Capitulo 6

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No hablé con Tomás en todo el fin de semana a pesar de sus reiterados llamados y sus insistentes mensajes en los que no dejaba de pedirme disculpas diciendo que sólo estaba jugando conmigo y que sabía que se le había ido de las manos. No podía responderle, no era capas de escuchar su voz sin aceptar sus disculpas y cuando quería escribir un mensaje no había nada que pudiera escribir que no fuera que para mí no era un juego, nunca lo sería y prefería alejarme de él; no podía porque en realidad estar alejado no era algo que estuviera en mis planes, lo quería conmigo a pesar de todo.

El lunes lo ignoré como un profesional y él no insistió en hablar conmigo luego de la tercera mala contestación que recibió de mi parte. Apenas faltaba un mes para terminar ese año y estábamos comenzando los exámenes y haría todo lo posible para evitarlo el tiempo que fuera necesario... porque qué pasaría si de mi boca salieran palabras como: Para mí fue importante, lo disfruté, me gustó y lo haría mil veces más... no. Eso no era una opción.

Nano e Ignacio no decían nada de nuestra "no comunicación"; no creí que Tomás les hubiera contado, pero ellos no preguntaron tampoco y eso estaba bien.

Volví a apegarme a Flo y hacer todo con ella, incluso estudiar cosa que terminó ayudándome mucho más de lo que me hubiera imaginando; cuando Tomás se enteró de eso, se enojó y me mandó un mensaje: "Creí que no te alejarías más, creí que habías dicho que estudiaríamos juntos. Está bien, lo siento por lo que te hice, pero eso no te da derecho a romper promesas Rocco." No pude responderle, pero él insistió. "Lo lamento, no soy nadie para reclamarte nada, pero necesito que hablemos por favor, no podemos terminar nuestra amistad así. Rocco, por favor, respóndeme".

Suspiré. Habían pasado más de una semana y de verdad quería hablarle, volver a verlo pero no era sólo lo que había hecho, yo tenía miedo a lo que podía sentir de encontrarme una vez más con él a solas... no importaba que él estuviera jugando, yo no lo sentía así.

¿Hola? –consultó luego de dos tonos.

–Tomás... Mira...

Rocco, lo lamento... –me interrumpió rápidamente y con voz angustiada. –Hombre perdóname, estaba jugando contigo, no pensé que te enojarías tanto... claro que lo que hice estuvo mal, pero amigo, perdóname por favor. No puedo estar peleado contigo. Prometo no molestarte con lo de Flo, lo entiendo, ustedes están juntos y está bien, pero Rocco por favor no me ignores.

–Tomás... respira por favor –dije sonriendo estúpidamente. Dios, ese chico podía conmigo. ¿Cuándo había ocurrido eso? ¿Antes o después del beso? ¿Por qué justo él? –Mira... está bien, lamento haber exagerado las cosas, pero me molesta como eres con el tema de Flo. Ella y yo somos amigos, igual que tú

Lo lamento... era un juego.

–Está bien, pero necesito calmarme sino te golpearé de nuevo... dame tiempo.

No... insúltame, golpéame, grítame me lo merezco, pero quiero verte Rocco.

–Sólo unos días Tomás, cuando acaben las clases nos vemos, hablamos bien y veo que hago contigo ¿De acuerdo? –él se queda unos segundos en silencio y suspira.

¿Sabes lo tentandor que suena eso?

–¡Tomás! –grité con horror y sentí mi cara a punto de explotar. Él largó unas carcajadas que llenaron mi alma y me sacaron una sonrisa también. –Te veo después de año nuevo.

Cada vez más lejos el encuentro ¿Eh? –no le dije nada. –De acuerdo, pero no me ignores tanto en el colegio.

–Adiós Tomás.

No lo ignoré, podíamos tener una corta charla amena pero tampoco es que pasaba mucho tiempo con ellos; Flo se había vuelto algo posesiva conmigo y que hubiera rumores de nosotros dos "juntos" parecía no molestarle, de hecho lo negaba débilmente y sonreía con orgullo.

Las clases terminaron bastante bien para Flo y para mí; quiero decir, ella era inteligente y no tenía de qué preocuparse, pero yo estaba orgulloso de mi esfuerzo, tendría unas vacaciones en paz.

Bueno, no tan en paz, mis padres me mandarían a casa de mi abuela junto con Lucy y eso no era para nada bueno. Eso sin contar que Piera no iría esas vacaciones a casa... creo que tenía un novio o algo así e iría a conocer a su familia... la verdad es que ella había dejado de importarme: era justo con Roxanne o incluso peor.

Luego de navidad Lucy y yo partimos a casa de los ancianos para un mes insufrible con ellos; allí conocí a unos muchachos con los que me gustaba salir a pasear por la cuidad. Allí decidí cortar mi cabello, terminar con ese flequillo que tanto incomodaba a Tomás y lo tocaba todo el tiempo; allí decidí que no forzaría las cosas con Tomás.

Había asumido que era gay, me gustaban los hombres pero no necesariamente tenía que ser él, había muchos otros hombres y si alguno de los que me gustaba era homosexual mejor. Quizás el amor de mi vida estaba por ahí, cerca, y mi obsesión por Tomás no me dejaba verlo.


1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora