Capitulo 14

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–¿Te han dicho que te le pareces mucho? –Rocco negó con la cabeza y una sonrisa pícara se formó en el rostro de Tiziano. –Pues sí lo haces. Así que si estás disponible puedes llamarme.

Sentí mi sangre hervir. Sí, es algo estúpido de decir y pero literalmente sentía mi cuerpo caliente y quería saltar sobre él para molerlo a golpes; pero la mano amiga de Nano me detuvo y lo vi negar con la cabeza.

Volví a ver a Tiziano quien le guiñaba un ojo y sentí el agarre de Nano aumentar.

–¡Eres muy divertido Rocco! –exclamó de improvisto. Siempre me pregunte si ese chico realmente no tenía algún tipo de problema, era un idiota con todas las letras. –Por supuesto que no te pareces en nada a Piera, de hecho tú eres más bonito.

Apreté los puños y me solté violentamente del agarre de Nano. No sé de qué más hablaron, supongo que Tiziano le dijo que era una broma (espero que así lo fuera, de lo contrario no sabe en los problemas en que se estaba metiendo); en algún momento escuché mi nombre y presté atención en la manera en que el idiota dijo que se haría amigo de Rocco. Sólo largué un "sueña" para que me deje de molestar y miré a las muchachas para preguntarles sus nombres. No es que me importaran, sólo quería desviar un poco el tema de todo eso que había ocurrido.

Después de dos cervezas me metí al río acompañado por Nano y cruzamos a la otra orilla para tener un poco de tranquilidad; que Ignacio hubiera invitado a esas personas me había arruinado la tarde.

–¿Estás bien?

–¿Me ves bien? –consulté a Nano que me dedicó una mirada seria. –Lo lamento...

–Hombre, debes aprender a calmarte –recomienda mirando al otro lado donde podía ver a las muchachas, Ignacio y Tiziano bañándose y a Rocco con el otro sujeto charlando en la orilla y compartiendo un cigarrillo. –Si no te cuidas todo el mundo se dará cuenta.

–¿Te crees que me importa?

–No. No creo que te importe y está bien, porque lo que te pasa no es algo malo –dice con tranquilidad –pero es evidente que a Rocco sí le importa y no creo que sea buena idea que todos lo sepan. No por ahora.

–Lo sé.

–¿Qué pasó anoche? –quiere saber con cuidado.

Lo miro unos segundos y desvió mi mirada al lugar donde se encontraba Rocco.

Nano sabía lo que sentía por él, se lo había contando en un estado de desesperación porque no entendía lo que me pasaba, no sabía por qué era así con él y no podía controlarme; Ignacio también lo sabía, pero no se mostró tan comprensivo como Nano. Él fue como más tajante, no le gustaba hablar de eso aunque aseguraba que me apoyaba en cualquier decisión que tomara.

–Nada, él llamó para saber si había llegado bien y cuando le dije que si corté –mentí. No porque quisiera mentirle, no. Sólo no quería exponer a Rocco, no quería decirle que él respondió el beso que le di luego de confesarme que era gay.

Cuando conocí a Rocco él simplemente había llamado mi atención. Era un muchacho un tanto misterioso, con aires de peligroso; pero nada más. Lo había observado muchas veces antes de que siquiera él supiera de mi existencia, todos sabíamos que era el hermano del profesor nuevo y de la hermosa Piera Di Girolamo que, muy a mi pesar, era tan conocida y hermosa como Tiziano había dicho.

Pero Rocco era más atrayente que ella, no sé porque, pero cada vez que lo veía lo seguía en todos sus movimientos; siempre parecía estar escondiendo algo, supongo que ya sé lo que era.

1. Permanece a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora