Hace dos horas desperté en mi habitación acomodada en mi cama, SeHun había cumplido con sus palabras de anoche.
Estaba recostada en el colchón de mi aposento mirando el techo de la recámara tratando de encontrar algún insecto pegado en ella, pero mi mirada se desvió al momento en que un malestar me invadió el cuerpo. La parte izquierda de mi pecho me comenzó a doler con intensidad simulando punzadas por segundo. Era un dolor intenso pero soportable, y pensé que tal vez sería uno de esos malestares pasajeros.
—¿Valerie estás despierta? —preguntó mi abuela tocando la puerta con sutileza.
Antes de responder regularicé mi respiración, el dolor en el pecho me había traído también la dificultad de respirar.
—Sí abuelita, estoy despierta.
—Vístete ya y baja a comer —me ordenó—. Son las dos de la tarde.
Me levanté de la cama y únicamente me puse mis zapatos, ya estaba vestida.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras con tranquilidad hasta el primer piso, estando ahí, me dirigí hacia la cocina.
—Cariño, SeHun te dejó esto —me informó mi abuelita entregándome una carta—. Vino a buscarte a las doce y media, pero estabas dormida.
—¿Por qué estás tan tranquila? —le pregunté extrañada al ver la fluidez que tenía al hablar de SeHun.
—¿A qué te refieres? —me regresó la pregunta sin haber entendido la mía.
—A que hablas tan tranquilamente de SeHun cuando apenas lo has visto hoy y debo recordarte que estuvo desaparecido por casi un año —le expliqué.
—Lo vi ayer cuando te vino a dejar, ah, y también hace tres días me vino a visitar y se sinceró conmigo sobre algunas cosas.
Me quedé con la boca abierta al escuchar la revelación de mi abuela, yo ni siquiera me enteré de esa visita.
—Siéntate, te serviré de comer —me cambió el tema dándose la media vuelta para ir a servir mi comida—. Estás más delgada que antes.
Obedecí a su orden sin poder preguntar más al respecto y me senté en una de las sillas del comedor. Recargué mis brazos en la mesa. Entre mis manos estaba la carta que SeHun me había dejado, olía a su exquisita fragancia, así que con más ganas me dispuse ha abrirla.
Valerie...
Me gustaría poder hablar contigo de una manera más tranquila y amena, ¿aceptas venir a tomar un café conmigo a Coffee King? Si aceptas mi propuesta, te estaré esperando a las tres en esa cafetería. Besos, Caperucita.
SeHun
Mi corazón se aceleró al terminar de leer aquella carta, SeHun me estaba proponiendo una invitación. Sin duda no la iba a rechazar.
—Abuela —la llamé angelicalmente.
—Dime, hija —me respondió poniendo frente a mí un plato con espagueti.
—¿Me dejarías ir a tomar un café más al rato?
—Por supuesto, ¿a qué hora? —me preguntó sentándose frente a mí con su plato de comida.
—A las tres.
—Sí puedes ir. Pero regresa temprano —me advirtió.

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El lobo
FantasyEl destino es un encadenamiento que está siempre presente en nuestras vidas, sabemos que es completamente necesario, pero también fatal. No sabía lo mucho que el destino se aferraba a que SeHun y yo estuviéramos juntos. Es curioso descubrir que la...