4. Pilares.

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ALEX POV

Tomé una gran bocanada de aire. Brenda mantenía la cabeza enterrada en el volante del automóvil, apretando las manos fuertemente al mismo, sin mirarnos. Cloe tenía la mirada clavada en sus manos, que reposaban en sobre sus piernas.

Abrí la puerta y salí. Puse las manos dentro de los bolsillos de mi pantalón y me dispuse traspasar el alto portón blanco. Sabía exactamente que no era bueno lo que me esperaba tras él.

Ni siquiera cerré la puerta del vehículo. No quería sacar las manos de mis bolsillos, así que tampoco busqué mis llaves. Antes de que pudiera tocar el timbre, cosa que tampoco quise hacer, para no sacar las manos de mis bolsillos, un hombre alto, de semblante cansado y enojado, salió por la puerta principal con una maleta. Le reconocí de inmediato, y él también a mí.

- ¿Alexandra? - preguntó, llegando hasta el portón.

- ¿Papá?, ¿qué es esto? - pregunté señalando con la cabeza su maleta -. ¿Saldrán de viaje de nuevo? - pregunté con más alivio que fastidio. Sentí fastidio porque me llamaron solo para avisarme eso. Y alivio, justamente por el hecho de que solo era eso, un viaje más.

Él no me respondió. Me abrió el portón y lo cerró a mis espaldas, fue ahí cuando me di cuenta de que Cloe y Brenda nunca bajaron de auto.

Los dos nos adentramos a la casa, aunque era claro que mi papá iba de salida cuando me vio, sin pronunciar palabra alguna. No veía al personal de la casa por ningún lado, pero no le di importancia, después de todo era sábado y tenían horas libres para descansar.

- ¡Alexandra! - dijo mi mamá al mismo tiempo que se lanzaba a mis brazos. Tardé en reaccionar, debido a la sorpresa, pero luego la abracé.

Mi madre nunca fue una mujer muy demostrativa. No digo que sea una mala madre, pero sí un poco descuidada, no la culpo, al contrario, se lo agradezco. Si no fuera por ella y mi padre, yo no estaría viviendo rodeada de los lujos con los que cuento. Aunque para mí era más importante estar con ellos, pero eso era "pedir demasiado".

- Tenemos que hablar - murmuró mi padre, con voz seca.

Mi mamá y yo asentimos y nos sentamos en los sofás de la gran sala. Mi madre y yo ocupamos el sofá de dos plazas y mi padre se situó en el sofá individual. Mi madre me tomó de la mano. En ese gesto las dos nos transmitimos apoyo, apoyo que ambas necesitábamos. Algo malo se aproximaba.

- Voy a ser directo, te diré las cosas sin rodeos - dijo mi padre, con voz fría y apurada, algo bastante normal en él -, ya tienes edad, y seguro que comprenderás. Tu madre y yo hemos decidido divorciarnos... - estoy segura que mi padre seguía hablando, pero mis oídos se taparon. La última palabra hizo eco en mi cabeza y en mis pensamientos.

Divorcio. Era eso, no era un viaje, mi padre se iba de la casa. Siempre estuve consciente de que las peleas de mis padres los llevarían a esto, siempre creí estar preparada para la noticia. Que tonta e ilusa fui, la noticia me golpeó con gran intensidad, como si nunca la hubiese esperado. Y era verdad, jamás me pasó por la cabeza que ese haya sido el motivo por el cual mi padre me llamó esta tarde.

Reaccioné cuando una mano apretó fuerte la mía. Giré mi rostro para encontrarme con la sonrisa cariñosa de mi madre, ni siquiera supe que estaba llorando, lo descubrí cuando ella secó las lágrimas que caían por mi mejilla. Ella no se veía afectada por el divorcio, sino por mi reacción. Sonreí para tranquilizarla, funcionó.

- ¿Q... qué pasará conmigo? - titubeé con voz entrecortada -, es decir, ¿con quién viviré cuando salga del internado?, ¿seguiré en el internado? - a medida que hablaba, mi voz sonaba más desesperada y ansiosa.

Te Amo, Alex (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora