He Is Mad | Jerome Valeska | Cameron Monaghan

~51~

What's the secret to good comedy? Timing

"Si quieres algo, vas y lo haces tú misma". No sabía quien me había dicho esas palabras, pero desde hacía unos meses había dejado de tener importancia en mi vida la gente que no era cercana a mí. Me había aislado, me había cubierto los ojos con las manos llenas de clavos. Estaba tan obcecada con Jerome que había perdido mi propia identidad. ¿Quién era? ¿Qué quería? Al empezar mi nueva vida en Gotham debía de tener algo en mente. Algún deseo, alguna ambición. Pero su presencia ocupaba tanto espacio dentro de mí que no dejaba sitio para mí misma.

ㅡ¿Sólo sabes dormir?

Su voz era serena. Más suave de lo normal quizás. Las cortinas de mi salón, en llamas, abaneaban a corde con la brisa entrante del exterior. No recordaba bien por qué había fuego en mi salón, ni entendía el cálido sol estando en pleno diciembre. Jerome se giró pero no le veía bien la cara, estaba borrosa. Intentaba alcanzarme los ojos con las manos para poder ver mejor pero estos no se movían. No estaba atada ni amordazada, simplemente mis brazos no me respondían. Levanté la cabeza cuando volvió a hablar mientras caminaba hacia mí.

ㅡSiempre me echas de menos porque no sabes qué sería de ti sin mí.

¿Y si tenía razón? Aquella situación me había destruído poco a poco sin que yo me diese cuenta. No solo físicamente, sino psicológicamente. Ya no me podía imaginar a mí misma caminando por la calle, hablando con Finn o con Cherry. Ya no podía pensar en mantener una conversación, porque ninguna palabra me venía a la cabeza. Quería hablar, quería responderle, o por lo menos llorar. Todos mis esfuerzos por moverme eran en vano.

ㅡ¿Estás así de bloqueada por tus traumas infantiles o por mí? ¿A quién prefieres echarle la culpa de tus problemas, a mí o a tu padre?

Abrí la boca y al instante la cerré. Me estaba ahogando. Sentía como todo el aire del mundo desaparecía y huía de mí. Jerome llegó hasta donde yo estaba. Su cara seguía borrosa y acercó su mano a mí con una flor en esta. La dejó sobre mi pecho y sonrió. Su sonrisa parecía estar llena de sangre, de culpabilidad, de crímenes, de dolor. Veía a su madre en aquella tenebrosa sonrisa. Hacía tiempo que alguna parte de Jerome no me daba tanto miedo. Aunque el miedo en verdad era hacia mí misma; me temía por ser capaz de amar a aquel hombre. Miré la flor sobre mi pecho, que ahora era una bomba. Jerome rió antes de que explotase.

ㅡПрощай (adiós).

ㅡ¿Se ha asegurado de que la señorita Kyle no estuviese herida?

Las escasas frases que conseguía distinguir al fondo del tunel que formaba mi cabeza en aquellos momentos llegaban a mí con un eco ensordecedor. Intenté abrir los ojos, pero mis párpados no respondían, y mi cuerpo tampoco.

ㅡDisculpe señorito Bruce, pero ¿cuándo he fallado yo en cualquiera de mis encomiendas?

Aquella voz era más grave a la anterior, con un tono sarcástico que no me apetecía analizar en aquellos momentos. ¿Bruce? ¿Quién era Bruce? Yo no conocía a ningún Bruce. Mi cabeza seguía dando vueltas en el sitio, todo se movía a excepción de mi yo físico, que permanecía inerte en...algún lugar que todavía no sabía cual era.

ㅡ¿De quién se trata?ㅡLa voz aguda de nuevo habló. Mi cabeza ya no estaba tan nublada, empezaba a recuperar el equilibrio y mis párpados se abrieron en la mínima medida, dejando entrar un poco de luz, pero solo la mitad de lo normal, y vislumbrando dos figuras ante mí; como había supuesto, una era la de un adolescente, la poseedora de la voz aguda, y la otra un hombre de mediana edad.