CAPÍTULO 29

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—Quiero un final feliz, lo deseo —me confesó Valerie—. No recuerdo mis vidas pasadas, tú tampoco. Quiero olvidar, tú igual deberías hacerlo.

—¿Qué pasa si no hay un final feliz entre nosotros?

Algo en mi interior, me pedía a gritos que la hiciera enojar, puesto que de esa forma, ella revelaría cosas sin ser consciente de ello.

—¿Qué dices? —me preguntó casi gritando.

—Me iré —le dije.

—¿Me dejarás otra vez? —me preguntó con una sonrisa irónica en su rostro— ¿De verdad harás eso?

—Se está haciendo tarde, deberíamos irnos.

—No, ¡por Dios! ¿No es mejor si terminamos aquí mismo? Tú te vas, yo hago mi vida. Fin. ¿No es mejor así?

—Te estas precipitando —intenté calmar el ambiente.

—¿Sabes? He tenido que pasar por mucho, por muchas cosas, y sólo para estar contigo otra vez. ¿Quieres saber qué pasó en 1850? ¿En nuestro primer matrimonio? —dijo con voz alterada— Estabas agonizando, a minutos de morir a causa de la viruela, y yo estaba a tu lado, muriendo lentamente contigo. ¿Qué ocurrió en 1898? Bueno, eso tú ya lo recordaste. Pudimos haber sido felices, pero éramos amantes, y mi esposo te asesinó. Tú moriste, pero yo te acompañé a los pocos minutos. Y ahora estamos aquí, frente a frente —dijo intentando tranquilizarse–. Pero no entiendo qué fue lo que hice, no puedo recordar qué hice para hacernos renacer. Tal vez vendí mi alma, ¿quién sabe?

Mi boca estaba abierta, pero no emitía ningún sonido.

—¿Quieres que nos separemos? Bien, hagámoslo —dijo levantándose bruscamente de la cama.

La observé darse media vuelta, y entonces comenzó a caminar hacia la salida de la habitación.

¿Deberíamos separarnos? ¿Romper nuestro lazo? No quiero hacerlo, sin embargo sigo sentado, mirando como ella desaparece por la puerta.

~•Valerie•~

Salí de la cabaña reteniendo mis lágrimas, no quiero llorar, no quiero ser débil.

Miré el auto de SeHun, después miré el camino rocoso y finalmente miré hacia la profundidad del bosque.

Sin importar qué, comencé a caminar hacia el abismo del bosque. Tal vez esto sea lo correcto, separarme de SeHun, para siempre.

Seguía caminando, mirando los árboles, la tierra seca en algunas áreas, el pasto verde y mojado, todo a mi alrededor parecía ser más importante que yo misma.

No se escuchaba nada cerca de mí, mas que las aves graznando entre los árboles. El cielo estaba apagado, después de verlo en la mañana con un sol brillante, con luz, con vida; ahora estaba oscuro y triste, como si fuera a llover.

Seguí caminando, adentrándome cada vez más al vacío del bosque. Sola.

A lo lejos pude percibir una roca grande, brillante y dispuesta a recibir a alguien para tomar asiento en ella. Así que comencé ha acercarme.

Comencé a sentir escalofríos en el momento en que llegué hasta la roca y me senté en ella. Era un sentimiento extraño, como si alguien me observara.
Y entonces comenzó a tronar el cielo.

—Carajo —susurré.

Quería razonar, analizar un poco sobre mi pelea con SeHun alejada de él. Quería quedarme sola, pero estar sentada en una roca en medio de la nada y rodeada de árboles, escuchando a múltiples aves graznar, no ayudaba mucho. Y peor aún, sintiendo la mirada de alguien sobre mí.

El loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora