Capitulo 5

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Fuimos por unas pizzas y unas cuantas cervezas a la rotisería cercana a la casa de Tomás para luego volver y encerrarnos en su habitación a ver una película de terror, creo que era de terror, no lo sé; luego de tres cervezas y medio vodka que robamos de sus padres no me importaba de qué género era, sólo podía pensar en mi cuerpo encerrado entre el velador y Tomas.

Él parecía estar concentrado en el televisor, de reojo podía verlo mirar fijamente la pantalla; su perfil era perfecto, digno de un modelo de revista, y su sonrisa se encerraba entre comillas. No estaba seguro aún de si era o no gay, pero sí sabía algo. Me gustaba Tomás. Estaba enamorado de él. Y eso estaba mal.

–¿Pasa algo? –dijo mirándome de reojo.

–Nada –dije volviendo mis ojos a la pantalla donde una muchacha corría por un pasillo oscuro mientras un hombre la perseguía.

–¿No te gustó la película?

–La película está bien –dije tomando mi teléfono y viendo algunos mensajes de Flo. Eran estupideces pero decidí contestarle, sabía cuánto le molestaba que no lo hiciera.

–¿No puedes contestar luego? La luz me molesta –dijo tímidamente. Asentí y apagué la pantalla del celular. –Sólo déjala de lado esta noche ¿Sí?

–De acuerdo... –no sé si se refería a Flo o al aparato, pero me parecía justo cualquiera de los dos.

–¿Te gusta?

–Está bien...

–Flo ¿Te gusta?

–Oh... –lo miré apoyando mi cabeza en mis rodillas. A pesar de todo él seguía viendo la película. –Supongo. Ella es linda y tenemos muchas cosas en común.

–¿Le pedirás que sea tu novia? –hay un silencio incómodo ¿Se supone que le mienta o diga la verdad? –No digo ahora, más adelante.

–No lo creo.

–¿Por qué no? Ella es linda y tienen muchas cosas en común –dice con sarcasmo. Reprimo una sonrisa.

–No estoy para cosas serias. Muchas menos para un noviazgo. Me gusta lo que somos ahora.

–¿Qué son? –sus ojos se clavan en los míos.

–¿Amigos?

–¿Sólo amigos? –asiento y levanto mi cabeza de mis rodillas. Él sonríe apenas. -¿Nunca ha pasado nada entre ustedes? –negué y dirigió su mano a mi flequillo para meterlo tras de mi oreja. -¿Nunca se han besado?

–No.

–Oh, bien –sonríe – entonces tengo una ventaja.

Le devolví una mirada desentendida.

–¿Ventaja?

–La ventaja de un beso –dice y acerca su rostro al mio que es empujado por su mano al encuentro de sus labios.

Siento su boca devorar la mía por unos momentos, son unos segundos, pero lo siento tan intensamente que creo que me ha quemado con ellos; son suaves y húmedos, amables y bruscos, dulces y amargos.

Lo empujo con fuerza arrastrándome hasta chocar contra el velador, pero lejos de darse por vencido va contra mis labios otra vez y su cuerpo se pega repentinamente al mío. Todo es calor allí, mi rostro, su rosto, sus manos en mi cuerpo, las mías en su pecho debatiéndose por apartarlo o acercarlo aún más mí.

Mi cabeza está hecha un desastre, sin embargo respondo, tres segundos pruebo sus labios, su lengua ansiosa por la mía, aprieto su remera atrayéndolo a mí; pero nada más que eso que puedo interpretarse como un forcejeo.

–¡¿Qué mierda te pasa?! –grité empujándolo con fuerza para dejarlo sentado en el suelo. Me puse de pie lo más rápido que mis piernas temblorosas me lo permitieron y tomé mi campera que estaba sobre la cama.

–Espera –dijo con rapidez poniéndose de pie y tomándome del brazo. –Lo lamento... –lo miré fijamente y él simplemente suspiró. –Demonios.

Sus manos se apretaron en los costados de mi rostro y sus labios fueron una vez más contra los míos, esta vez más ansiosos, tanto que me mordió en busca de una respuesta. Y claro que la tuvo: mis nudillo se estrellaron contra su rostro dejándolo una vez más a mis pies.

No podía creer que el maldito egoísmo de Tomás llegara tan lejos. Entendía que se sentía desplazado por Flo pero llegar a besarme para tener algo que ella no había tenido no tenía ningún sentido.

Ignoré a la hermana y las amigas de ella que me miraron exaltadas cuando salí de allí y corrí a mi casa; estaba a unas 15 cuadras pero sin embargo no tardé más de diez minutos, me encontraba totalmente alterado, necesitaba encerrarme en mi cuarto, gritar, romper algo. Pero no hice nada de eso. Me recosté contra mi puerta hasta caer sentado y sonreí: eso había sido lo más grandioso que había sentido en toda mi vida.




N/A: La idea era subir los capítulos de a poco pero no pude resistirme :D

Recuerden que iré subiendo adelantos de los capítulos y novedades de la tercera parte de la novela en Facebook. Saludos!

1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora