CAPÍTULO 26

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Nota: 🌸Utilizar audífonos para el audio🌸

Eran diez para las tres de la madrugada y no podía dormir, Valerie dormía plácidamente sobre mi hombro.
Me gusta tanto observarla, pero decidí levantarme de la cama para ir a tocar un rato al piano de cola que estaba en el pasillo.
Salí de la habitación dejando la puerta emparejada para evitar hacer ruido al cerrarla, caminé hasta el banco que estaba frente al piano y me senté en el.
River flows in you. Era la canción que siempre tocaba para Valerie y por supuesto, mi favorita.
Mis manos y mi cuerpo se relajaban con cada tecla que tocaba, estaba disfrutando la canción. Y de eso se trataba, de disfrutar lo que tocas.
—No sabes cuando ansiaba oírte tocar esa canción —dijo Valerie saliendo de mi habitación vestida aún con mi camisa de pijama negra y de manga larga, la cual le quedaba grande y la hacia lucir realmente sexy. Amaba verla con mi ropa puesta. Su cabello en este momento estaba amarrado en una coleta alta.
—Siéntate junto a mí. Tocaré para ti —la invité haciéndome a un lado.
Ella sonrió de oreja a oreja y se sentó junto a mí mirando mis manos que reposaban ahora sobre las teclas del piano.
—Hazlo, SeHun —pidió recargando su cabeza en mi hombro izquierdo.
Comencé a tocar y ella sonreía con satisfacción, mi música la estaba deleitando.
Estábamos en silencio disfrutando del hermoso sonido que emitía el piano, ella estaba quieta a mi lado escuchando con atención.
Pero algo momentáneo interrumpió nuestro deleite.
—¡Chen eres un tramposo! —se escuchó en el primer piso y seguido de eso se comenzaron a escuchar risas.
—Ya llegaron —susurré dejando de tocar—. Vayamos a mi habitación —dije en un murmuró cuando escuché los pasos de uno de los chicos subir corriendo las escaleras.
Valerie y yo nos levantamos rápidamente del banco en donde yacíamos sentados y corrimos hacia mi habitación para evitar ser descubiertos en estas fachas.
—Cierra la puerta —me decía Valerie riendo con diversión cuando entramos a mi recámara.
Hice caso a su orden y cerré la puerta con seguro.
—¿Te da pena ser vista en esas fachas? —le pregunté mirándola con diversión.
—Pues por supuesto que me da pena estar sin sostén y únicamente usando mis bragas y tu camisa.
—Vamos a dormir, Caperucita  —le propuse caminando hacia mi cama.
Ambos nos tiramos sobre el colchón de mi aposento y nos acomodamos de manera lateral mirando hacia mi balcón y siendo tapados por las sabanas de seda. Yo abracé a Valerie por la cintura, y únicamente así, conseguimos quedarnos dormidos.

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~Narra Valerie•~

Desperté a causa de unas risas provenientes del primer piso y me di cuenta de que la luz del sol ya se colaba claramente por el gran ventanal de la habitación. Giré mi cabeza hacia la derecha y encontré a SeHun durmiendo plácidamente dándome la espalda.
Estiré mi brazo izquierdo y acaricié su espalda desnuda. Ante ese acto, sentí como sus músculos se tensaron al instante y después se relajaron.
—Abrázame —susurró SeHun con la voz ronca.
Hice caso a su petición y lo abracé de la cintura colocando mi cabeza en su espalda. Él entrelazó sus manos con las mías.
—¿Te despertaron las risas de los chicos? —me preguntó acariciando mis manos con sus pulgares.
—Sí —respondí sorprendida.
—A mí también —me confesó—. A veces, no es muy agradable tener los oídos desarrollados.
—¿Puedes oír todo con claridad?
—Ahora mismo estoy escuchando los latidos de tu corazón —dijo volteándose hacia mí para mirarme a los ojos—. Me gusta escucharlo y saber que late por mí.
—Porque te pertenece.
—Al igual que el mío es tuyo —me respondió desviando su vista hacia mis labios—. Debo besarte —me anunció acercándose a mí para robarme un beso.
—¿Por qué? —le pregunté sonriendo.
—Porque tus labios son mi droga.
—Que cursi —le respondí. Y acto seguido, ambos reímos.
Permanecíamos acostados en la cama mirándonos con cariño, SeHun mantenía su brazo en mi cintura y yo acariciaba su cabello.
—SeHun, Valerie, ¿están despiertos? —preguntó alguien en la puerta. Dando leves golpecitos.
—Sí —contestó mi novio.
—El desayuno está listo, los estamos esperando.
—En un momento bajamos —volvió a responder.
Ambos nos levantamos de la cama al instante, pero yo me volví a sentar en ella para ver cómo se vestía SeHun.
—¿No quieres bajar? —me preguntó poniéndose su polera.
—¿Bajo así? —le pregunté señalando la camisa con la que vestía.
—Lo siento, te traeré ropa —dijo con una sonrisa apenada.
Caminó hacia la puerta, la abrió y salió de la habitación peinando con su mano derecha su cabello lacio y alborotado.
Esperé sentada en la cama mirando todo con atención, hasta que mi vista captó mi sostén tirado en el suelo.
Me levanté de la cama y recogí mi prenda, después me quité la camisa de SeHun y me vestí con mi sostén.
—¿Con esto estarás cómoda? —me preguntó mi novio entrando a la habitación y cerrando la puerta rápidamente—. Lo siento —se disculpó entregándome dos prendas de ropa—. No imaginé que estarías así.
—No te preocupes, no había nadie —le respondí dejando el pantalón que me había entregado sobre la cama, para poder ponerme la camisa.
Me vestí con el pantalón de mezclilla y me amarré el cabello en un chongo. La ropa era muy cómoda y aún poseía las etiquetas de la marca colgando.
—¿De quién es la ropa? —le pregunté a SeHun desde el umbral de la puerta de su baño.
—De So Hee —respondió secándose el rostro con una toalla de color naranja.
Asentí y entré al baño junto a él para igualmente lavar mi cara.
Cuando ambos estuvimos listos, salimos de la habitación y bajamos hasta el primer piso.
—¡Buenos días! —saludaron todos con una sonrisa en el momento en que nos adentramos al comedor.
—Buenos días —respondí con una sonrisa.
—Valerie siéntate junto a nosotras —pidieron las tres chicas señalando una silla en medio de ellas.
Asentí sonriendo y me senté en donde ellas me habían indicado. SeHun se sentó en medio de LuHan y Xiumin.
—Hey, ¿qué tal se pusieron anoche? —nos preguntó BaekHyun con sonrisa traviesa.
—Déjanos desayunar —le respondió SeHun tratando de ocultar sus mejillas coloradas—. No hicimos nada.
—Valerie, ¿de verdad este pequeño capullo no intentó nada de nada anoche? —me preguntó Kai con una sonrisa ladeada.
—¡Kai, contrólate! —gritó Krystal lanzándole una manzana.
—Sólo estuvimos jugando a las escondidas —respondí—. En las cuales SeHun me ganó —finalicé asintiendo lentamente con mi cabeza, mientras me llevaba a la boca un trozo de waffle.
—Mira mira —dijo Baek Hyun entrecerrando sus ojos—. ¡Falacias! —puntualizó cual juez de una corte.
—Es verdad —acotó SeHun dejando salir una carcajada.
Algunos rieron ante ese pequeño debate, mientras otros seguían comiendo con una sonrisa divertida en la boca. 
—¿Quién se apunta para esta noche? —intervino Chen levantando sus brazos como lo hace un DJ.
—¿Qué pregunta es esa? Obviamente todos —le respondió LuHan.
—Valerie aún no sabe a qué se refiere, bruto —le contestó ChanYeol.
—¿A qué se refieren? —les pregunté, terminando de comer la fruta que había en mi plato.
—¿Ves? —volvió a hablar ChanYeol.
—Hoy en la noche vamos a ir a la montaña nevada, Valerie —me contestó BaekHyun.
—¿A sí? —pregunté curiosa ante aquel informe.
—SuHo no quería que fuéramos, pero todos queremos ir a correr y él se rindió ante nosotros. Así que tenemos que aprovechar la oportunidad —dijo Krystal sonriendo. 
—SeHun no irá, Valerie —me avisó Xiumin—. Se quedará contigo.
—Oh, no tienes que hacerlo, cariño —respondí con felicidad y brindándole una sonrisa a mi novio.
—Sí tengo, porque amo pasar el tiempo contigo —me contestó.
—Ugh, que cursis —comentó Baek Hyun haciendo arcadas falsas.
Luego de esa conversación, los presentes en la mesa seguimos disfrutando de nuestros alimentos en un silencio cómodo mientras a veces dialogábamos constantemente. Y cuando la última persona en el comedor terminó de desayunar, todos nos levantamos de nuestros asientos para después las mujeres dirigirnos a la cocina para ocuparnos de los platos sucios con la ayuda de SuHo y Xiumin. Los demás chicos, simplemente se fueron a jugar a la sala.
Al finalizar de asear todo, nos reunimos con los demás en la estancia. Lay, ChanYeol y Kai estaban jugando Just Dance, mientras que los demás chicos estaban sentados en los sillones molestándose mutuamente o simplemente observando a los demás bailar. 
SeHun al verme, dejó de jugar con Chen y se levantó del sillón para caminar hacia mí y abrazarme.
—Vámonos, tenemos cosas que hacer —me susurró en el oído.
Asentí y nos separamos.
—Nos vemos después —me despedí de todos sonriendo y agitando mi mano en forma de despedida—. Gracias por todo.
—Adiós Valerie —contestaron todos con una sonrisa.
SeHun y yo salimos de la casa y caminamos hasta su auto, para acto seguido, abrirlo y adentrarnos en el. 
—¿A dónde iremos? —le pregunté cuando encendió el motor del vehículo, preparándose para comenzar a manejar por la carretera que dividía el bosque en dos.
—A cumplir mi deseo —me contestó comenzando a mover el auto.
—Vaya, esa sí es una buena información —lo molesté.
—Cuando veas mi deseo, te encantará.
Y sin más, SeHun comenzó a conducir por la carretera, con tranquilidad, sin prisa y disfrutando la naturaleza. El único sonido que podían percibir nuestros oídos, era el de las aves cantar y las llantas del auto rodar por la carretera.

El loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora