~12~

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Estaba temblando a más no poder y mi cuerpo lloriqueaba porque apareciese algún policía no corrupto o Finn a salvarme del, pero nadie apareció.

Estática en mi sitio vi a Jerome levantarse y sentarse al lado mío. Su cabeza se acercó a la mía y sus labios se acercaron a mi oreja.
Sentí su aliento cálido sobre mi piel y un escalofrío me recorrió.

-Yo controlo todo Kelsey-. Dijo y yo seguía con mi vista al frente.-Controlo quien eres, lo que haces, donde vives...¿Acaso creías que me conformaría con hacerte temblar con mi mirada?

Sentí como esta vez, en vez de mantenerse quieto en mi oreja, acariciaba todo mi cuello con su nariz.

Aquella sensación era algo placentera, pero tuve que pararlo cuando me besó detrás de mi oído.

-Para Jerome, o gritaré-. Le amenacé pero él solo continuó acariciando mi cuello con su nariz hasta llegar a mi mejilla.

-Grita pequeña, haz que tu noviecito te oiga gritar mi nombre-. Dijo y escuché a Finn entrar de golpe y tirar de mi brazo.

-Nos vamos-. Dijo seco y yo caminé con él hasta que sentí a Jerome tirar de mi cintura.
Pensé que quizás me atraparía o haría daño de alguna forma pero no fue así.

Me acercó a él hasta que su cuerpo estaba peguado al mío y, sorprendiendome, besó mi mejilla. Se quedó un rato con sus labios en ella, y con los ojos cerrados. Parecía que quería conservar el momento. Quizás fue el acto más extraño que tuve con alguien en mi vida, pues supe con solo aquel beso que él no quería hacerme daño, solo quería demostrarme que si él quiere, soy suya.

La voz de Finn nos despertó.

-Jerome-. Amenazó Finn.

Jerome me soltó y guiñó un ojo.

-Adiós Jerome-. Dije.

-Adiós Kelsey-. Dijo él y se despidió con la mano.

No le volvería a ver. O eso pensaba.

[...]

-Mataré a ese maldito policía corrupto-. Dijo Finn tirándose de los pelos.

Habíamos discutido durante una hora con el inspector Gordon también (al final permitió a Finn entrar a la comisaría) sobre denunciar o no al policía que me dejó sola con Jerome y le dió las llaves de sus esposas.

Yo me negaba. No quería problemas con los guardias nada más empezar en la policía, pero Finn estaba agobiado. Decía que Jerome me podría haber matado si él no hubiese aparecido.

-Es una verguenza la corrupción de esta ciudad-. Dijo Jim frotándose la frente.-Bueno, por lo menos hemos conseguido a otra agente honrada, ¿no?

Me miró al decir eso último y yo sonreí y asentí.

-Bien, ¿habéis descubierto algo más sobre el hombre del circo?-. Dijo Finn.

Yo me senté en mi mesa.

Había estado pensando en ello estos últimos días pero no sabía que opinar sobre ello. Lo único que sabía era que el asesino trabaja en un circo, pero aquello era imposible ya que si estaba en Arkham no podía estar trabajando fuera.

-Jim, ¿hay alguna clase de actividades sociales para los presos de Arkham?-. Pregunté.

Podría ser que los presos ayudasen en obras benéficas, o incluso en algún circo montando la carpa o simplemente repartiendo publicidad.

Paul tenía mentalidad de niño pequeño, y cuando eres pequeño cualquier mínimo detalle te hace recordar a esa persona por ese detalle.

Por lo tanto, aunque fuese solo ver una camiseta de publicidad del circo, él le recordaría como el hombre del circo.

-¿Actividades sociales? Que yo sepa ninguna-. Jim miró el archivo con los datos de Arkham y se acercó a mí.-No, aquí pone que no.

Finn se acercó a mí y habló.

-Quizás no trabaja en un circo, sino que trabajaba en él-. Dijo y la cara de Jim se encendió.

-Uno de los pacientes trabajaba en un circo, lo encerré yo mismo por el asesinato de su madre...no recuerdo su nombre...era pelirrojo...

Y derrepente todas mis esperanzas se esfumaron. Apoyé ambas manos sobre el escritorio, regularizando mi respiración. El hombre por el que arruiné mis semanas, por el que me avergoncé, ese hombre...era un asesino. El porcentaje de posibilidades de que fuese inocente era cero.
Quería llorar, quería gritar...joder me había encariñado con Jerome.

¿Solo encariñado?

Quizás demasiado pronto. Sin animos ningunos susurré su nombre.

-Jerome Valeska-.

-Exacto, ¿Cómo lo has...Kelsey!

Sentí mi cuerpo caer sobre el escritorio sin ninguna clase de resistencia por mi parte. Todo lo que había trabajado con Jerome, todo lo que había pasado a su lado, todo lo que había sentido, se fue a la mierda en unos segundos.

Al igual que mi consciencia.

[...]

-¿Me está diciendo que no podemos detenerle?-. Dijo Finn al fiscal.

Después de que recuperara la consciencia Finn me arrastró hasta la oficina del fiscal. Quería detener a Jerome y meterlo en prisión, pero según el fiscal ya estaba "en prisión".

-¿Que quiere hacer? Ya está encerrado, no podemos hacer más que eso, y ni siquiera tienen suficientes pruebas-. Dijo el hombre, aún sin prestarnos mucha atención.

-¡Tenemos la declaración de Paul!

-¿Un testigo muerto? Muy útil...vuelvan si tienen algo importante que decir-. Dijo y salió de allí.

Finn estaba muy agresivo. Lo notaba en sus movimientos. Salió caminando furioso hasta la entrada de la comisaría donde ambos nos encontramos con Jim Gordon.

-¿Ni caso, verdad?-. Dijo haciendo que pareciese obvio que no nos dejarían hacer nada por los difuntos Grason y Paul.

Finn comenzó a soltar miles de barbaridades sobre el hombre con el que acabábamos de hablar.

Yo, en mi interior, seguía con aquella tortura...¿por qué lo hizo? ¿Por qué Jerome Valeska querría haber matado a Grason?

¿Peleas en la cárcel? No, ambos eran muy tranquilos en ese sentido.

Pero lo que más me dolía, por encima de todo, era el hecho de haberme encariñado con Jerome.

El mismo Jerome que mató a Grason.

El mismo Jerome que sobornó a aquel policía.

El mismo Jerome que me besó en la mejilla.

Y el mismo Jerome al que nunca volvería a ver.

O quizás sí.

He Is Mad | Jerome Valeska | Cameron MonaghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora