La Guerra Ha Comenzado

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Steve Pov'

Lentamente abrí los ojos, la poca luz que se colaba por las ventanas daba un ambiente cálido, pero, ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Qué había hecho?

Pero, la respuesta a todas mis preguntas, estaba dormida a mí lado, tapada por una delicada y suave sábana blanca, con las mejillas rojas, el cabello algo desarreglado, una hermosa sonrisa en sus perfectos labios y una mancha de sangre junto a ella.. ¡Espera! ¡¿Qué?!

¿Sangre? ¿Sangre? ¿Le lastime?, no, no, no quería hacerlo, no, no.

_____: ¿S-Steve?- abre los ojos lentamente sonriéndome.

Steve: _____, h-hola, ¿Qué-que tal?- susurró notablemente nervioso y tapándome hasta el cuello, haciendo que la sabana dejara de cubrir su cuerpo, deleitándome con la belleza de su cuerpo muy bien formado; un cuello de cisne, albino como la nieve, dos senos igual de blancos con un par de pezones rosas como sus labios, que de solo verlos me dan ganas de meterlos en mi boca y...y lamerlos hasta po...ponerlos duros y, rojos provocando que de su dulce boca salgan esos sonidos tan obscenos, que, que hacen que, que me ponga tan duro y caliente, como jamás me sentí, para hacerla mía, una y otra vez, chupar ese ombligo que... es una invitación al tesoro entre sus piernas que lentamente pueda descubrir y... y meter mis dedos en su lindo y delicioso....

_____: ¡¡STEVEEE!!- con ese grito me saca de mi trance lujurioso y libidinoso, para observar como se tapa el cuerpo con la cara totalmente roja y dándome cuenta que, en su vello púbico, habían resto del semen que derrame al estar con ella, haciendo que me sonrojara como ella, pero con la diferencia que yo tenía una enorme erección que palpitaba y pedía a gritos que la atendiera.

Steve: ¿Qué, que sucede?- mi voz sonó más aguda de lo que hubiera querido y evite hacer contacto visual, pero mi vista parecía un escáner sobre su bellísimo y delicioso cuerpo.

_____: Solo dos cosas, deja de verme como si quisieras follarme salvajemente sobre mi cama y dame la sabana ahora.

Steve: Pero, si te vez hermosa y follable así- lamentablemente lo dije en voz alta, provocando que su cara y su cuerpo se pusieran aún más rojos- no, no quería que eso sonará tan feo, quería decir que me excitas tanto, no, no , eso no, es decir, quería decir, que... yo...aa- me puso la mano en la boca.

_____: Mejor cállate, por favor y dámela- me quita la sabana dejando al descubierto mi palpitante miembro que deseaba con toda su longitud que mi ángel lo tocará, ella al verlo tragó saliva de golpe y se puso más nerviosa- lo... lo siento, no quería... ya, ya sabes- se tapa todo el cuerpo.

Steve: No, no importa- trato de taparme, pero un impulso casi inmediato me hace colocarme sobre ella y restregar mi cuerpo desnudo contra el suelo.

_____: Steve, Steve, ¿Qué haces?- susurra algo asustada, pero sin tratar de apartarse.

Steve: No lo sé _____, solo me dejo llevar por lo que provocas en muy lo que solo tú has provocado en mi cuerpo- mi voz salió tanto sincera como ronca mientras lentamente iba quitando la sábana que separaba el bello y delicado cuerpo de mi ángel del mío deseoso de ella, hasta que nada impidió que estuvieras pegados, pero, yo quería más, necesitaba más- _____.

_____: ¿Um?- me miraba a los ojos abriendo las piernas casi sin darse cuenta, acariciando mi cabello, haciéndome desear estar más cerca.

Steve: Te amo- susurró sobre sus labios con la respiración acelerada y las manos a cada lado de su rostro bello y sonrojado- te amo muchísimo- y con un último impulso mi cadera golpeo contra la suya haciendo la tan necesitada unión de nuestros cuerpos, arrancando en ambos dulces gemidos que rápidamente fueron remplazados por el lujurioso sonido de nuestras bocas deseosas y exigentes chocando, chupando y mordiendo para saber quién tendría el dominio en este juego placer, que solo hacía que nuestros cuerpos chocaran con más fuerza, provocando oleadas de dulce y caliente placer en nuestras entrañas, forjándonos como uno mismo, sin importarnos nada más que nosotros, nuestra unión y el placer que compartíamos por primera vez en nuestras vidas

Un Encuentro No Tan Casual (Steve Rogers y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora