CAPÍTULO 20

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~•Oh Se Hun•~

Soy un maldito idiota, no tuve el valor de revelarle a Valerie mi secreto, simplemente no lo tuve. Pero es porque tengo miedo a estar con ella y hacerle daño.
—SeHun, ¿en qué estás pensando? —me preguntó mi madre poniendo una taza de té frente a mí.
Hace apenas dos horas, Valerie y yo salimos de la cafetería y la acompañé hasta su casa. Ella se molestó conmigo porque no le dije la verdad, cuando llegamos a su cabaña Valerie simplemente mencionó: búscame cuando realmente quieras ser sincero conmigo. Luego de eso, ella entró a su hogar y cerró la puerta con enojo.
Vaya idiota que soy, ¿no?
—En nada, mamá —respondí—. Saldré a caminar para despejarme.
—Son las ocho y media, tú no sales de aquí —me advirtió.
—Mamá, no volveré a desaparecer —le afirmé—. Sólo serán unos minutos.
Ella asintió sin estar aún convencida y caminó hacia la cocina mientras yo salía por la puerta principal hacia el bosque.
Caminaba por el pasto mirando todo a mi alrededor, los árboles estaban siendo iluminados por una luna llena apenas visible siendo cubierta por las nubes.
¿Me voy a convertir? A decir verdad, aquí va uno de mis secretos: la luna llena no tiene nada que ver, en que yo me convierta desenfrenadamente en un lobo, eso simplemente es fantasía. Los verdaderos motivos por los que me convertiría en un lobo son: enojo, furia, luna sangrienta, sentirme amenazado y la responsabilidad de hacerlo para sacar de mi territorio a otra manada de lobos que quieran venir a aniquilar o a cazar aquí. Esto es especialmente por el compromiso que tengo con mi manada.
¿Tengo una manada? Sí, así es, pertenezco a una manada de lobos con un alfa de sangre pura, los demás chicos están simplemente infectados. Como yo. Me ofrecieron ayuda enseñándome a controlar mis deseos de matar, a controlar mi ira y también a defender mi territorio. Por lo tanto, este territorio nos pertenece, y ellos y yo lo defendemos.

Seguía caminando por el bosque escuchando todo con claridad, hasta que un aullido desconocido para mí captó mi atención, seguido de otro que reconocía perfectamente bien.
No tardé ni un minuto en despedazar mi ropa gracias a la enorme criatura en la que me había convertido. Un lobo de pelaje gris.

Siendo un lobo, mis cinco sentidos se salen de control, y eso es lo que yo temo estando cerca de Valerie. Me preocupa que siendo una bestia, pueda llegar a descontrolarme y hacerle daño. Pero eso también me puede suceder aún siendo humano, y mi temor es el desearla tanto y querer poseerla de una manera tan salvaje, que podría lastimarla en alguna situación así y sólo por mi simple deseo.

Comencé a caminar sigilosamente escuchando cada sonido perfectamente. Mi intención era salir corriendo a velocidad en dirección hacia el sonido del aullido que había provocado mi líder; pero una rama al ser pisada a unos cuantos metros de mí, me hizo desviarme de ese objetivo.

~•Valerie•~

Decidí salir a caminar unos minutos al bosque para intentar despejar mi mente, porque horas atrás, había sido toda una mujer orgullosa con SeHun; pero él también había sido un tonto al haberme dicho: si te digo mi secreto, tu ignorancia no te va a dejar entenderme. Eso fue lo que provocó la explosión en mi interior, así que me levanté de la silla y salí de la cafetería hecha una furia, SeHun me siguió, y como él también es un terco, me acompañó hasta mi casa.

Me encontraba caminando cerca del laberinto con la intención de llegar hasta ahí y entrar en el, pero una silueta alta y de proporciones perfectas captó mi atención.
Corrí hacia el árbol más cercano a mí y me escondí detrás de el. Siendo más específica, un roble viejo con olor tenue a humedad. Y la silueta, cada vez que avanzaba, se hacia más visible.
Me asusté cuando sentí como sus pasos se acercaban cada vez más, traté de contener mi respiración para intentar trepar el árbol y no ser vista por aquel extraño.
La luz de la luna llena, con cada segundo crítico que pasaba, alumbraba más, las nubes estaban despejándola dándole así la oportunidad de brillar a totalidad.
El sonido proveniente de algún lugar en el bosque, me hizo estremecer; un lobo había aullado. Pero esa no fue mi verdadera sorpresa, sino cuando vi a la persona que ocupaba el mismo espacio que yo. SeHun. Él estaba a escasos metros de mí.
Un segundo aullido se hizo presente y fue en aquel instante en el que casi caigo desmayada sobre el pasto. Frente a mí, el hombre a quien amo, estaba convirtiéndose en un ser mitológico. Un lobo.
No podía creer lo que estaba viendo, y por mi mente se cruzó la idea de que esto era simplemente un sueño. Traté de dar dos pasos hacia atrás para así poder empezar a correr hacia mi cabaña, pero fue la peor estupidez que se me pudo ocurrir, porque al dar el segundo paso, una rama crujió bajo mi zapato, atrayendo así, la atención de SeHun. Lo único que pude hacer en ese momento, fue arrodillarme y asomar un poco mi cabeza por el costado derecho de el árbol para poder observar los movimientos de SeHun.
Él empezó a caminar hacia mi dirección, su pelo estaba erizado y por el movimiento que hacían sus orejas, pude suponer que estaba escuchando todo con atención.
Tenía miedo, pero no era hacia SeHun, sino hacia la enorme criatura en la que se había convertido y, ciertamente se veía enojado.
SeHun seguía acercándose cada vez más hacia mi paradero, él miraba atenta y profundamente hacia mi dirección, deteniéndose poco a poco. Tan sólo estaba a menos de metro y medio de encontrarme. Pero eso fue minutos antes de que otro aullido se hiciera presente. Y gracias a ese acto, lo obligó a reaccionar, así que lo único que hizo fue darle un vistazo más al árbol en donde me mantenía escondida, para luego comenzar a correr hacia el laberinto.

Suspiré, suspiré derramando lágrimas. SeHun me había ocultado un secreto muy grande. Pero no únicamente lloraba por aquel secreto, realmente lo que había visto hace unos segundos me había tomado por sorpresa y creí que el lobo me iba a matar en ese momento.

Oh SeHun, ¿qué has hecho?

El loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora