Te Amo, Alex (TERMINADA)

36. La verdad duele.

ALEX POV

Había pasado meses desde nuestra llegada al internado.

La mañana después de mi fiesta de cumpleaños, Peter llamó a mi madre y estuvieron discutiendo, hasta que al final, mi madre decidió quedarse en Londres, por un tiempo, para tratar de persuadir a mi padre de su idea de que yo me quede a vivir con él la mitad del año y vaya con mi madre la otra mitad.

Solo me faltaban, aproximadamente, seis meses para ser mayor de edad, muy pronto, podría decidir que hacer con mi vida y con quien quedarme, obviamente, sería con mi mamá.

Brenda y yo nos quedamos a dormir en la casa de Cloe, ya que ayer fue el cumpleaños de Brenda, ella ya era mayor de edad.

Nuestros días en el internado pasaban normales, todo era pura felicidad. —¡Despierta! — me gritó la rubia.

—¡Estaba despierta! — le respondí.

—Lo presentía, solo me estaba asegurando — entrecerró los ojos.

Rodé los ojos y me dirigí al baño. —¿Qué pasó con tu linda costumbre de despertar primera? — se burló Brenda, mientras se peinaba el cabello frente al espejo del baño.

—Sí, como sea — bostecé de manera involuntaria —. Lárgate, quiero bañarme.

Ella rió. — No me canso de repetirlo: es bueno tenerte de vuelta.

—Lo sé — reí también —. Ya me imaginaba sus vidas sin mí.

Ella rodó los ojos, la vi a través del espejo. — Al menos, tu autoestima está intacta — salió del baño.

Me carcajeé levemente antes de abrir la ducha y meterme bajo ella. Las cosas no podían marchar mejor. Dylan y yo éramos muy felices, todo estaba bien entre nosotros, hasta ahora, no hemos tenido ni una sola pelea. De hecho, hoy cumplíamos seis meses de novios y él quería hablar seriamente conmigo, creo que eso es bueno; es decir, eso depende desde la perspectiva con la que enfoques el tema, Dylan y yo no éramos muy serios, a no ser que las cosas sean muy graves.

Lo bueno es que, tal y como él me lo dijo una vez: yo desojo margaritas, mientras repito: “moriría por mí, no moriría por mí, moriría por mí, no moriría por mí...”. Ahora estoy segura que él moriría por mí, y yo moriría por él si fuera necesario, mataría por él si la situación lo requiere, pero por sobre todo... lo amaría por lo que me quede de vida.

Solo espero que la novela en la que mi vida fue convertida, termine pronto con su típico final feliz, ya pasamos demasiadas cosas malas y no creo poder soportar algo malo de nuevo, aunque, ahora, sé que todo vale la pena, vale la pena luchar por mi final feliz, vale la pena sufrir por mi príncipe.

—¡Alex, se hace tarde! — gritaba Cloe, mientras azotaba la puerta del baño.

—Voy — respondí, pero no creo que me haya oído, lo dije muy bajo.

Me vestí lo más rápido que pude. Mientras lo hacía, le eché una  miradita al vestido de Cloe, era hermoso  y corto. Ese usaría en la fiesta de graduación, que sería en un mes.

Teníamos dos acontecimientos importantes pisándonos lo talones: el partido de la final y la graduación.

Brenda y yo aún no teníamos listos nuestros vestidos para la fiesta de graduación. Todas las mujeres debíamos usar un vestido blanco para la ceremonia realizada después de la entrega de títulos, pero en la fiesta que se realizaría en la casa de Noah llevaríamos otra ropa.

Cloe fue con Brenda, yo tenía mi propio auto (cortesía de mi madre), pero casi nunca lo usaba, ya que Dylan me llevaba los sábados a mi casa, luego me llevaba de regreso al internado los domingos de mañana, me llevaba a almorzar a todas partes y a fiestas. A decir verdad, en estos seis meses, usé mi auto solo tres veces.