12. Tú no eres así.

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ALEX POV

A las 19:33 las luces del auto de Bren traspasaron las blancas cortinas de la sala donde Cloe y yo estábamos sentadas. Acabábamos de prepararnos para ir a cenar con los chicos, Brenda estaba casi lista cuando salió de aquí, solo le faltaba peinarse.

— Chicas — saludó.

— Hola, Bren. ¿Necesitas ayuda con tu cabello? — preguntó amablemente, Cloe.

— No, gracias. Lo llevaré recogido, nada extravagante — sonrió.

— ¿Y tu regalo? — pregunté de golpe.

— ¿Disculpa?

— Dijiste que tus padres te mandaron algo desde la ciudad donde están.

— Oh, eso...

— Sí, eso.

— Aún no llegó, pero dijeron que estará aquí entre mañana y pasado. No te preocupes, mandaré a Andrew a que lo traiga.

— Bien — no estaba muy convencida, pero... ¡vamos!, es Brenda, ¿qué razón tendría para mentirme?

Nos sentamos un rato más en la sala esperando a los chicos. Cloe iría con Ryan, mientras Bren, Ethan y yo iríamos en el auto de Dylan.

Aunque el plan inicial era que Cloe vaya con Ryan, Bren vaya en su auto con Ethan y yo vaya con cierto chico de ojos verdes. ¿Adivinan quién se opuso a esa idea?, sí, yo.

— ¿Aún no saben por qué Dylan estaba peleando con Craig? — indagó Cloe, como de paso.

— No — Brenda contestó rápidamente. ¿Me imaginé el nerviosismo de su voz?

— Brenda, ¿quieres contarnos algo?

— Eh, bueno... Alex, yo... — balbuceaba. El sonido de la bocina de un auto nos alarmó. Brenda sonrió aliviada.

— Salvada por la campana — susurró Cloe.

— Ni creas que te salvaste, Bren — advertí. Ella soltó un suspiro resignado.

Salimos antes de que los chicos llamen a la puerta. Los tres estaban muy bien vestidos y sus perfumes producían una mezcla deliciosa. Sonreí. Tenía el presentimiento de que, a pesar de todo, nos divertiríamos hoy.

— Se ven muy bien — observó Ryan  —, claro, siendo amigas mías...

— Cállate — rió Cloe.

— ¿Vamos? — preguntó Dylan, quien se mantenía apartado de nosotros y junto a su auto. Su rostro permanecía inescrutable, sus ojos esmeraldas ya no brillaban con ese toque pintoresco y pícaro. Las heridas que tenía en el rostro, me dolían a mí.

— Sí — saltó Brenda, ante mi repentino enmudecimiento.

Nos acercamos al auto y Dylan nos abrió la puerta del coche, Brenda y yo susurramos un leve “gracias” y nos adentramos a la parte trasera del auto. Me extrañó que fuera Ethan quien ocupara el lugar del conductor, pero no hice notoria mi curiosidad.

El auto arrancó con un suave ronroneo del motor y salimos disparados en la oscuridad de la noche. Durante los veinte minutos que duró el camino desde la casa de Cloe hasta el restaurante, Ethan y Bren se sumergieron en su burbuja personal, ninguno de los dos parecía percatarse de la tensión existente entre el dueño del auto y yo.

De vez en cuando, podía sentir la mirada de Dylan, a través del retrovisor, fija en mí. Eso me ponía estúpidamente nerviosa, es decir, él era solo un chico, he salido con otros chicos antes, él no tenía derecho a ponerme tan nerviosa con solo una mirada.

Te Amo, Alex (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora