tus días, porque cuando me recupere, lo primero será denunciarte y te pudrirás entre rejas.

—No me intimidan tus palabras, Sasha. He venido a que me cuentes tu versión, todo el mundo comenta cosas.

—Es alguien del hospital, ¿vas a seguir negándome que tienes algo que ver? Esa persona estaba dentro, y el acceso es restringido.

—Yo llegué más tarde, ¡mira las cámaras de seguridad!

—De hecho, ya lo he ordenado. Esta tarde las veré y sacaré conclusiones. Las medidas pertinentes ya están en marcha y averiguaré quién ha sido. Así que ten cuidado.

—No me amenaces, es patético. —le sonrío. —Si me crees, me alegro. Si no, tú sabrás. Me conoces suficiente.

—Eso creía, pero ahora veo que no.

Su marido entra de nuevo y nos callamos. Con un gesto amable me despido y vuelvo a mi trabajo. A ver si arreglar cerebros de otras personas despeja el mío.

***

Busco con la mirada a Sophie y la encuentro mirándose al espejo del pasillo.

—Buenas noches. —le digo y sonrío levemente.

—Hola, Gabriel. —me devuelve la sonrisa. —¿Cómo... ha ido?

—Bueno, he visto a Sasha y cree que yo estoy detrás de todo.

—¿Cómo puede ser? —frunce el ceño mirándome. —Lo preparé todo para que pensara que había sido alguien desde dentro y tú no estabas. Precisamente por esa razón no me llevé tu coche. Estuve tentada a hacerlo.

—Eso hubiera sido cavar nuestra propia tumba. Menos mal que reaccionaste.

—Bueno, ¿ha dicho algo más?

—No, que verá las cámaras de seguridad. Pero si ibas bien disfrazada, no me preocupa.

—Iba bien, te lo aseguro. De hecho, espera. —dice y se mete en la habitación.

Espero sentado en el sofá. Travis está en la ducha y ya han pasado diez minutos desde que Sophie se metió en el cuarto. Estoy a punto de ir a ver qué pasa cuando sale con un vestido azul y el pelo completamente negro, con flequillo recto.

Vaya, no parece apenas ella. Sí, en la cara se ve, pero supongo que llevaba algo más.

—Lo complementé con gafas de ver y lentillas negras.

—Estás... distinta.

—Gracias, de eso se trataba. —sonríe y vuelve sobre sus pasos para cambiarse de nuevo, supongo.

Y se me viene a la cabeza su beso. No puedo decir que me disgustara, pero tampoco fingiré que siento algo cuando no es así. Sé que ahora, ella me considera familia.

Su familia.    

Heartless [COMPLETA - Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora