Me guiñó un ojo y yo quedé con la boca abierta sin poder pronunciar una palabra ¿Ese sujeto estaba hablando en serio?
–¡Eres muy divertido Rocco! –exclamó provocándome un salto mientras el resto de sus amigos, incluido Ignacio, rompía en carcajada. –Por supuesto que no te pareces en nada a Piera, de hecho tú eres más bonito –dice y otra ronda de risas llenan el lugar.
Sinceramente no sé que cara tengo, puede que esté furioso o sorprendido, no lo sé. Él se calma, revuelve mi pelo y se sienta en la ronda diciendo "Lo lamento, suelo ser un poco idiota a veces".
–¿A veces? –consulta Ignacio que parece ser el único que tiene voz de nuestro grupo. –Mira cómo lo dejaste, ni siquiera puede hablar.
– Oh, era una broma –dice abriendo la nevera que ellos había llevado y sacando una bebida. –No sé qué decir cuando conozco a alguien nuevo. Prometo no ser idiota la mayoría del tiempo.
–Lo dices como si fuéramos a ser amigos –digo de mala gana, el ego de ese sujeto era insoportable.
–Oh, lo seremos, suelo ser persistente con algunas cosas –asegura con soberbia. –¿Por qué crees que Tomás y yo solíamos ser mejores amigos? –miro a mi amigo que tiene la vista perdida en el río sin ánimos de participar. –¿Cuánto le costó a él ser tu amigo?
–Bastante.
–Lo haré en menos.
–Sueña –dice Tomás con una sonrisa en su rostro, luego nos mira para terminar posando sus ojos en las muchachas. –Mucho gusto ¿Sus nombres?
Una de ellas responde pero no les presto atención, sinceramente no me importan esas personas, ni siquiera el muchacho que dijo que sería mí amigo. Totalmente arrogante, había una sola persona que era así y me gustaba él, ninguno más.
Cuando cayó la noche y el frío se hizo presente comenzamos a juntar nuestras pertenencias para regresar a casa. Esa tarde había ido tranquila; luego de las presentaciones algunos de nosotros fuimos a nadar mientras el resto se quedaba en la orilla bebiendo y charlando. Nada que destacar, el idiota no insistió más y no hubo más problemas con eso; luego estuve charlando un poco con el otro muchacho, creo que su nombre era Daniel, pero no lo recuerdo bien. Nuestra charla fue algo extensa luego de que su ringtone sonara con la música de Shameless, me gustaba esa serie a pesar de ser bizarra y a él también le parecía lo mismo.
–¿Quieres quedarte en mi casa? –consulta con cuidado Tomás cuando estamos cargando las cosas en la camioneta.
–No.
–No te estoy molestando, sólo me parece que harías bien en no volver por hoy.
–Estoy bien, no exageremos algo que no fue tan grave –pido amablemente golpeando su hombro.
–¿Podrías quedarte con Nano o Ignacio por favor? –insiste y veo desesperación en sus ojos, él no me quería en casa.
–Tomás, voy a estar bien.
–Por favor –se acercó un paso más y me miró fijamente. –Por favor.
–Lucy no puede quedarse sola con papá.
–Tú sabes que tu hermano no la dejaría sola con él, seguramente están juntos –se apresura a decir. –Vamos, sólo por hoy, quédate conmigo o con alguno de los muchachos.
–No lo sé...
–¿Vamos? –consulta Nano desde el asiento del conductor.
Ambos subimos sin decir nada, por una parte yo no quería volver a casa, pero por la otra no quería ser una molestia para los muchachos: dormir en la casa de Tomás no era una opción.
De reojo lo podía ver con su mirada perdida en la carretera, teníamos un minutos más de viaje y él parecía completamente perdido en sus pensamientos mientras nosotros charlábamos de las muchachas con las que habíamos compartido la tarde. Resultó ser, que la otra chica, la castaña, era la que se había ido con Ignacio pero él no podía recordarla. Ambas dos años menores que nosotros e iban a nuestra misma escuela, eran divertidas y carismáticas pero ellos sabían que no las querían para nada serio.
En mi bolsillo vibró mi celular y lo saqué para ver el mensaje justo en el momento en que Tomás guardaba el suyo.
Tom: Prometo no volver a besarte sin tu consentimiento, ni siquiera te diré nada de lo que siento por ti otra vez. Pero por favor, ven a casa conmigo.
Él me miró unos segundos para ver mi respuesta y volvió su vista al exterior cuando mi cabeza se movió afirmativamente. No sé qué es lo que vi en sus ojos, pero estoy seguro que no fue calma; porque él había renunciado a lo que sea que decía que sentía por mí para preservar mi propia seguridad.
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1. Permanece a mi lado
Teen FictionLa familia de Rocco Di Girolamo no es un familia común, de hecho es bastante más disfuncional de lo normal. Su padre es alcohólico, su madre es adicta al sexo extramatrimonial, su hermana mayor es una arpía, su hermana menor una molestia y sus herma...