11. ¡Dylan!

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ALEX POV

La mañana del sábado fue tan malditamente predecible. Los mismos murmullos, pasos y gritos de la semana pasada, a diferencia de que, esta vez, yo fui la primera en despertar y alistarme rápidamente. Ni siquiera esperé a mis amigas para bajar a desayunar juntas, ya que no daban indicios de despertar pronto y ya tenía hambre. Anoche me dormí a las 23:45 aproximadamente, y mis amigas aún no llegaban.

Salí de mi habitación y encendí la luz de la sala, todo estaba sumido en un desesperante, aburrido e irritante silencio. Me puse a observar todo el dormitorio. Nunca me había dado cuenta lo ordenado que estaba siempre.

Ninguna de las ropas o zapatos que siempre dejábamos tirados por allí (en especial, yo) estaban. Supuse que Brenda era quien los recogía. Después de todo, ella era la más ordenada y responsable. No me detuve en pequeños detalles y salí del dormitorio.

El reloj dio las 09:06 cuando corrí escaleras abajo para desayunar, y me topé con mi infierno personal. No, no era él... era Michelle.

— Alex — pronunció mi nombre como si fuera el peor de los insultos. Al instante sus amigas “tonta y re — tonta” acudieron a su auxilio. Michelle y Lorraine tenían un hermoso peinado, supuse que debido a que tuvieron que cortarse el cabello para retirar la goma de mascar. Sonreí... ¡qué digo sonreí!, me carcajeé con burla frente a ellas.

La profesora de literatura llegó justo para interrumpirme cuando iba a gritarle algunos improperios a Lorraine por sus señales de muerte (el típico dedo índice por el cuello); tuve que contenerme y susurrar bajito:

— Estúpidas.

— ¡Chicas! — gritó la profesora –, bajen a desayunar.

Y las cuatro obedecimos, sin dejar de mandarnos miradas asesinas y darnos codazos y pellizcos en cada oportunidad que teníamos.

Llegamos a la cafetería en cinco minutos, tiempo record. Claro, ninguna quería pasar tiempo conmigo, y viceversa. La cafetería estaba extrañamente vacía. No es que siempre estuviera rebosante o algo similar, pero era extraño solo encontrar a diez chicas en la estancia.

En cuanto me senté en una de las sillas de la mesa “3” con vista a la televisión, saqué mi celular para enviar un mensaje de texto a Brenda, avisándole que estaba esperándolas en la cafetería.

En cuanto toqué mi celular, me llegó un mensaje. Fruncí el ceño: era de Brenda.

BRENDA POV

Desperté alrededor de las 09:12, las luces de la sala y el comedor estaban encendidas. Estaba algo grogui, con el cabello enmarañado y los ojos entrecerrados.

Mis pasos eran la única cosa que producía sonido en el dormitorio. Me pregunté por qué no se oía la voz de Alex, ya que habla en sueños, y muy fuerte.

Me acerqué un poco más a su oscura habitación y pude ver que la puerta estaba entreabierta, pero no se oía nada. — ¿Qué haces? — me sobresalté al oír a Cloe. Giré y me encontré a mi rubia amiga con el cabello desordenado, vestida con un pantalón gris y una camisilla rosa, se estaba frotando el ojo izquierdo con el dorso de su mano y me miraba interrogante.

— ¡Dios!, Cloe, me asustaste — susurré bajito, poniendo una mano sobre mi pecho, donde está mi corazón. No quería despertar a Alex.

— Lo siento, pero, ¿qué haces?
— Nada, yo solo sentí curiosidad. Ya sabes... — dije, señalando con mi cabeza la habitación de Alex  —; bueno, ella está muy callada...

— Alex no está.

— ¿Cómo que no está?

— La oí salir hace unos minutos, supongo que fue a la...  — Cloe calló de repente.

Te Amo, Alex (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora